Se afianzan en la tercera plaza y esperan luchar por la segunda. Eso se desprende de la racha que está afrontando el Arsenal en la Premier League, a pesar de la dura derrota de la pasada semana ante el Mónaco, en el feudo gunner. En cambio, en la competición nacional son el segundo mejor equipo en 2015, tras el Liverpool.

La primera parte fue complicada para ambos equipos, pero el Queens Park Rangers tuvo una mejor actuación y creó más peligro que el Arsenal. "La primera parte fue muy física", resumió Arsène Wenger. Por ello, el equipo del francés quiso ser paciente y enfocar el juego a su principal virtud: "conseguir la pelota y jugar". A pesar de ello, en los últimos minutos fue cuando más peligro generaron en la primera parte. "Lentamente hicimos eso en los últimos quince minutos".

Pero la segunda parte fue todo lo contrario: "controlamos y jugamos muy bien al fútbol". El técnico alsaciano visualizó un gran Arsenal, que dominó y controló a placer a su rival. "Sentía que nuestro juego era fluido, rápido, ingenioso. Es una gran manera de ganar y lo merecimos", sentenció Wenger. No obstante, el gran partido del meta del Queens Park Rangers, Rob Green, acabó con los planes de Wenger: "Tuvimos muchos contraataques pero Rob Green tuvo un partido excepcional y los salvó".

Arsène Wenger no hizo ningún cambio hasta casi el final de la primera parte. Esto se puede deducir porque quería "que el equipo continuase atacando". Según el técnico, el Arsenal no es un equipo que se puede quedar sentado y esperar a que los jugadores reaccionen en el descanso. "Necesitamos aprovechar la posesión y lo hicimos bien", finalizó el francés.