Victoria 'spur', supervivencia 'blade'

White Hart Lane recibía con muchas ganas a su equipo, no todos los días se disputan unas semifinales coperas, y lo hacía con 15 minutos de retraso debido a los problemas de tráfico que se dieron en esa zona de Londres. El rival, un Sheffield United de League One –lo que vendría a ser un Segunda B en España–, podía invitar a pensar a los aficionados spurs en una noche relajada y en una victoria cómoda que convirtiera el partido de vuelta de dentro de una semana en un mero trámite.

Nada más lejos de la realidad, el cuadro dirigido por Mauricio Pochettino tuvo enfrente a un equipo muy bien trabajado por Nigel Clough, hijo del más que mítico Brian Clough, que jamás le perdió la cara al choque y que se permitió inquietar en más de una ocasión a Michael Vorm, titular en League Cup en sustitución de Hugo Lloris.

Presión visitante, dominio local

Ni el escenario del encuentro ni la entidad de su rival intimidaron a un Sheffield United que desde el pitido inicial salió a presionar y a morder a su oponente. Ya en los primeros segundos forzaron una falta frontal que, si bien no estuvo del todo bien ejecutada, avisaba de las intenciones de la red and white army.

El enérgico inicio de los blades desconcertó a un Tottenham Hotspur que vio cómo en el minuto 4 Michael Vorm tuvo que intervenir por primera vez para evitar que Flynn disparara a puerta tras una mala salida de balón de Vertonghen.

Tras unos primeros minutos de presión constante, los visitantes retrasaron sus líneas y decidieron esperar en su campo a los lilywhites, si bien alternaban dicha estrategia con momentos de agobio a su rival en la salida de balón. El conjunto dirigido por Pochettino aceptaba la propuesta y tomó el control de la posesión tratando de buscar alguna fisura en el entramado defensivo de los rojiblancos.

Los extremos derechos

En un encuentro en el que se esperaba que las estrellas fuesen los delanteros –Kane, ariete de moda en Inglaterra, y Adebayor, capitán en la noche del miércoles, por parte del Tottenham y McNulty, quizá el principal artífice de la buena trayectoria de los suyos en esta competición, por parte del Sheffield United–, el protagonismo se escoró hacia las bandas derechas, donde Andros Townsend y Jamal Campbell-Ryce destacaron por encima del resto.

El atacante anglo-jamaicano de los blades a punto estuvo de romper las tablas en el minuto 21 cuando, tras desbordar a Davies, cruzó en exceso su disparo y no hizo intervenir al cancerbero spur.

La réplica, inmediatamente, la iba a poner su homólogo en el extremo derecho local. Townsend, con un guante en su pie izquierdo, botó magistralmente una falta y encontró en el área a Eric Dier pero, lamentablemente para los intereses lilywhites, el remate del ex del Sporting de Lisboa salió demasiado centrado y facilitó el despeje de Howard a saque de esquina.

Lo intentaba un Tottenham que iba a tener la ocasión más clara de la primera parte apenas 10 minutos más tarde. Eriksen, bastante desaparecido hasta el momento, dibujó una parábola perfecta para encontrar a Adebayor a la espalda de la defensa del Sheffield United pero el togolés, bajo la presión de Basham, envió el cuero directamente a las nubes.

Antes de llegar al descanso ambos equipos dispondrían de otras dos ocasiones bastante claras.

Los pupilos de Nigel Clough tuvieron el gol en las botas de Scougall, que se aprovechó de un error de bulto de Davies en la salida de balón. Con Vorm batido, el esférico no encontró portería.

Ya en el descuento de la primera mitad, y de nuevo tras una falta sacada por Townsend, Dier cabeceó a centímetros del poste defendido por Howard. Ambos equipos enfilaban el vestuario sin haber conseguido perforar la meta rival, pero no fue por falta de ocasiones.

El punto fatídico

Tras el breve asueto, la tónica del choque siguió los mismos derroteros. Posesión y control spur, contras y seguridad defensiva blade. El marcador no se movía, la grada de The Lane se impacientaba y Mauricio Pochettino movía ficha pasada la hora de partido: Soldado y Dembélé salían al terreno de juego por Adebayor, que se marchó abucheado por su afición, y Mason.

La modificación del preparador argentino iba a tener efecto apenas 8 minutos después de producirse. Soldado pinchó un balón complicadísimo en el área, el cuero botó e, incomprensiblemente, McEveley –más preocupado en reclamar fuera de juego– lo arrastró con el brazo. Neil Swarbrick, y todos los presentes, lo tuvieron claro: mano y penalti. Townsend asumió la responsabilidad de lanzarlo y, a pesar de que Howard le adivinó la dirección, su disparó acabó alojándose en el fondo de la portería blade. El cerrojo de Clough se había roto y el golpe en la moral del equipo de League One podía decantar la eliminatoria.

Pero no fue así. Después de unos minutos de desconcierto, la red and white army se recompuso e incluso tuvo tiempo de buscar el empate mediante un tiro desviado de Murphy y de reclamar hasta dos penaltis seguidos que el colegiado no consideró punibles.

El duelo en White Hart Lane terminaba con una ajustadísima victoria local y el desenlace de la eliminatoria tendrá que dirimirse en Bramall Lane, Sheffield, el próximo miércoles 28 de enero. Si demuestran la misma actitud que en Londres, los pupilos de Nigel Clough tendrán opciones de dar la sorpresa en su feudo. Los de Pochettino se deberán andar con ojo, y si no que le pregunten a Koeman, a Allardyce o a Redknapp.

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