El Chelsea manda en la capital

El coliseo blue acogía el, a priori, encuentro más llamativo de la séptima jornada de la liga inglesa. El choque enfrentaba a dos de los transatlánticos de la Premier, un Chelsea aspirante a todo y líder con cinco victorias y un empate, y un mermado Arsenal especialmente afectado por las lesiones en la zaga, pero que afrontaba el duelo con un Welbeck titular enrachado tras su hat trick contra el Galatasaray en la máxima competición continental.

Comenzando con un cuarto de hora de retraso debido al lanzamiento de bengalas por parte de la afición visitante, el partido arrancaba al fin con un disparo lejano de Alexis que salió desviado. Pero este tempranero tiro a puerta no reflejaba lo que a continuación nos iba a deparar el derbi capitalino.

Los diez primeros minutos fueron de tanteo, dando lugar a un inicio de partido tranquilo, de pérdidas e imprecisiones por parte de ambos bandos que se sucedían mientras blues y gunners, grandes conocidos, se evaluaban sin prisa.

Pero esta tranquilidad se quebró drásticamente con lo que al final se quedaría en el susto de la tarde. Tras un gran pase de Wilshere, Alexis falla en el control y, al tratar de corregirlo, la cadera del chileno choca contra el rostro del joven Courtois. Después de unos minutos tendido en el suelo, el portero fue capaz de ponerse en pie y de continuar en el choque, pero tuvo que ser sustituido por Petr Cech en el minuto 24. El belga fue trasladado por precaución a un hospital cercano.

El primer cuarto de hora reflejaba un 57%-43% de posesión favorable para los blues, algo poco habitual en el conjunto de José Mourinho. Pese a ello, el dominio era estéril, sin ocasiones de verdadero peligro.

Sin embargo, a falta de acción sobre el terreno de juego, la chispa se trasladó a los banquillos. Corría el minuto 20 cuando una dura entrada de Cahill sobre Alexis Sánchez provocó la ira de Arsène Wenger, que reclamaba un castigo mayor que la amarilla mostrada al central inglés. El técnico de Setúbal, al ver a su homólogo fuera de sí, no perdió la oportunidad de acercarse a su área técnica. Fue allí donde el alsaciano, visiblemente molesto, reaccionó empujando al preparador local. Atkinson tuvo que poner paz, avisándoles de que si volvía a suceder, se irían ambos a la calle.

Tan sólo dos minutos después de este lance, Chambers era amonestado, viéndose mermado desde entonces en la tarea de defender a un Hazard que fue precisamente el causante de provocar esta amarilla.

En el minuto 26, un eslalon del extremo belga, en el que primero dejó atrás a Santi Cazorla y, después, a un Chambers que no pudo frenarle con contundencia condicionado por su reciente tarjeta, acabó con Koscielny derribando dentro del área al ‘10’ local. Enésimo penalti que comete el defensa francés desde su fichaje por el Arsenal. El propio Eden, con una serenidad pasmosa, engañó a Szczesny en el lanzamiento desde los 11 metros, colocando el balón justo en el poste contrario al que se tiró el portero polaco.

Hazard demostraba una vez más que, en carrera y conduciendo el balón pegado al pie, es uno de los mejores del mundo. Además de en tareas de desequilibrio y desborde, el belga aportó su granito de arena en labores de construcción cuando Matic y Cesc se veían bien marcados, bajando a recibir para desahogar la salida del balón blue.

Instantes después, al filo de la media hora de juego, Wilshere estuvo en clara disposición de igualar el encuentro, pero un mal control tras recibir un pase de Alexis permitió a Cech anticiparse y disipar el peligro.

No se encontraban los de Wenger. A pesar del corte asociativo de los jugadores que había dispuesto Arsène, el conjunto del norte de Londres parecía incapaz de hilvanar una jugada trenzada. Además, Chambers seguía sufriendo, tanto cuando le encaraba Hazard como cuando lo hacía Schürrle, y, en una de éstas, rozando el descanso, un desborde del internacional alemán estuvo a punto de provocar su segunda amarilla. Por suerte para el ex del Southampton, el colegiado sólo señalaría falta.

Los 22 protagonistas encaraban el túnel de vestuarios tras finalizar una primera parte en la que, sin excesivas ocasiones, el Chelsea, en el que destacó su habitual solidez y las individualidades de Eden Hazard, fue algo mejor. Los gunners, por su parte, volvían a echar de menos a un Özil que sigue agrandando el debate sobre su rendimiento alejado de la mediapunta. El alemán firmó una terrible primera mitad en la que perdió balones una y otra vez para desesperación de los visitantes.

Mejoría gunner, pero sin pólvora

Como ya sucediese en la primera parte, el Arsenal trató de inquietar al guardameta blue con un disparo lejano. Si en el minuto 2 fue Alexis quien probó a Courtois, tras la reanudación sería Cazorla el que no encontraría la portería ahora defendida por Cech.

En el segundo acto la posesión pasó a ser propiedad del Arsenal, un hecho que no desagradaba a un Chelsea que esperaba atrás su oportunidad de matar el partido a la contra. A punto estuvo de lograrlo cuando un desborde por banda izquierda de Hazard se tradujo en un centro que se envenenó al desviarlo Flamini y que sólo la buena intervención de Szczesny evitó que el balón besara las mallas.

Poco después, el Arsenal reclamó un penalti cuando un disparo desde fuera del área de Wilshere impactó en el brazo de Fàbregas. Atkinson no lo apreció y el partido siguió con su curso.

La conexión Cesc-Costa

Con la entrada de Obi Mikel por Schürrle, Mourinho fortalecía su centro del campo liberando a un Cesc que actuaría desde entonces unos metros por delante del doble pivote formado por el nigeriano y Matic.

Con esa libertad, el de Arenys de Mar empezó a buscar a Diego Costa y, fruto de esta asociación, llegaría el tanto de la sentencia local: el hispano-brasileño controló con el pecho un excelso pase que el ex del Barcelona dibujó desde su propio campo y, con una sensacional vaselina, batió a un adelantado Szczesny. Era el noveno gol en siete partidos de Premier League para el delantero de Lagarto. Sencillamente impresionante.

Lo siguió intentando el cuadro de Wenger hasta el último minuto. Pero lograr el gol sin disparar entre los tres palos es tarea casi imposible.

En el minuto 90, desesperado, Welbeck realizó una durísima entrada sobre Fàbregas que bien pudo suponer la roja directa para el ex red devil, pero Atkinson no quiso castigar más a un Arsenal que lo intentó en la segunda parte pero que pagó con la derrota su falta de mordiente en el Bridge.

Con esta victoria, el Chelsea se mantiene en la cima de la clasificación con 5 puntos de ventaja sobre su más cercano perseguidor, el Manchester City. Por su parte, los de Wenger ven cómo sus vecinos se alejan a 9 puntos tras la disputa de las siete primeras jornadas. Una vez más, Mourinho le ganó la partida al alsaciano, que sigue sin conocer la victoria ante su homólogo portugués.

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