Son tiempos muy difíciles para los del Stadium of Light. Cuando Advocaat fichó por el Sunderland lo sabía, y sabía que tenía que trabajar muy duro para cambiar la dinámica desastrosa del equipo. Pues bien, en su debut ha dejado mucho que desear al perder 1-0 frente al West Ham United, que tampoco estaba para tirar cohetes las últimas semanas. El gol de Sakho en el minuto 88 hizo que el neerlandés comenzara su andadura con el conjunto franjirrojo de la peor manera posible.

Tripleta en ataque como novedad destacada

La principal novedad que reflejaba de inicio el conjunto de Advocaat fue el cambio de sistema a un 1-4-3-3, con Pantilimon en portería, quien parece que también contará con la confianza por delante de Mannone. La línea defensiva estaba formada por cuatro hombres, Van Aanholt en la izquierda, Révèillere en la derecha con Wes Brown y O’Shea en el centro de la zaga. Vergini dejaba su puesto de titular que con Poyet lo tenía asegurado y dejaba su lugar al internacional francés para cubrir el flanco derecho. El mediocampo estuvo formado por el español Jordi Gómez, Sebastian Larsson y Rodwell. Y por último, la gran novedad del sistema de Advocaat, tres jugadores en la delantera black cat, con Wickham, Defoe y Fletcher, este último volviendo a la titularidad tras haber sido incluido de manera irregular en la etapa de Poyet.

Un sistema que, a priori, daba a pensar que el Sunderland iría a hacerse con la iniciativa y el control del partido desde el primer minuto dando más protagonismo a sus atacantes, que hasta la fecha actual habían tenido poca presencia en los partidos.

Brown se fue lesionado, entró Vergini

El primer contratiempo del nuevo técnico del Sunderland llegó a los 12 minutos de partido, cuando el defensor inglés Wes Brown tuvo que salir del encuentro por lesión. Advocaat daba entrada a su relevo natural Santiago Vergini, quien como ya habíamos dicho, con Poyet, había sido titular indiscutible. El conjunto franjirrojo perdía en experiencia tras la salida de Brown del verde pero ganaba en juventud y frescura con el argentino, del que el neerlandés no dudó en darle la oportunidad de mostrar porqué había sido habitual entre los once iniciales hasta su llegada.

Lo bueno de Vergini es su adaptación al lateral derecho en donde estaba jugando hasta ahora, por lo que sus ayudas en banda a Révèillere se harían con más precisión.

La pasividad se adueñó del equipo

Ya desde el primer minuto se veía a un Sunderland apático y sin intención de jugar mucho el balón, por lo que la iniciativa del partido recayó en el West Ham, que no dudaría en echarse al ataque para poner en aprietos a los black cats. Según iban pasando los minutos, los de Advocaat seguían siendo incapaces de combinar una sola jugada de mitad de campo para arriba, y uno de los motivos que pudo causar este desentendimiento del juego podría haber sido la imposición de un nuevo sistema de juego que hasta ahora nunca habían utilizado. Con Larsson, Rodwell y Gómez desorientados, el equipo se partía en dos y los balones a los delanteros no llegaban así como la comunicación defensiva tampoco.

A su vez, ni Révèillere ni Van Aanholt eran capaces de sumarse al ataque sin dejar huecos que los pudiesen aprovechar los hummers, y es que las escasas subidas de los laterales a lo largo del partido fueron más fructíferas para el rival que para su equipo. Cuando el mediocampo es inexistente, los delanteros lo tienen muy complicado para hacerse con balones que puedan acarrear peligro al rival, y eso es exactamente lo que pasó el sábado con Fletcher, Wickham y Defoe. Si ya de por si los tres delanteros no están en un buen momento le sumamos que los que tienen por detrás que tienen que ayudarles no mandan balones, pues pasa lo que les pasó, que no olieron el esférico en la mayor parte del partido.

La pasividad total del Sunderland ante el West Ham, que tampoco jugó mucho mejor que los franjirrojos, acabó con la derrota de los black cats por 1-0, con el gol de Sakho en el minuto 88.

Reajuste de sistema tras la vuelta de Adam Johnson

Una de los momentos esperados para la afición del Sunderland era la vuelta a los terrenos de juego de Adam Johnson, quien tras unas semanas apartado para que resolviera unos problemas con la justicia, volvía a entrar en una convocatoria, la primera de Advocaat como técnico. Johnson empezaba en el banquillo pero su oportunidad llegó en el minuto 73 cuando el entrenador decidió darle entrada por Fletcher.

"Hable con él entre semana, la vida sigue"

Su entrada en el verde hizo que el sistema de 1-4-3-3 tuviera que reajustarse a un 1-4-4-2 con Johnson y Larsson por las bandas y Wickham y Defoe en la punta de ataque dando más empaque al centro del campo y teniendo la oportunidad de explotar las bandas, cosa que hasta ese momento no había podido conseguir el equipo. A pesar de la entrada de Johnson, el Sunderland siguió la misma tónica de juego lento y bronco sin intención de lograr la iniciativa con la posesión de balón. El internacional inglés volvía a sentirse jugador después de unas semanas para olvidar en la vida del futbolista.

Johnson de nuevo en acción | Imagen: PA

La iniciativa ofensiva, el tema más preocupante

Un punto negro que tiene el Sunderland desde el inicio de la temporada es el ataque y más especialmente, la efectividad de cara al gol. Se mentiría si dijésemos que los black cats no generan las suficientes ocasiones para lograr mandar el esférico al fondo de las mallas porque siempre tienen ocasiones para conseguir anotar un gol. El problema que existe durante el transcurso de los minutos es que no hacen efectivas las ocasiones de las que disponen. Las estadísticas hablan por si solas cuando observamos que en las últimas seis jornadas de Premier League el Sunderland solo ha conseguido anotar un gol, el de Rodwell que supuso el empate ante el Hull City en el KC Stadium.

Un equipo que se está jugando el no descender a la Championship no puede tener estos números cuando quedan ocho jornadas para que acabe la temporada porque de seguir esta tónica acabarán cayendo al pozo junto a otros dos equipos. Advocaat tiene ante si el reto, otro más, de subirle la moral a los delanteros del Sunderland para que vuelvan a la senda del gol y puedan ayudar a su equipo a conseguir el objetivo establecido. De ellos depende que los del Stadium of Light no lloren a final de liga viendo como su club queda relegado a la categoría de plata. La iniciativa ofensiva que consiguió Poyet en el último tramo de liga la campaña pasada es la que tiene que lograr Advocaat para rememorar lo que hizo el uruguayo, salvar contra todo pronóstico a un club al que daban por muerto.

Poca mejora con el cambio de entrenador

La llegada de Advocaat sonaba a recuperación inmediata y vuelta a la senda del triunfo pero el tópico de entrenador nuevo victoria segura se quedó en eso, en tópico. El Sunderland volvía a caer y lo hacía mostrando una imagen pésima y poco esperanzadora tras la llegada del neerlandés al Stadium of Light. Dick tiene que conseguir muchos pequeños objetivos en un periodo de dos meses que es lo que le queda a la Premier. El tiempo corre en su contra pero a su favor está que la pasada campaña el panorama estaba mucho peor y acabaron logrando la ansiada salvación de categoría.

Experiencia y ganas no le falta al entrenador que tiene que poner en danza todos sus conocimientos a merced de unos jugadores que están de capa caída y a los que tiene que recuperar lo antes posible para empezar a sumar de tres en tres y llegar al objetivo lo antes posible para no verse inmerso en problemas hasta la última jornada.

Los comentarios de Dick Advocaat

"Vamos a empezar a jugar mejor porque he visto algunas cosas en la parte posterior que nuestros delanteros tienen que mejorar", comentaba el técnico en rueda de prensa tras la derrota ante el West Ham, llevándose lo positivo del choque.

"Algunos jugadores están de vuelta para el próximo partido así que aprovecharemos todas nuestras armas", decía Advocaat ante la falta de efectivos en su plantilla recuperando a algunos para el próximo partido frente al Newcastle.

"No me esperaba el gol del West Ham, y que el partido estaba muy igualado" y añadía "Hemos merecido más", descontento con el resultado y por haberse ido de vacío en su primer partido con el Sunderland.