Los 46.884 espectadores que poblaron las gradas de St. James' Park en la tarde del 25 de abril de 2015 para presenciar cómo su equipo caía por séptima vez consecutiva en liga definieron a la perfección la crisis del Newcastle United. En un partido que comenzó bien para los magpies y se decantó en un abrir y cerrar de ojos para un Swansea que ganó a medio gas, casi 6.000 aficionados dieron la espalda al equipo de Tyneside, registrando la jornada con menor asistencia del año en el estadio de los blanquinegros. Mientras el Swansea termina el curso con una sonrisa y disfrutando de un merecido octavo puesto, el Newcastle ha pasado de estar en tierra de nadie hace semanas a ser ahora candidato al descenso, a cinco puntos de la zona roja.

Ser valiente tiene recompensa

Sorprendentemente, desde el principio se vio a un Newcastle más valiente de lo habitual, tratando de encerrar al Swansea en su campo mediante el control del esférico. Para asombro de un St. James' Park acostumbrado a la mediocridad esta temporada, los magpies mandaron en la posesión del esférico durante el primer tramo del choque y se mostraron confiados para tratar de conseguir tres puntos fundamentales.

Ayoze premió con un afortunado gol en el minuto 20 la iniciativa del Newcastle en los primeros compasesDespués del primer cuarto de hora, los swans equilibraron la balanza asentándose sobre el verde y encontrando una mayor comodidad con el cuero en sus botas. El equipo galés se estiró y salió con mayores garantías de su territorio, y la contienda pasó a ser más pareja. Hasta que, en el minuto 20, Ayoze apareció para recompensar al Newcastle y su actitud.

El mago canario, siempre presente para dar un soplo de aire fresco con su talento al juego de los blanquinegros, aprovechó un grave error defensivo para abrir el marcador. Un centro raso desde la izquierda de Rivière provocó una falta de entendimiento mortal entre Amat y Fabianski, y el intento fallido de despeje del defensa habilitó a Ayoze para rematar a placer. La suerte y la mala coordinación atrás del Swansea se aliaron para dar a la afición de Tyneside algo que llevarse a la boca.

Baño de agua fría

Después de la primera bala, la lucha se alejó de las áreas para desarrollarse en el centro del campo. Nadie cedió en el empeño, y tanto Carver como Monk comprobaron que sus pizarras funcionaban a nivel ofensivo y defensivo. Las bandas fueron la mejor solución para encontrar oportunidades, y así los visitantes atacaron a Krul, aunque sin causar demasiados sobresaltos, a través del dinamismo de Montero y Dyer por los carriles. Sin embargo, la ocasión más clara perteneció al Newcastle, que tras un centro desde la derecha pudo marcar el segundo gol con un preciso testarazo de Rivière en el minuto 44, pero Fabianski se estiró providencial para despejar el esférico.

Cuando los locales tenían en la mano cerrar el primer tiempo con 1-0 y buenas sensaciones, Oliveira empató de cabeza y en el descuentoCuando la primera parte parecía destinada a terminar con el Newcastle por delante gracias al gol de Ayoze, la desesperación volvió a las orillas del río Tyne. El Swansea consiguió un córner cuando los dos minutos de descuento tocaban a su fin y el centro desde la esquina conectó con Oliveira, que ejecutó un remate picado a bocajarro imparable para Krul. La espeluznante defensa local sobre la jugada de estrategia de los hombres de Monk despertó la furia de la grada, calmada minutos atrás con el gol en forma de anestésico de Ayoze. Cuando el árbitro pitó el final de la primera mitad, se hizo palpable el descontento de St. James' Park por un resultado neutral tras 45 minutos de nivel óptimo.

Solo blanco en St. James' Park

La artillería galesa no solo destrozó la moral de los locales con un gol antes del descanso, sino que también jugó con la psicología del reloj para devastar las esperanzas del Newcastle. En el minuto 49, Sigurdsson aprovechó un nuevo desajuste defensivo de los magpies para recibir una asistencia entrando desde la frontal del área, y con su sangre fría islandesa batió a Krul ajustando un disparo raso al palo derecho del portero. En cuestión de minutos y con el paso por vestuarios entre medias, el Swansea se había hecho con el control total de la contienda.

Sigurdsson marcó el 1-2 en el minuto 49, y tras la remontada exprés solo existió un equipo: el Swansea La consecuencia derivada del gol fue radical: después del 1-2, solo existió un equipo. El Swansea pasó a ser el dueño y señor del esférico, y el Newcastle se limitó a correr desesperadamente detrás. Monk tomó el mando con firmeza y serenidad, y se aprovechó del desconcertante fútbol de su rival para que sus jugadores se desenvolviesen con insultante comodidad. La estadística de la posesión en los minutos posteriores, rondando el 60 % a favor de los swans, reafirmó su superioridad. Los blanquinegros se rompieron en dos, generando una brecha profunda entre la zaga y la medular, y los blancos actuaron como un conjunto seguro de sí mismo.

Sentencia y sueños sin futuro

El tiempo pasó y los visitantes continuaron avasallando al equipo de casa, hasta que en el minuto 71 lo borraron del mapa. Oliveira atacó desde la derecha en la enésima internada desde el lateral del Swansea, y buscó una asistencia al corazón del área para Cork. El balón no tenía a priori futuro, pero pasó por debajo de las piernas de Williamson y se paseó por delante de Krul y Taylor hasta alcanzar al centrocampista de los swans, que remató a puerta vacía. Con el 1-3 hecho realidad, todas las apuestas señalaban a un mismo ganador.

El 1-3, obra de Cork, mató el partido, y aunque De Jong amagó con revivirlo marcando el 2-3 en el minuto 87, la reacción local no fue más que una ilusiónCarver optó, tras ser superado por Monk, por dar entrada a De Jong (recién recuperado de un neumotórax) y Armstrong (canterano y gran promesa de los magpies) para buscar un milagro. La entrada de dos jugadores con mucho que ganar y poco que perder no cambió la triste cara del equipo, pero sí logró que en el minuto 87 el choque se apretara con un tardío gol de De Jong. El holandés remató con el interior de su bota derecha un centro desde la izquierda de Colback y añadió emoción a la recta final, pero el empate no fue más que una ilusión. A pesar del empuje final de los blanquinegros, el pitido del colegiado certificó un nuevo triunfo del Swansea, que sigue consiguiendo resultados a pesar de no jugarse nada a estas alturas, y hundió aún más al Newcastle, que queda a cinco puntos del descenso.

Newcastle United (2) Swansea City (3)
Krul 6 Fabianski 7
Janmaat 61' 5 Rangel 6
Williamson 4 Fernández 6
Coloccini 5 Williams 6
Taylor 4 Amat 42' 6
Gutiérrez 6 Cork 71' 6
Anita 39' 5 Shelvey 7
Colback 6 Dyer 7
Cabella 74' 5 Sigurdsson 49' 81' 7
Ayoze 20' 6 Montero 69' 7
Rivière 74' 6 Oliveira 45' + 2' 72' 7
Suplentes
Abeid 61' 5 Grimes 69' 5
De Jong 74' 87' 6 Ki Sung-Yueng 72' 6
Armstrong 74' 5 Emnes 81' 6