José Mourinho plantó en Anfield el once de gala, pero esta vez con Ramires en lugar de Willian. El ingreso del brasileño aportó mejor retroceso, pero quitó fluidez en el ataque, donde Hazard se tuvo que multiplicar para ser el creador de juego y dar una mano a Matic y Fábregas en crear salida limpia del balón.

Cahill de villano a héroe

Gary inició el partido de la peor forma posible, al minuto 8 Emre remató desde fuera del área, el balón fue desviado por el central y se coló en el fondo de las redes. El Chelsea empezaba el encuentro perdiendo y con el Liverpool presionando arriba y asfixiando el juego blue.

Poco a poco el central fue creciendo. En el minuto 14, remató a bocajarro tras una serie de rebotes que se dieron después de un saque esquina. El ojo de halcón determinó que era gol, así Gary se olvidó de la mala fortuna que tuvo y puso las tablas en el encuentro, desde ahí nadie más pudo pasar al central inglés.

Matic, amo y señor del mediocampo

Desde que el serbio llegó procedente del Benfica, se ha convertido en indiscutible en la zona de contención blue. Hoy dio muestras de por qué. Aunque Emre Can intentó ser una sombra fija, la sobriedad y movilidad de Nemanja le permitieron siempre ser una opción de pase a la hora de crear juego. Si Fábregas es el que da las asistencias, Matic es el que siempre cuida las espaldas del catalán. Una dupla que se entiende a la perfección, donde el número 21 es el que hace todo el trabajo sucio.

La constante presión que ejercían los volantes del conjunto red sobre Matic, Fábregas y Oscar obligaron a Hazard a cumplir labores de enganche, labor que el belga realizó sin ningún problema. Desde el minuto 35 de juego, Matic tomó las riendas de los blues, dictaba el ritmo del partido y se jugaba siempre a lo que el quería. Una vez más, el trabajo del hombre silencioso fue fundamental.

Ramires no dio el resultado esperado

El brasileño volvía a la titularidad en Premier League después de su lesión, jugaría de extremo derecho, pero la principal función sería ayudar a la recuperación del balón y empezar la presión sobre los centrales del Liverpool. Ramires ya había cumplido antes esta función, pero en esta ocasión su rendimiento fue muy bajo, no persiguió las subidas de Sterling y aportó poco para el ataque blue.

El número siete blue se perdió entre la presión del rival y no estuvo cómodo en ningún pasaje del encuentro, aunque ayudó a presionar la salida del Liverpool, no mostró el sacrificio que tiene habitualmente. Cabe destacar que la de extremo derecho no es su posición habitual, pero que normalmente cumple al estar en esa demarcación.

Posicionarse para ayudar a Terry

José Mourinho entendió que para que Terry no quedase expuesto, el Chelsea debía replegarse cerca de su área. El capitán blue ya no puede ejercer preseión alta debido a que no posee la velocidad para cubrir balones que tiren a sus espaldas.

En este mismo orden de ideas, el Chelsea ha debido habituarse a defender en los últimos 20 metros del terreno, donde se sienten fuertes debido a la calidad individual de sus defensores, además del sacrificio que Oscar aporta, al defenderse se vuelven un 4-5-1, el único libre de labores defensivas es Costa

Un equipo de guerreros

En el Chelsea ninguno está exento de sacrificarse. Todos los jugadores saben cuando deben colocarse el mono de trabajo, Costa, el delantero centro, es también el primero en ejercer presión sobre los centrales rivales para ensuciar la salida del contrario. El ex del Atlético de Madrid es el primero en meterse en el fango y proponer un juego de choques contra los centrales. Hoy lo sufrió Skrtel.