Partido de objetivos. Objetivos muy distintos. La Europa League por un lado y la permanencia por otro. El Tottenham sería quien diera primero el golpe. Arfield ponía el susto en el cuerpo de Lloris nada más empezar el encuentro, pero no mucho después, la técnica de los de Pochettino se apoderó de un partido que parecía sentenciado antes de empezar. Las imprecisiones de los de Dyche dejaron paso libre para que Walker se aliara con Lamela y ambos, por la endeble banda de Mee, hicieran de las suyas.

Tanto va el cántaro a la fuente que, al final, se rompe. La triangulación de los spurs estaba siendo magnífica, sin dar opción al Burnley de meter mano y salir velozmente a la contra. Jones pitó falta en zona de tres cuartos, a favor de los locales. La zaga claret estaba desprevenida cuando el saque ya se había producido. Chadli galopa por banda y supera a su par, Trippier. Centro inapelable que termina en la cabeza de Kane y, a continuación, en el fondo de las mallas merced de un mal marcaje del defensor, ex red devil, Keane.

¿Cuero u oro?

El 1-0 ya lucía en el luminoso de White Hart Lane, pero no por mucho tiempo. Los visitantes seguían muy por detrás en esta carrera de fondo. Sin su público animando en las gradas, hoy jugaban con uno menos y la cuesta se antojaba más empinada. La suerte volvió a sonreír a Barnes, aquel pillo que, sin hacer mucho ruido, está sacando a flote a un equipo hundido ya desde verano. Boyd pasa en corto al oriundo de Bath y éste, enfundándose la capa de mago y la varita, se saca de la chistera un disparo propio de los grandes popes del fútbol. Trayectoria preciosa y precisa, parábola de libro. De escuela balompédica. El guardameta internacional por Francia no llega a atajar y el gol de Barnes, desde fuera del área, se convertía en uno de los goles de la jornada y quizá de lo que se lleva de temporada.

Fuente: Burnley

Se avecinaban goles en White Hart Lane. A falta de cuarto de hora para llegar al descanso, caería otro chicharro más. Los del este de Lancashire tomaban aire gracias a una medular más activa que de costumbre, con Marney atreviéndose a adelantar su posición, ayudado en la retaguardia por Jones. Boyd comenzaba a entrar en juego y la dupla de oro Trippier-Arfield daba los primeros avisos de peligro. Cuando el pequeño pajarillo remontaba el vuelo, un gran gallo se cernía sobre el planeo bajo del ave de pecho morado.

La nota positiva para el Burnley fue una mejoría en la medular con Marney más adelantado

Era Lamela, gallo de batalla del Tottenham, perfecto sustituto del que éste porta en su escudo, el que se decidiría a responder a Barnes con un gol para quitarse el sombrero. Desde Buenos Aires con amor, le dijo el cuero a Heaton cuando la cepa del palo se ensanchaba para dejar sitio entre las redes a tal obús. Con la lesión de Mason y el 2-1 en el marcador, los 22 soldados se marcharon al túnel de vestuarios, los locales con la mente puesta en mantener una victoria clave para seguir codeándose con los opositores a disputar la Europa League y los visitantes con el objetivo de marcar para no volver a la zona roja donde llevan viviendo desde septiembre.

Fuente: Premier League

Frialdad en White Hart Lane

El mejor regalo para la pequeña población obrera de Burnley sería dormir en Navidad siendo equipo Premier. Y las prisas llegan y los puntos se necesitan. Se notaba al equipo lento y falto de más ideas que penetrar por el centro del campo en busca de un hueco donde meter un pase a Ings. El partido se convirtió en un correcalles en el que, efectivamente, siempre pierde el Burnley. Los errores defensivos pudieron condenar en múltiples ocasiones a los clarets. Esto, sumado al cansancio, daba como resultado una marioneta inerte en manos de un titiritero que no fallaba en ningún movimiento y arrancaba cada vez más enfervorizadamente los aplausos de su afición.

The Ginger Mourinho alentaba a sus pupilos desde el área técnica, limpiándose el sudor que le corría por la frente, sabedor de que la mejoría no es suficiente aval para estar sujeto a un banquillo difícil como el del Burnley. Chadli seguía abriendo la brecha defensiva entre Keane y Shackell, siendo cada vez más evidente la importancia de Duff en una zaga que sin su veteranía está rota.

La pareja Keane - Shackell no funciona. Se echa de menos a Duff

Kane buscaba el segundo en su cuenta personal y el tercero para el Tottenham, un tercer gol que sentenciara un partido espléndido en la primera mitad y gris en la segunda. Los spurs parecían médicos durmiendo el partido y a su rival, inyectándoles la dosis justa de anestesia para que no dieran más guerra hasta el final. Había un paciente indemne aún, vivito y coleando por la medular, Ross Wallace, héroe contra el Leicester por rascar un punto en el minuto 96. Parecidas condiciones: minuto 92, falta directa. Portero distinto, y la ecuación ya no pudo funcionar. Lloris envía a saque de esquina y el partido muere, y con él, el Burnley de Sean Dyche.

Los visitantantes se enfrentarán al Liverpool de Brendan Rodgers el próximo 26 de diciembre en Turf Moor, ahora sí arropados por sus seguidores. Por otro lado, el Tottenham encadena su segundo partido consecutivo enfrentándose a recién ascendidos, esta vez contra el Leicester, fuera de casa, en un partido que se antoja sencillo para afianzarse en la parte alta de la clasificación liguera.

Así lo vivimos en VAVEL

Puntuaciones Premier League VAVEL

Tottenham (2) Burnley (1)

Lloris 6 Heaton 5
Walker 6 Trippier 6
Fazio 5 Shackell 4
Vertonghen 6 Keane 3
Davies 5 Mee 4
Bentaleb 4 Marney 7
Mason (42') 5 Jones 6
Lamela 8 Arfield (79') 5
Eriksen (93') 7 Boyd (79') 5
Chadli 7 Barnes (89') 7
Kane (84') 8 Ings 6
Suplentes
Stambouli (42') 5 Kighly (79') 4
Soldado (84') - Wallace (79') 5
Rose (93') - Jutkiewicz (89') -