Hay partidos que merecen ser recordados, que necesitan ser guardados en la retina por su intensidad y por su emoción. Encuentros que sirven de explicación para entender por qué la Premier League es uno de los torneos más eléctricos, más vibrantes y más competitivos. Porque en el Etihad Stadium se vio un duelo magistral entre el Manchester City de Manuel Pellegrini y el Tottenham Hotspur de Mauricio Pochettino (4-1), un bis a bis de dos entrenadores que respiran fútbol por los cuatro costados. Porque fue de esas citas en las que no faltan las situaciones de gol, la jugadas de excelsa calidad de futbolistas como Sergio Agüero o las brillantes intervenciones de guardametas como Joe Hart. Una cita vertiginosa, de tú a tú, de ida y vuelta, sin margen para el desasosiego, con la obligación de estar continuamente en alerta.

El extécnico del Málaga apostó por dosificar al costamarfileño Yaya Touré (que ingresó en el terreno de juego en el minuto 76) y dio entrada en el once titular a un Frank Lampard que entiende el fútbol de carrerilla y que, pese a estar encandilando a sus defensores y a sus críticos, tuvo que marcharse lesionado en el 28 de la primera parte. Sin duda, un golpe de mala suerte y un frenazo en seco para un jugador que a sus 36 años sigue siendo un diccionario balompédico abierto a tutiplén. Con tan indeseable disgusto, Agüero se erigió en el farol que dio luz a un City atrevido, apoteósico por momentos y al que no le faltó actitud ni ganas para superar al rival. El atacante argentino fue un ciclón, un atacante omnipresente, con hambre de gol y con la ilusión de marcar la diferencia tatuada en las entrañas. Cuatro tantos saciaron su deseo y eso que tuvo ocasiones que no atinó a materializar y erró un penalti en el primer acto. Con el cuarteto (minutos 13, 20, 68 y 75), el de Buenos Aires suma ya nueve goles en la Premier League en ocho jornadas disputadas y se convierte en el máximo goleador en la historia del conjunto citizen (59) tras superar a Carlos Tévez (58).

Con el contratiempo del centrocampista británico, Fernandinho y Fernando Reges se aliaron para formar un tándem de contención en el centro del campo. En ataque, más allá del recital del 'Kun', Jesús Navas cuajó una gran participación en los 90 minutos. Desbordó, asistió y se transformó en un peligro constante para un Federico Fazio que, en su debut como titular con los spurs, acabó viendo la cartulina roja en el 67 por provocar un penalti. Al extremo sevillano, se sumó el canario David Silva, un futbolista capaz de hipnotizar los sentidos con su estilo de juego. Que dribla, que pelea, que maneja el balón a un ritmo desbocado. Por su parte, James Milner volvió a ser imprescindible porque recupera, distribuye y se suma al ataque con criterio. En defensa, el quebradero de cabeza para Pellegrini en este inicio de temporada, cumplieron óptimamente Gael Clichy, Martin Demichelis, Vincent Kompany y Bacary Sagna. Mientras tanto, Joe Hart fue el protagonista en la portería después de detener un penalti al exvalencianista Roberto Soldado. Un cancerbero que frente al Tottenham estuvo a la altura y permaneció seguro bajo los palos para evitar algún que otro gol del oponente.

Con estos tres puntos, el Manchester City continúa segundo en la tabla con 17 y sigue la estela de un Chelsea (22) que ha comenzado la Premier League con la intención de levantar el título al final de la temporada. El equipo citizen suma un total de 18 goles a favor en ocho encuentros y logra así la tercera victoria liguera consecutiva tras vencer antes al Hull City (2-4) y al Aston Villa (2-0).