Segundo partido en apenas tres días para Burnley y Newcastle. Ya no valían medias tintas, ganar se convertía en el objetivo primordial. Otra vez en casa, los clarets mostraron la metamorfosis sufrida en las últimas semanas. Misma forma de encarar los partidos, pero con distinto resultado. Los pases tenían receptor y las jugadas elaboradas acababan en un disparo o, al menos, en las inmediaciones del área defendida por Elliot.

Cierto es que la mejoría era patente, mas no tan clara como en anteriores citas. La de hoy se antojaba con un punto de dificultad añadido. El noveno clasificado, haciendo las cosas bien con su colonia de franceses en el once de inicio en frente. Pardew sabía aque Turf Moor no se lo pondría fácil, pero la mano de cartas que el croupier repartió esta vez, fue en beneficio suyo.

El Burnley se veía pequeño midiéndose contra unas urracas de proporciones impensables y, sobre todo, de largas y celerosas patas. Cisse y Abeid pudieron haber hecho el primero. La del de Montreuil fue muy clara, solo ante Heaton, en galopada buscando el cuero. La vaselina parecía la major opción para batir al cancerbero, sin embargo, Abeid se decantó por un disparo colocado que impactó directamente en la parte superior del meta vestido de amarillo.

Rock and roll se oye desde la lejanía

Lo pasaban mal los afincados en el este de Lancashire. Gouffran y Ameobi en menor medida, acosaban las inmediaciones defendidas por Keane y Shackell. La velocidad de los interiores era pasmosa, pero su deleznable control del balón imposibilitaba cualquier acción de peligro, colocando al Burnley en una posición ventajosa para montar la contra. Y así lo hicieron. Balón largo que recogió Barnes; éste con la cabeza asistió a Boyd, unos pasos por detrás de él, libre de marca. El ex del Hull City se la acomodó y sin pensarlo dos veces, chutó seco, sin remilgos. Increiblemente, esa pelota con trayectoria recta y ejecución de disparo somera, se colaba en las redes salvaguardadas por Elliot, haciendo el 1-0, poniendo a Turf Moor en pie. Esperanzando a Turf Moor, haciendo creer a una ciudad entera en que la Navidad depara un bonito regalo: salir del descenso.

Fuente: Burnley

Arfield-Boyd-Ings-Jones. Cuatro hombres a punto de conseguir el gol de la jornada. Una tétrada de magos dispuestos a sumar un conejo más en su chistera y quedar perplejo a un espectador que se creía mago antes de empezar, con mejor instrumental y mayor bagaje, Alan Pardew. En un adoquín esos cuatro pillos se inventaron una jugada de ensueño, que terminó en las botas de Jones, un actor inesperado, siempre a la sombra, en un segundo plano. Escorado, con poco ángulo, se dispuso a disparar y perforar, por segunda vez en pocos minutos, las mallas del arquero irlandés. Por fortuna para él, el intento se quedó en eso, en intento, ya que el esférico salió por encima del larguero, hacia la animosa grada que, bufanda en cuello y gorro en cabeza, soñaba con un prematuro regalo llamado permanencia.

When The Magpies Go Marching In

Pardew es un tipo listo. Le gusta ganar y sabe cual es la clave para hacerlo. Dos cambios al descanso para ganar en fluidez, Cabella y Taylor. Curiosamente, ellos no participaron en la jugada del gol. Sí, del gol. El empate se avecinaba temprano, sin tiempo de reacción para dar un muerdo al bollito tras el descanso, ni para enfundarse los guantes, y menos para que la zaga de Dyche entrara en calor ante un ventisca como la generada por los de Newcastle.

Jugada aparentemente sin peligro que terminó en un disparo frustrado de un jugador visitante, a raíz de un infausto despeje del lateral derecho Kieran Trippier. El rebote lo recogió Janmaat, que centra desde su esquina para que Gouffran la toque de espuela. La defensa aún estaba en los vestuarios cuando Cissé empataba el partido, rompiendo la igualada como hizo con la escuadra derecha, que reverberó tras un disparo lleno de rabia y severidad. Turf Moor no decaía, porque el jugador número doce nunca baja los brazos, sino que alza más arriba sus pancartas y afina sus voces.

Nunca viene mal talento musical en las gradas, y Louis Armstrong lo puso en Burnley desde Nueva York, en las voces de unos obreros ingleses que se desgañitaban animando a su Club con el 'When The Saints Go Marching In', pero no, no son precisamente los santos los que marchan, sino The Magpies quienes emprendieron el camino de la remontada: 'When The Magpies Go Marching In'.

Fuente: Premier League

Como le ocurrió el sábado pasado, Ings despertó de su letargo en los estertores del encuentro. Buscó la asociación en profundidad con Boyd y con su compañero en punta de lanza, Barnes. Se notaba la falta de ese revulsivo de perilla y aspecto de aguerrido luchador balcánico, Jutkiewicz. Al Burnley le fallaban los pases y la última jugada. Keane lo intentaba en un saque de esquina, zafándose habilidosamente de su rival, y después Barnes, mandando el cuero al banderín de córner. El tiempo se consumía y los locales no parecían encontrar el estilo que les llevó a sus últimas victorias y a su milagroso empate contra el Aston Villa.

Con el de hoy, Dyche cumple 100 partidos como preparador del Burnley

Los pases sin destinatario claro impedían la progresión del Burnley en tres cuartos de cancha rival. Pelotazos altos carentes de sentido, en busca de Ings que cual náufrago, se veía solo en una isla repleta de jugadores del blanquinegros. Ni la ayuda del recién ingresado Jutkiewicz sirvió, ni un cabezazo de Mee alteró los corazones de los desplazados desde Newcastle-Upon-Tyne hasta esta humilde ciudad. El todo o nada se quedaba en nada amén a un inteligente juego de pase de los de Pardew para que el tiempo corriese en contra de los de Dyche y el partido muriera en un socarrón empate.

Contienda sin mucha historia que refuerza más al Burnley - moralmente hablando - , que a The Toon. Los de Dyche dejan escapar unos valiosos puntos que, a primera vista, parecieron difíciles de conseguir y los de Pardew, se vuelven a casa con uno más, alejados de las posiciones nobles de la tablilla y con la espinita clavada de no haber conseguido la machada ante un rival de estofa muy inferior.

Puntuaciones Premier League VAVEL

Burnley (1) Newcastle (1)

Heaton 5 Elliot 5
Trippier 4 Janmaat 6
Shackell 5 Dummet 5
Keane 4 Williamson (46') 3
Ward (66') 5 Haidara 5
Marney 5 Abeid 7
Jones 7 Tioté 6
Arfield 5 Gouffran 7
Boyd 7 Ayoze (46') 5
Barnes (85') 4 Ameobi (75') 6
Ings 5 Cissé 6
Suplentes
Mee (66') 5 Cabella (46') 7
Jutkiewicz (85') 5 Taylor (47') 5
- - Rivière (75') 5