El QPR es para la gran mayoría carne de descenso y el hecho de haber estado 13 de las 21 jornadas disputadas dentro de esos puestos parece darles la razón. Charlie Austin, sin embargo, está empeñado en llevarles la contraria a base de goles para los Hoops. Y lleva haciéndolo toda la temporada. En la jornada 3 llegó el primer tanto de Austin, la primera victoria -QPR 1-0 Sunderland- y la primera jornada en la que los Hoops no dormían en descenso.

De uno en uno, de dos en dos o incluso de tres en tres, como en la magnífica victoria (3-2) frente al West Bromwich Albion, los goles de Austin fueron llegando y siendo el mayor motivo para la esperanza del Queens Park Rangers.

Austin es un delantero corpulento (1'88 metros, 84 kilos), ni demasiado rápido ni demasiado potente pero con una extraordinaria inteligencia para moverse en el área, su hábitat natural, y alcanzar posiciones de remate habiéndose librado de su marca. Desmarque y remate son sus dos cualidades más brillantes, junto al insaciable instinto asesino que hace del bueno de Charlie un peligro constante para las defensas rivales.

La característica mueca de Charlie. Foto: Getty Images

Los comienzos en Non-League

Austin comenzó su andadura en el mundo del fútbol entrenando en las categorías inferiores del Reading FC. Las cosas en Reading no iban del todo bien y a los 17 años, Charlie comenzó a jugar en el Kintbury Rangers y un año más tarde en el equipo de casa, el Hungerford Town. En 2008, Charlie comenzaría a despuntar en el Poole Town de la Wessex League Premier Division, donde anotó 46 goles en 46 partidos en todas las competiciones. Esto lo hizo mientras compaginaba el fútbol con su trabajo de albañil.

El Bournemouth, que por aquel entonces se encontraba en League Two, lo tuvo a prueba y sólo unos problemas administrativos con la Football League impidieron que ficharan a Austin. Charlie regresó al Poole Town, consciente de que pronto le llegaría otra oportunidad. Anotó 18 goles en 11 partidos al principio de la temporada. Charlie jugaba, marcaba y esperaba la llamada del club profesional que le permitiera dar el salto.

Entonces llegó el Swindon Town

Ken Ryder, del departamento de scout del Swindon Town advirtió a sus superiores de la existencia de Austin: "Tropecé con Charlie jugando con el Poole Town... y él marcó cuatro goles... y entonces, la semana siguiente él marcó tres o cuatro" comentaba sorprendido. Se lo llevaron de prueba, y en el primer partido, Charlie anotó un hat-trick. Le firmaron, como no podía ser de otra manera, un contrato profesional hasta el final de la temporada.

"Tropecé con él jugando con el Poole Town... y marcó cuatro goles... y entonces, la semana siguiente marcó tres o cuatro"

Austin debutó en League One el 24 de octubre de 2009 en un partido frente al Norwich City. En el primer partido en que fue titular, frente al Carlislen United, Charlie tardó tres minutos en marcar su primer gol como profesional. Al final de su primera campaña como profesional, Austin había metido 20 goles en 32 partidos.

Burnley, un paso más hacia le elite

En enero del 2011, Austin fue firmado por el Burnley, de Championship, para los siguientes tres años y medio. Austin debutó en Championship el 1 de febrero de 2011, en un partido que el Burnley perdió frente al Doncaster Rovers. Durante su estancia en Burnley, Charlie no dejó de hacer lo que mejor sabía: meter goles. El 23 de octubre de 2012 igualó el récord de Ray Pointer, quien en la temporada 1958/1958 había anotado en ocho partidos consecutivos.

No fue el único récord del Burnley que rompería Austin. Dos semanas más tarde se convirtió en el jugador que más rápido en una temporada había alcanzado la cifra de 20 goles. Lo hizo en 17 partidos, rompiendo el récord de Bert Freeman que los había conseguido en 19 encuentros en la temporada 1911/1912.

Tras 41 goles en 82 partidos, había llegado el momento de decirle adiós a la ciudad de Burnley. El Hull City lo iba a firmar, pero no pasó el reconocimiento médico.

Austin celebra un gol con el Burnley. Foto: PA

Loftus Road esperaba

En agosto de 2013, el QPR pagó al Burnley una cantidad cercana a los 4 millones de libras y se hizo con los servicios del bueno de Charlie. Loftus Road esperaba la llegada del goleador que les hiciera regresar a la Premier League y Austin devolvió el cariño con goles. El 6 de agosto marcó el primero, en League Cup frente al Exeter City. El 14 de septiembre anotó el gol de la victoria frente al Birmingham City en Loftus Road, en su primer tanto en Liga.

Y así fue como, gol a gol, el bueno de Charlie fue llenando de ilusión las gradas de Loftus Road. Un tanto suyo frente al Wigan Athletic, llevó al QPR a la final por el ascenso a Premier League en Wembley.

El resto ya es conocido. Austin, en la Premier, sigue haciendo aquello que mejor se le da. Sigue haciendo de su virtud, su oficio. De su profesión, su arte. Perforar redes y dibujar sonrisas. El bueno de Charlie ha llegado a la cima, y ha venido para quedarse.