La sombra de Sir Álex Ferguson se planteaba como una de las bajas más importantes de los últimos años para los red devils pero, a día de hoy, se puede decir que su leyenda crece al mismo tiempo que la añoranza. El Manchester United comenzó el 2014 con una nefasta racha de derrotas contra el Tottenham, cayendo en la FA Cup frente al Swansea y en la Capital One contra al Sunderland  que encadenaron con una derrota frente al Chelsea y  una victoria ante el Cardiff que relajó un poco unos nervios que volvieron tras caer en casa del Stoke por 2-1. El objetivo era claro, dejar de fallar y empezar a labrar ese camino contra el Fulham para volver a los puestos de arriba. Delante tendrían a un rival de la zona baja y que tampoco llegaba en un buen momento. El hambre en ambos se hacía notar.

Se señaló el pitido inicial y pronto se tomaría el rumbo previsto. Los de Moyes dominaban y se acercaban a la meta rival, aunque sin acierto. Sin embargo, a pesar del dominio local, sería el Fulham el que sorprendería primero.  En el 18’, cuando se veía más cerca el 1-0 que el 0-1, Sidwell pondría el segundo resultado en el luminoso tras rematar un buen envío de su compañero Holtby. Al descanso se marcharon ambos con distinto sabor. El Manchester United, conocedor de sus oportunidades, acabó frustrado por no haber podido adelantarse mientras que el Fulham, por el contrario, no falló una de las pocas que tuvo.

Final apoteósico

Ya comenzaba a degustarse un nuevo desastre de los de David Moyes que se prolongó hasta casi al final y que hizo agonizar durante gran parte del encuentro a  sus aficionados.  Resistió bastante el Fulham las embestidas locales gracias, en parte, a una buena actuación de Stekelenburg pero no pudo aguantar hasta el término del encuentro y los minutos finales se vivieron con total intensidad.

En el 79’ Van Persie puso el empate a uno y pocos minutos después Carrick le daría la vuelta al marcador anotando el 2-1. Los red devils se las vieron felices por momentos pero el Fulham les estaba guardando una nueva sorpresa. Parecía que, finalmente, una tarde que comenzó duramente no iba a ser más que un mal rato. Pareció pero Bent se encargó de volver a poner en el mundo real a un Manchester United con muchos problemas esta campaña. Vidic falló y el balón acabó siendo despejado por De Gea a tiro de Richardson para que Bent lo terminara mandando dentro.  Se concentraron las tensiones en los últimos minutos y el pitido final dejó en el marcador de Old Trafford un 2-2 que sabe a muy poco a los locales y a mucho a los visitantes.