Tim Sherwood, técnico del Aston Villa, ha escenificado desde el primer momento su inestabilidad en crear un once fijo o mantener una misma alineación varias jornadas. La llegada del entrenador inglés fue en un momento delicado en Birmingham, debido a la gran tensión que había en los alrededores de Villa Park.

Junto a él, se produjeron dos fichajes invernales (Carles Gil y Sinclair) que buscaban una tendencia de juego vertical, explosiva y basándose en las bandas como la raíz de una forma de juego y, sobre todo, el querer un cambio d ese fútbol lento, directo e impreciso de la primera vuelta del campeonato. El poco conocimiento en sus primeros partidos en el banquillo del conjunto de West Midlnads provocó una imitación del once que utilizaba en las últimas fechas, Paul Lambert. Eso sí, con la introducción de Carles Gil -acompañando a Cleverley y Westwood- y Sinclair -como extremo derecho en detrimento de jugadores como Weimann o N’Zogbia- .

Sin embargo, con el paso del tiempo y la urgencia de rebuscar entre su plantilla una fórmula que le permitiera dar una paso más, ante los nervios y el miedo a unas posiciones de descenso que cada jornada acariciaban la espalda de los villanos, le permitió comenzar a montar el puzzle de once piezas desde cero, sin presiones ni nombre. La recuperación de Delph, el excelso momento de confianza de Agbonlahor y la recuperación del olfato goleador de la pantera de Kinsasa, Benteke facilitaron la tarea a Sherwood que dio con la clave y la motivación para volver a ilusionar a jugadores, directiva y afición.

Un rompecabezas, pero de manera ‘lateral’

No obstante, como una diminuta piedra dentro del zapato, el entrenador del Aston Villa se topó con un gran quebradero de cabeza en dos posiciones de su ‘casi perfecta’ formación: los laterales. Una posición vital en el juego de los villanos, ya que los laterales –a lo largo de la temporada- se han convertido en la mejor ayuda en los tramos de atasco con sus incasables internadas ofensivas para encontrar hueco o para ganar ventaja numérica frente a la línea defensiva.

La suerte tampoco ha sido un aliado en este problema para Sherwood, ya que la lesión de Cissokho frustró una idea predeterminada creada por Paul Lambert de colocar al francés el lateral izquierdo y dejar el lateral derecho para Alan Hutton. Por ello, ese percance se convirtió en un fuerte contrapié que le obligó a reflexionar sobre la situación y pensar un recambio de garantías en una posición vital tanto en tareas defensivas como en tareas ofensivas.

Richardson, el gran comodín del equipo durante la temporada, parecía el recambio más obvio y seguro de cara a los próximos enfrentamientos por su experiencia en esa posición, además de ser el único hombre habituado a jugar en esas posiciones que era zurdo. El propio Kieran había superado en la recta final al lateral francés para afianzarse en el lateral y estaba siendo una gran variante con sus buenas actuaciones.

No obstante, el físico no es una virtud del futbolista de 30 años y, desde que comenzó 2015, el lateral no ha podido mantener un ritmo constante debido a varias molestias que le han dejado fuera de varias convocatorias, unas molestias intermitentes que le permitían jugar un fin de semana, pero se lo impedían al siguiente. Finalmente, las molestias fueron incrementando a principios de marzo, unos dolores que le han tenido fuera hasta este mes de abril.

Lowton, el beneficiado

Nula estaba siendo la participación de Lowton en las alineaciones del Aston Villa, a expensas de las competiciones coperas y varias jornadas por las diversas lesiones que ha sufrido Hutton a lo largo del curso.

Foto: PA.

Sin embargo, tras las lesiones de Richardson y Cissokho, ambos futbolistas compartieron terreno de juego con un planteamiento táctico de Sherwood de jugar con un lateral a pierna cambiada. Al principio, Lowton ocupó el carril izquierdo para dejar a Hutton en la derecha, aunque pasadas las jornadas la situación fue variando y Hutton terminó ocupando el lateral derecho.

Con ese cambio, Sherwood volvió a ver lagunas en su línea defensiva y volvió a cambiar de jugador. Ahí apareció, Bacuna, totalmente desaparecido durante el campeonato.

Bacuna, encuentra su hueco

Bacuna ha sido hasta la fecha uno de los futbolistas menos utilizados por los entrenadores que han estado en West Midlands esta temporada. Pese a ello, la suerte le ha sonreído y ahora dispone de una buena oportunidad para mostrar su valía.

Una de las factores favorables que conllevaron a la decisión de contar con el joven futbolista inglés para cubrir una posición desolada por la incertidumbre fue su gran juego con ambas piernas, teniendo la capacidad para salir con el esférico por ambos carriles, de ahí su polivalencia y su gran acople a cualquier posición.

Su entrada se convirtió en una montaña rusa

A pesar de entrar en los planes de Sherwood, su entrada se convirtió en una montaña rusa a consecuencia de la costumbre del inglés de cambiar a los lateral en mitad del partido. Lowton y él fueron dejando al otro su posición cuando se acercaba la hora de encuentro, un cambio que mantenía el técnico inglés en las últimas fechas.

La regularidad de Bacuna, las continuas molestias de Hutton y la vuelta de Richardson darían un foco de luz a un problema que ha debido encauzar desde su llegada. Bacuna se ha convertido en un fijo en el lateral derecho, convirtiéndose en un excelente asistente desde la banda para las entradas de los hombres de arriba. Richardson, tras tener el OK del cuerpo médico, se ha convertido en el encargado de cubrir el carril izquierdo. Por el momento ha mantenido fijo a esos dos hombres, aunque todavía quedan varias jornadas y a Tim Sherwood le gusta jugar con las variantes.