No había partido tan apatecible como el que iba a acontecer en el Etihad Stadium. Dos pesos pesados de la Premier League se daban cita y los goles estaban asegurados.

Agüero y Eriksen compiten por el gol más bello

Los citizens ya habían avisado a Hugo Llorís con centros rasos. El meta galo estuvo correcto al estirar la mano para sujetar el balón con contundencia y Kaboul apareció para despejar una oportunidad del Kun, que se lanzaba ya sobre su presa. Los mismo protagonistas tendría el primer gol del partido: Lloris, Kaboul y Agüero

El mito de Stamford Bridge, ahora también del Etihad, cedió a Agüero en una posición escorada dentro del área. El argentino recibió, paró el balón, miró a los ojos a Kaboul, sonrió al saber que lo que iba a hacer sería gol. Tras dos lustros parado enfrente de Kaboul, sin que el central del Tottenham hiciera nada por quitarle el esférico, Agüero creyó que ya había suficiente tensión en el Etihad y que debía abrir el marcador. Se movió un metro a su derecha y chutó al gran grupo de jugadores que había delante de la portería de Lloris. Por cosas del destino pasó por en medio de todos ellas para meterse en el marco spur sin que el acrobático portero pudiera hacer nada.

El bueno de Eriksen se picó con el argentino y en un minuto equilibró la balanza. En la primera jugada de peligro de los de Pochettino rompieron la defensa del City en un abrir y cerrar de ojos. El balón por aquí y luego por allá para que Eriksen, encarnando al Llanero Solitario, se plantara delante de Hart para fusilarlo con un potente disparo. La plasticidad del gol fue lo más bonito. Ese típico gol que aunque se pare siempre acaba dentro. El internacional inglés abrió las piernas mientras caía para que el cuero golpeara en su muslo. De ahí salió todavía con más fuerza para estrellarse en el larguero y botar dentro de las mallas.

La locura no iba a quedarse ahí. Frank Lampard no tuvo suficiente con servir el gol a Agüero así que se internó en la frontera del área y un inocente Lamela metió cuerpo. El experimentado Lampard se dejó caer con una exagerada cara de dolor. El colegiado cayó en la trampa del ex capitán del Chelsea y pitó el penalti. Agüero cogió el balón y lo envió al lado derecho de Lloris, que se fue a la izquierda. El Kun ya había marcado dos, pero visto lo visto en el partido iba a tener oportunidades de meter un par más.

El tercero también lo pudo meter él. Y el cuarto. Y porque no hubo quinta oportunidad, sino también hubiera sido suya. Jonathan Moss señaló otro penalti a favor del City, esta vez mucho más claro. Kaboul volvía a errar y entraba a destiempo sobre Silva. Agüero volvía a iniciar el ritual, que acabó fatal. El argentino chutó ni aquí ni allá, ni fuerte ni flojo. Al centro y a media altura. Lloris se volvió a tirar a la izquierda, donde antes, pero con fortuna el balón chocó con sus pies. Agüero recogió el rechace con una volea pero el cuero no quiso entrar.

Lampard se lesionó y aunque Agüero se quedó sin un gran servidor de goles siguió a lo suyo. Contragolpe citizen que cazó en paños menores al Tottenham con el Kun como principal artillero. Encaró, movimiento salsero para esconder el balón y deshacerse con una gran zancada de su rival. Lloris vio la que se le venía encima. El francés se hizo fuerte delante de Agüero e impidió que culminara una jugada maravillosa. El guardameta spur no solo tuvo que atajar los disparos del argentino: también Milner, Navas y Silva se apuntaron al bombardeo. Mientras, el Tottenham no podía hacer otra cosa que rezar y mirar el reloj. Solamente Eriksen estaba a salvo de la debacle. El danés estaba siendo el mejor de su equipo y era el único que ponía en peligro al Manchester City.

Maravilloso correcalles

La segunda parte comenzó muy fuerte. El de siempre y el otro de siempre. Un argentino y un francés; un delantero y un portero; una fiera y un acróbata. El ex colchonero estaba haciendo un partido soberbio y cada vez que tenía una, sea desde donde sea, probaba suerte. Desde lejos pegó un latigazo que Lloris atajó con dificultades.

El partido no era de posesión, sino de correr y chutar. Lo malo para los intereses del Tottenham era que pocas veces habían participado; lo positivo es que la única vez que lo habían hecho habían marcado. Pases en profundidad para romper las defensas adelantadas. Si algún jugador tenía el balón en los pies demasiado tiempo era castigado con una dura entrada, como bien pudo apreciar Demichelis en la jugada de gol de Eriksen.

El Tottenham, aunque seguía con la misma intensidad que en el primer tiempo, estaba consiguiendo abrir el partido. No tenía muchas oportunidades pero ahí estaba, esperando a cazar alguna. De la misma forma estaba Agüero, que con sus dos goles durante el partido se había convertido en el máximo goleador histórico del City; sin embargo, no estaba teniendo la misma suerte que en la primera parte.

Los spurs confirmaron su mejoría cuando Soldado se introdujo en el área mientras Demichelis le trastabillaba. Soldado también confirmo su mal momento. Las estadísticas predijeron dónde iba a tirar la pena máxima y también lo hizo Hart, y no por suerte como Lloris. La mala fortuna de Soldado no se quedaría ahí ya que remataría el esférico delante de Hart y el portero inglés volvería a impedirle marcar.

Jonathan Moss estaba empazando a desarrollar una especie de filia con los penaltis. De una área a otra en un momento y otro penalti a favor del City. Cuatro a penaltis en 70 minutos y dos de ellos pitados erróneamente. Este, otra vez al Kun, era también evidente. Fazio se fue a la calle el día de su debut y Agüero selló su hattrick. Un calco del primer penalti: el tiro para la derecha y el portero hacia el otro. Agüero se estaba ganando a pulso una estatua delante del Etihad, que le pusieran su nombre a un hospital de Manchester y que le entregaran la llave de la ciudad. Un partido escandaloso del argentino que solamente estaba manchado por un penalti fallado.

El partido estaba ya sentenciado. Los goles solamente podían llegar por un lado. Efectivamente. Locura, delirio y que nunca se acabe. Un nombre: Agüero. Sir Kun Agüero de Manchester. El argentino se llevó el balón sin que nadie la saliera al paso y chuzó el balón desde la frontal del área para hacer su cuarto gol del partido.

No quedaba mucho tiempo, las piernas pesaban, la defensa no existía y tampoco hacía falta abusar. No hacía falta pero el City quiso seguir haciéndolo. Milner envió un balón al palo y Yaya Touré también lo intentó.

Para la suerte del Tottenham el partido acabó antes de que Agüero tuviera otra oportunidad. Cuatro goles en contra aunque lo peor fue no poder plantar cara a una apisonadora – que no es el City – . Agüero le dio 3 puntos al conjunto skyblue y entró en la historia del Manchester City por la puerta grande.

Manchester City (4)

Tottenham (1)

Hart 5 Lloris 7
Kompany 6 Fazio 3
Demichelis 6 Kaboul 5
Clichy 6 Rose 6
Sagna 5 Dier 5
Fernando 6 Mason 6
Silva 7 Capoué 6
Milner 7 Lamela 4
Lampard 6 Eriksen 7
Navas 7 Chadli 5
x4 Agüero 9 Soldado 3
Sustitutos
Fernandinho 6 Townsend 5
Jovetic 5 Dembelé 5
Touré - Ventonghen 5