Jornada de dieciseisavos de final de la Capital One Cup que enfrentaba a un equipo de Premier League y a otro de Championship. El Liverpool partía como favorito debido a la diferencia de nivel y a que jugaba en Anfield. Pero la noche de Merseyside se iba a complicar para los de Brendan Rodgers. El Middlesbrough supo aprovechar sus pocas ocasiones para forzar, primero una prórroga y, después, una tanda de penaltis interminable.

El Liverpool ponía la posesión

Los locales salieron con la idea de mantener el esférico en su poder. Largas posesiones que nacían en los centrales hasta llegar a la frontal del área rival. Las buenas noticias llegaban de forma precoz, como protagonista: Jordan Rossiter. Un joven canterano de los reds de 17 años se estrenaba con el Liverpool de la mejor manera posible, marcando para abrir la lata en el encuentro. El tanto vino de una jugada estrambótica en la que el portero visitante, Blackman, no acierta a despejar el disparo lejanísimo del joven Rossiter.

Jordan Rossiter celebrando el primer gol. Vía: LFC

El guion de Brendan Rodgers no podía ser mejor: se había adelantado en el minuto 10 y controlaba el partido. Las pocas ocasiones de peligro de los pupilos de Karanka fueron en jugadas aisladas. Un córner en el minuto 30 que acertaba a rematar Kike pero sin dirigir el balón entre los tres palos. Sin duda, el mejor jugador de los visitantes fue Lee Tomlin, el inglés dejó destellos en la primera parte con buenas jugadas trenzadas al borde del área o con algunos disparos desde la frontal.

Vía: LFC

El espectáculo brilló por su ausencia

Los segundos 45 minutos daban comienzo en Anfield para desgracia de los aficionados. El Liverpool no conseguía ocasionar jugadas de peligro ante un rival muy bien organizado atrás que esperaba sus ocasiones en forma de error no forzado. Y de una jugada a balón parado llegó el gol del empate. Una falta desde la derecha en el pico del área botada por Leadbitter, un testarazo de Reach y el 1-1 subía al electrónico.

Brendan Rodgers metió un recambio en el partido: salió Lambert para dar entrada a Mario Balotelli. El italiano no gozó de oportunidades claras para salvar a su equipo. No como el Middlesbrough que por poco logra el 1-2 tras un tiro lejano de Clayton y su posterior rechace que no alcanzó Tomlin gracias al orden defensivo de Kolo Touré.

Una prórroga y una tanda de penaltis agónicas

El nerviosismo se notaba en las gradas de Anfield. La primera parte del tiempo extra careció de los dos goles que se iban a ver en la segunda. Rodgers ingresó al español Suso y éste le respondió con un gol en el minuto 109 para llevarse el partido. No solo eso, el joven que militó en la UD Almería estuvo cerca de conseguir el 1-3 que hubiese significado el final del sufrimiento.

Pero un partido de fútbol no acaba hasta que el árbitro pita el final. Un fallo de Sterling, que regalaba el balón a Bamford cerca de la frontal, desembocaría en penalti. El propio Bamford decidió lanzar la pena máxima y poner el 2-2 a falta de unos segundos para el final de los 120 minutos.

Como guinda de este postre difícil de digerir, apareció una tanda de penaltis histórica para el fútbol inglés. Hasta 30 oportunidades de lanzamiento entre los dos equipos. El resultado final fue de 14-13 a favor del Liverpool, llegando a tirar incluso los porteros Mignolet y Blackman. El fallo último de Adomah supuso el cierre a un partido inolvidable de esta Capital One Cup.