'Tócala otra vez, Branislav'. El defensor serbio del Chelsea hizo de Sam en Casablanca y se erigió como el héroe de la fantástica batalla futbolística que libraron Chelsea y Liverpool, en un partido que decidió el primero de los finalistas del último partido de la Capital One Cup, que se disputará el próximo 1 de marzo en Wembley. Serán los blues, y no los reds, quienes opten a un título que no consiguen desde 2007. En 2008 el Tottenham les derrotó en la final, y este año podría repetirse el mismo cruce. Los Spurs ya derrotaron al Chelsea en el primer partido del año, así que si el Sheffield United lo permite, el morbo estará servido en Wembley.

Manual del 'box to box'

No reservaron nada ni José Mourinho ni Brendan Rodgers, que pusieron todo su arsenal en juego para dejar en la cuneta a su adversario y ser los primeros finalistas de la Copa de Inglaterra. En el Chelsea únicamente sorprendió la inclusión en el once de Zouma en el lugar de Cahill, pero la gran actuación del joven francés, sólido y concentrado en todo momento, respondió por sí sola ante las posibles dudas que pudiesen surgir tras su alineación.

A diferencia del partido de ida, donde el Chelsea se mostró más bien pasivo, esta vez los londinenses decidieron 'morder' unos metros más adelante. Alentados por su público, los de Mourinho quisieron ser más protagonistas, aunque la posesión estuvo muy equilibrada en todo momento. El Liverpool, más precavido, supo ser descarado cuando el partido lo requería, y llegó varias veces con peligro al área rival.

Los de Brendan Rodgers, que habían marcado en sus últimos seis desplazamientos a Stamford Bridge, se quedaron esta vez sin anotar porque Courtois, unas veces, y la la falta de puntería, las otras, impidieron que los reds sacasen botín alguno del feudo londinense. Desde el primer minuto de juego, el partido se descubrió como algo muy distinto a lo que habían vivido ambos equipos el pasado fin de semana en la FA Cup (el Chelsea fue eliminado por 2-4 frente al Bradford City, y el Liverpool irá al replay tras empatar 0-0 contra el Bolton).

Polémica y lucha en el fango

Así pues, la alta intensidad y ritmo con que ambos conjuntos deleitaron al público, convirtieron al partido en un correcalles, un auténtico box to box de lo más británico en el que ninguno tenía miedo y los dos tenían hambre y prisas por marcar. No faltó, por supuesto, ni polémica ni ocasiones, dos ingredientes habituales en este tipo de partidos de gran envergadura.

Apenas habían transcurrido cuatro minutos cuando una acción de Willian fue cortada dentro del área con unas claras manos de Lucas que el colegiado no acertó a señalar. Tras el penalti, el árbitro también obvió, en el minuto 11, un claro pisotón de Costa a Emre Can. Pocos minutos después, el propio Costa fue objeto de otro pisotón, esta vez de Skrtel, y que también debió ser penalizado con la pena máxima. Otro fallo de un árbitro demasiado permisivo.

Mientras tanto, talentos como Sterling se empeñaban en que se hablase de fútbol estrictamente. El ágil y habilidoso atacante, que repitió en solitario en punta, protagonizó la mayor parte de ataques reds, la mayor parte de veces liderando contragolpes en los que se tenía que medir a los rocosos centrales blues. Ello no intimidó para nada a Sterling, que causó varios problemas, y anduvo cerca de abrir el marcador. Un pie de Courtois, al cuarto de hora, salvó la primera clara ocasión del partido. El meta belga no se detuvo ahí, y a la media hora evitó milagrosamente que Coutinho le superase en un mano a mano.

El Liverpool se crece, el Chelsea responde

Sin darse nunca por vencido, ni mucho menos atemorizado por el ambiente, el Liverpool seguía generando peligro al contragolpe, con tiros lejanos no peligrosos. Sin dominar el partido, que estaba transcurriendo de área a área, los reds tuvieron una gran presencia en campo rival. En estos ataques también tuvo su palabra el Chelsea, que avisó por dos veces al filo del descanso con dos tiros de Oscar, el primero de ellos de falta, y que sirvieron de seria advertencia para los visitantes.

El arranque de la segunda mitad dejó claro cómo iban a ser los siguientes cuarenta y cinco minutos: más lucha que fútbol. Mientras Diego Costa iba 'haciendo amigos' en la defensa del Liverpool, por choques constantes con todos los que se cruzaban en su camino, pequeñas delicias aisladas de Hazard o Coutinho satisfacían el anhelo de aquellos aficionados que únicamente querían ver buen fútbol. Lo cierto es que el espectáculo no defraudó.

El inicio del segundo tiempo estuvo lleno de contínuas interrupciones por faltas que ralentizaron el duelo, impidiendo ver la grandeza de las estrellas de ambos conjuntos en su máximo esplendor. Una sensacional conducción de Hazard en el 58', en la que se deshizo de tres rivales y terminó rematando sin acierto desde la frontal, provocó la ovación de una grada más pendiente de las protestas arbitrales que de la situación del balón.

El atacante belga fue uno de los hombres más peligrosos del encuentro, pero en múltiples ocasiones, su compatriota Mignolet impidió que el nombre del ex del Lille brillase en el marcador. El meta del Liverpool merece un comentario aparte, pues en Stamford Bridge, pese a terminar perdiendo, tuvo una de sus noches más acertadas desde que es jugador de los reds. Sterling, Diego Costa, Gerrard y nuevamente Hazard, así como los dos metas, se encargaron de que ningún espectador se aburriera en ningún momento. Puro fútbol inglés, velocidad, ritmo e intensidad hasta la saciedad.

Ivanovic vuelve a golpear en una gran cita

La segunda mitad murió entre cánticos de 'Diego, Diego' y protestas de todo el campo por unas manos de Henderson, que debieron haber supuesto su expulsión. La mejor noticia para el espectador neutral y para todo aquel amante de este deporte, fue que aquel partido y aquella eliminatoria aún tenía algunos minutos por delante. El choque se iba a la prórroga, pues en esta competición los goles en campo contrario solo pesan más una vez concluido el tiempo extra, y no los noventa minutos.

En ella hubo algo más de fútbol y, especialmente, el tanto que decantó la batalla de Stamford Bridge y el global de la eliminatoria. Apenas habían transcurrido un par de minutos cuando una falta lateral botada por Willian fue cabeceada con fuerza por Ivanovic, cuyo testarazo resultó imparable para un inmóvil Mignolet. Como ya hizo en la final de la Europa League de 2013 en el Benfica, Ivanovic apareció en el minuto 93 (aunque esta vez de la prórroga) para dar a los suyos un importante triunfo. No un título, pero si el acceso a una final.

Insatisfecho con el marcador, el Liverpool volvió a apretar a su rival. Si había que morir, que fuera en la orilla, pensaron los de Brendan Rodgers. Y así fue. Los reds se despidieron de la Capital One Cup con honor, con la cabeza bien alta, aguantando en todo momento las sacudidas de los atacantes blues, que en el tramo final de partido supieron aguantar el balón para que el reloj avanzara en una posición lejana a su área. En 2008, el Tottenham venció al Chelsea en la final de la primera edición de esta competición que se disputaba en el nuevo Wembley. Así pues, no les faltará motivación a los blues de cara a una hipotética final con sus rivales ciudadanos. Ya sólo queda esperar que llegue el próximo 1 de marzo.

Chelsea (1) Liverpool (0)
Courtois 9 Mignolet 9
Ivanovic 9 Can 7
Zouma 7 Skrtel 7
Terry 7 Sakho (57') 6
Filipe Luis (77') 5 Moreno 6
Cesc Fàbregas (49') 6 Markovic (69') 5
Matic 6 Lucas 6
Willian (118') 7 Henderson 6
Oscar 7 Gerrard 7
Hazard 8 Coutinho 7
Diego Costa 8 Sterling 8
Suplentes
Ramires (49') 6 Johnson (57') 5
Azpilicueta (77') 6 Balotelli (69') 5
Drogba (118') -