Si algo no quería vivir Carrow Road a final de temporada, sin duda, era esta situación. Una buena plantilla, aparentemente válida para mantenerse en la Premier League, con un calendario que les obligaba a llegar a las últimas jornadas salvados, ya que de no ser así, tendría que enfrentarse ante los grandes de la liga con todo por decidir. Ésto ha sucedido en la jornada de hoy, donde el Liverpool llegaba a la ciudad de Norwich jugándose la Premier League.

El temor se respiraba en la grada, y con el descenso asomando la cabeza, la afición local esperaba que su equipo lanzara el primer zarpazo en un partido que se antojaba muy complicado, con un Liverpool que, pese a contar con ausencias destacadas como las de Henderson por sanción o Sturridge por lesión, no podía permitirse perder para seguir a la cabeza en la lucha por el título.

Con un esquema adaptado a las bajas, Rodgers tuvo que sacar un centro del campo inédito esta temporada, con Joe Allen y Lucas Leiva, fuera de su posición, de centrocampistas, y más atrasado, jugando entre los dos centrales para sacar el balón, Steven Gerrard. Arriba, atrasando un poco su posición hasta la mediapunta, se colocaba Coutinho, dejando sitio en la delantera a Sterling y Suárez, que irían alternando su posición.

Un inicio imparable y un camino de rosas

Cuatro minutos pudieron durar las sonrisas en las gradas de Carrow Road. Cuatro minutos que tardó Sterling en inventarse un zarpazo que se iba abriendo a medida que avanzaba metros para colarse por el palo derecho de la portería local. Pero Sterling aun parecía querer más, y con una gran jugada desde la banda, en el minuto 12, asistió de manera muy precisa a Luis Suárez, que usando el interior de su pierna derecha y engañando con su desmarque a la defensa, envió el balón al palo largo del portero.

La primera parte a partir de aquí, se convirtió en un mar calmado para el Liverpool, donde cedía metros ante el Norwich, pero nunca la pelota. Su presión asfixiante de los primeros minutos se convirtió en un dominio sosegado del balón, sin prisas para llegar a la portería rival y con cuidado para evitar pérdidas en zonas comprometidas.

Mismo guión que ante el City, mismo resultado

Aquella frase de "segundas partes nunca fueron buenas" se cumplió de nuevo para el Liverpool, donde pareció salir dormido ante un Norwich que se jugaba la vida prácticamente. Intensidad y balones colgados al área, aprovechando el poderío de Hooper eran sus mejores armas. Un Liverpool menos ofensivo y con menos balón, en parte por las ausencias, que se empezó a sentir agobiado, incapaz de llegar al área del Norwich.

Situación que los locales al final, pudieron aprovechar. Mignolet, al más puro estilo Pepe Reina, se equivocó una vez más al salir a por un balón sin excesiva fuerza que no logró alcanzar, Hooper finalmente se hizo con él y a puerta vacía, anotó un peligroso 1-2 para los locales.

Con un cierto cambio respecto al guión que se vivió la jornada pasada en Anfield, el Liverpool encontró en Sterling, y en la fortuna, su gran salvador. En una jugada aislada a la contra del jamaicano, su disparo pegó en las piernas de un central, sobrepasando por encima a Rudd la pelota y entrando en la portería. 

No se iba a rendir el Norwich, que con un gran remate de Snodgrass se volvía a colocar a un sólo gol del empate y de un punto muy necesario para su particular lucha por la permanencia, donde al menos necesitará cuatro o seis puntos más. Sacó Rodgers a Agger para defender por alto lo que hasta entonces habían sido incapaces de hacer, y funcionó, exceptuando un remate del recién salido al campo Van Wolfswinkel, que con un remate en un córner a punto estuvo de igualar el partido.

Con el pitido final, el Liverpool se consolidaba finalmente como lider de la Premier, acortando aun más el camino para ganar, tras 24 años, un trofeo con el que sueñan todos sus aficionados. Por su parte el Norwich tendrá que apretar los dientes y esperar puntuar ante rivales muy complicados que no le facilitarán las cosas, mientras el resto de los competidores de la zona baja no aflojan el ritmo.

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Sobre el autor
Daniel Martin
Encargado sección boxeo, colaborador en F1. Viajante gracias al noble arte.