La Premier League pone punto y final de una forma que no se recuerda en muchos años. Y llegaron a la última jornada con dos candidatos al título. Por un lado, un el Manchester City debía ganar en su estadio ante un West Ham siempre competitivo, pero que no se jugaba nada. Por otro lado, un Liverpool que dependía de los citizens y además, tenía la necesidad de vencer al Newcastle en Anfield. Ambas tareas relativamente sencillas, a priori. En juego, el título de la Premier League.

La insistencia suele dar sus frutos

Pellegrini disponía de todos sus efectivos para afrontar el partido más importante del año (quitando el fracaso en Champions). Zabaleta, Touré, Silva, Nasri, Džeko e incluso Agüero... Allardyce por su parte, también alineaba prácticamente a todo su equipo estrella, incluyendo a Tomkins, Diamé, Downing y Carroll. El guión del partido estaba escrito de antemano.

Efectivamente, el Manchester City salió a dominar, a acosar, a empujar. Con Yaya Touré y Javi García dominando el mediocentro, con Silva y Nasri ofreciendo constantes apoyos y movimiento, Zabaleta y Kolarov actuando prácticamente de extremos en cada acción ofensiva, y los dos puntas esperando un balón franco. El West Ham se limitó a aguantar como pudo las acometidas rivales y a salir a la contra con los intentos de Downing y Carroll. Se quedaron en intentos, claro.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco... las ocasiones se iban sucediendo. Era cuestión de tiempo y Anfield lo sabía. Por si fuera poco, Škrtel se metía su cuarto gol de la temporada en propia puerta y daba ventaja al Newcastle (0-1). Apenas veinte minutos después, tras ocasiones de Silva, Kolarov y Džeko, llegaba la alegría al Etihad. Nasri recibió de Touré y, desde fuera del área, la clavó rasa, al palo largo, donde no llegó Adrián. Ventaja psicológica antes del descanso. Estaba hecho y lo habían merecido.

Sentenciar y esperar

Tardaron minuto cinco tras salir del vestuario. Kompany se encargó de sentenciar el partido tras encontrarse con un balón muerto dentro del área. El Etihad ya cantaba y el ambiente se hacía grande. Sólo quedaba esperar que Atkinson pitara el final. Mientras tanto -y por si acaso- el Liverpool tiró de orgullo y empuje para remontar el partido en dos minutos con los tantos de Agger y Sturridge. Pero Anfield estaba con la radio puesta y sabía que necesitaba más de un milagro para alzar el título de liga. De hecho, no tardó Allardyce en quitar a Carroll.

Tic, tac. Pasaban los minutos sin más incidencias que las ocasiones del Manchester City. Agüero tuvo alguna, Silva volvió a ser de los mejores y Pellegrini se protegió al final. Sacó a Fernandinho y Milner para asegurar, le dio minutos a Negredo y esperó lo inevitable, como medio Manchester, como media Liverpool, como todo Inglaterra. El entrenador uruguayo iba a ser el primer entrenador no-europeo en ganar una Premier League. La Premier League más igualada y emocionante en años, la Premier League del tropiezo de Gerrard...

Y se hizo la luz. Martin Atikinson decretó el final a los tres minutos de descuento y el Manchester City corrió y saltó más que en todo el partido. Kompany, especialmente contento como capitán. Hubo invasión de campo de esas que se recordarán durante mucho tiempo, porque han conseguido llevarse una Premier League muy meriotoria.

Invasión del Etihad | Foto: @Asegar_MLG

Puntuaciones VAVEL Premier League

Manchester City West Ham

Hart 6 Adrián 7
Zabaleta 7 O'Brien 5
Kompany 8 Tomkins 6
Demichelis 7 Reid 5
Kolarov 7 McCartney 4
Javi García 7 Noble 5
Yaya Touré 8 Taylor 5
Nasri 7 Diamé 6
Silva 7 Nolan 5
Sergio Agüero 5 Downing 7
Dzeko 6 Andy Carroll 6
Suplentes
Fernandinho 6 Jarvis 5
Milner 5 Carlton Cole 5
Negredo S.C. Joe Cole S.C.
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Sobre el autor
Álex Martínez
Valencia, 1994. Periodismo en la Universitat Jaume I de Castellón.