Reparto de puntos en dos fogonazos

En una soleada tarde londinense, los pupilos de Neil Warnock, que venían de tres jornadas consecutivas sin ganar, recibían en Selhurst Park a un Stoke City crecido tras su prestigiosa victoria del pasado fin de semana frente al Arsenal.

Con la necesidad de los locales y el impulso con el que venían los visitantes, se podría haber esperado un encuentro más abierto, más dinámico, más atractivo. Pero nada más lejos de la realidad, londinenses y stokies apenas nos dejaron un par de pinceladas destacables a lo largo de los más de 90 minutos de juego que duró el envite.

Dos destellos

Las bazas de ambos conjuntos eran claras e iban a ser decisivas en los tantos del partido. Por los locales, la velocidad de sus extremos: Wilfried Zaha y, especialmente, Yannick Bolasie. Por los visitantes, el buen momento de forma en el que llegaba Bojan Krkic.

Así, cuando el reloj marcaba el minuto 11, Zaha combinó en la banda para Bolasie y el congoleño, todo un peligro con el balón en los pies, recortó a Bardsley y puso un centro medido que McArthur, anticipándose a Wilson, cabeceó por encima de Begović. Las gradas del coliseo eagle estallaban de alegría ante el buen tanto del escocés.

Pero aún no se habían terminado de abrazar los aficionados londinenses cuando Crouch perforó las redes locales después de un remate defectuoso de Jonathan Walters.

El irlandés, en una posición inmejorable, se aprovechó del buen desborde y de la asistencia de Bojan Krkic para chutar a puerta. No impactó como hubiera querido pero, tras tocar en un defensa, la trayectoria del lanzamiento del ‘19’ potter acabó en las botas de un Crouch que, solo y en el área pequeña, únicamente tuvo que empujarla para hacer el empate que, a la postre, sería definitivo.

Ni dominadores ni dominados

Había comenzado de manera fulgurante el encuentro, pero sólo era un espejismo. De ahí al final, ninguno de los contendientes supo hacerse con el control de un choque que sólo provocó que los espectadores se levantaran de sus asientos en las ocasiones en que Bolasie o Zaha pudieron desbordar por sus bandas o en las contadas, pero decisivas, intervenciones de un Asmir Begović que sigue demostrando jornada a jornada que es uno de los porteros más fiables de la Barclays Premier League.

Y es que los veloces extremos eagles, junto a un activo McArthur, fueron el mayor quebradero de cabeza para los de Mark Hughes, en especial para los laterales Bardsley y Pieters, que tuvieron que medirse en carrera al congoleño y al inglés de origen marfileño.

Por su parte, el guardameta internacional por Bosnia mantuvo a los suyos en el encuentro con tres paradas realmente meritorias. La primera, en el minuto 27, a un buen disparo de McArthur desde dentro del área tras recibir una gran asistencia de Bolasie. La segunda, en el 41, tras un zurdazo que Wilfried Zaha se inventó después de rebasar a Bardsley. La tercera, en el 56, con una buenísima reacción a un fuerte disparo con la zurda de McArthur desde la frontal del área que el bosnio neutralizó metiendo la manopla fuerte y abajo, como marcan los cánones.

El Stoke echa de menos a Moses

En una tarde en la que Bojan no estuvo tan inspirado como en otras ocasiones, el ilerdense fue la primera y única sustitución en los visitantes. En su lugar entró un Marko Arnautović que no termina de convertirse en ese jugador diferencial que se atisbaba desde sus inicios y que apenas tuvo incidencia alguna en lo ocurrido sobre el pasto de Selhurst Park.

Tras el cambio, y viendo que el partido no transcurría por donde a él le gustaría, Mark Hughes miró al banquillo en busca de soluciones pero sólo encontró caras que no le decían nada, le faltaba alguien. Y no es para menos, el técnico galés sigue echando en falta a Victor Moses. Un jugador, el nigeriano, que está siendo el más destacado de los suyos en lo que va de temporada pero al que las continuas lesiones musculares le están impidiendo competir con regularidad.

Con el partido agonizando, a punto estuvo Peter Crouch de conseguir el tanto que hubiese supuesto la victoria visitante. El espigado delantero recogió un rechace dentro del área y de primeras, con la zurda, conectó un disparó que blocó un Julián Speroni que hasta entonces había sido prácticamente un espectador más.

Al final el fútbol –o la escasez de fútbol– hizo justicia y potters y águilas se repartieron los puntos en un choque que, con total seguridad, no pasará a la historia.

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