Por todos es sabido que Ander Herrera es un jugón. Uno de esos chicos delgados, menudos, tranquilos, de apariencia débil, pero que cuando cogen el balón frustran tus prejuicios. A nadie le sorprenderá que Ander disfrute con la pelota, que juegue, que haga jugar, que de vez en cuando muestre un detalle de calidad, dé algún pase de gol o incluso lo haga por sí mismo.

Pero, ¿quién no se sorprendería si le dijesen que este chico 'menudito' ha cambiado el rumbo de juego del Manchester United, ese gigante histórico inglés por el que han pasado David Beckham, Éric Cantona o Ryan Giggs, o en el que actualmente juegan Wayne Rooney, van Persie, de Gea o el Fídeo Di María?

Veamos estadísticas: el Manchester United ha ganado 18 partidos de los 31 jugados en liga hasta el momento, lo que nos deja un porcentaje de victoria del 58%. Ander ha participado en 19 partidos, de los cuales los red devils han cosechado la victoria en 13 ocasiones. El porcentaje de victoria con el español en el campo asciende al 68%.

La historia en esta temporada para Herrera, no tuvo un comienzo feliz. Su carrera en tierras inglesas no comenzó de la mejor manera con alguna que otra lesión, tropiezos inesperados del equipo de los que tenía cierta responsabilidad y falta de confianza de van Gaal. Sin embargo, se ha repuesto del golpe, se ha crecido ante las adversidades y ha revertido la situación.

Tras dejar muy buenas sensaciones en FA Cup con algún que otro golazo, el técnico holandés volvió a darle la oportunidad de jugar de titular el 21 de febrero frente al Swansea. El equipo perdió 2-1, pero se vio un cambio de actitud comandado por Ander, que hizo el único gol de los suyos. Desde entonces no ha salido del campo ni para dormir. Lleva seis partidos seguidos jugando de titular, de los cuales el Manchester ha ganado cinco. Los últimos cinco encuentros se cuentan por victorias. Una racha envidiable, que está permitiendo al equipo entrar de golpe en Champions e incluso hoy por hoy luchar por el segundo puesto. Una racha de la que Ander es culpable primario, protagonista principal en el resurgir de los suyos. Sin ir más lejos, el pasado sábado marcó dos goles en la victoria frente al Aston Villa (3-1). En ese encuentro, el Manchester tuvo un 77% de posesión. No estamos hablando de un equipo entrenado por Guardiola. Estamos hablando del Manchester United inglés. En la Premier League, donde mantener esa cifra de posesión es absolutamente insólito.

El Manchester sin Ander

El objetivo prioritario de van Gaal durante gran parte de la temporada, correspondiente con la sucesión de malos resultados, ha sido buscar la agresividad total en ataque. Luchar por el gol a través de la verticalidad y la velocidad. Era frecuente ver en el once titular a Rooney, Di María, Mata, Valencia o Januzaj, Young o Falcao y van Persie. Seis atacantes para siete puestos, a los que respaldaba Carrick o Fletcher -hasta que este se marchó al West Bromwich Albion en el mercado invernal-. Estos dos jugadores eran los únicos de corte defensivo o capaces de dar equilibrio al equipo que solían jugar. Un solo mediocentro defensivo en siete puestos.

En la formación de van Gaal, el 3-5-2, es especialmente importante tener un medio centro sólido. Si esos cinco jugadores eran, por ejemplo, Carrick, Di María, Mata, Januzaj y Young, el Manchester se encontraba perdido, con velocidad atacante pero sin ese equilibrio defensivo necesario para afrontar un partido, especialmente necesario si solo tienes tres defensas. En muchos partidos vimos una lucha entre las virtudes y los defectos del equipo: la enorme velocidad y verticalidad y la falta de personalidad en el medio. En muchas batallas, particularmente las grandes, no salió bien. Así, de los partidos clave en la primera vuelta por la posición de líder, es decir, contra Manchester City y Chelsea, solo se sacó un punto.

El Manchester con Ander

El Manchester United con Ander Herrera se corresponde con el Manchester de las cinco victorias consecutivas. Un equipo sólido, poblado en el mediocentro y también con ferocidad en ataque. Una llegada basada en la calidad y no en la velocidad y agresividad. Con cabeza, calidad y temple. Es decir, la forma de jugar antagónica a la de la primera vuelta.

El actual Manchester United siempre tiene ese mediocentro de corte defensivo, que suele ser Carrick y que ocupa el puesto de pivote. Dicho pivote es acompañado siempre por Ander Herrera y un poco más delante un mediapunta llegador, que también suele ayudar en tareas de elaboración y población del mediocentro.

Así, con Blind como pivote, Ander y Fellaini se ganó hace unas semanas por 0-1 al Newcastle con una sensación de superioridad y control del partido que no habíamos visto en toda la primera vuelta. Con Carrick, Ander y Fellaini se ha superado también el último partido frente al Aston Villa con una posesión del 77%, como hemos comentado anteriormente, o se venció por 3-0 al Tottenham el pasado 15 de marzo.