Todo el trabajo de un año, de más de ocho meses de competición oficial, y casi dos más de preparación a lo largo del verano, tendrá premio este domingo para uno de estos dos equipos, Middlesbrough o Norwich City, que se verán las caras en Wembley para resolver el que será el tercer equipo, tras Bournemouth y Watford, en alcanzar este año la Premier League. Una final en la que hay mucho en juego. Ilusión, dinero, un proyecto ambicioso o simplemente el prestigio que otorga vérselas contra los mejores. El todo o nada, en un escenario majestuoso donde cualquier premio sabe mejor.

El último paso para dos pesos pesados

A un costado del ring, el Middlesbrough. Viste de rojo, con una franja diagonal blanca. Lo entrena el español Aitor Karanka y quedó cuarto clasificado de la liga regular de la Championship siendo, además, el equipo menos goleado de toda la categoría, con 37 dianas. Al otro lado, el Norwich City. Su zamarra es verde y amarilla, y les entrena el escocés Alex Neil. A diferencia del Boro, los canaries son del sur, aunque su procedencia no será determinante, no tanto, al menos, como su poderío ofensivo: con 88 tantos, el Norwich zanjó la liga regular como el tercer equipo más goleador, 20 más que su próximo rival.

Sus temporadas no han sido ni mucho menos discretas. Han sido los dos mejores conjuntos tras los dos ascendidos, así lo reflejó la clasificación. Además, sacaron siete y ocho puntos a Brentford e Ipswich Town, los dos equipos a los que dejaron en la cuneta días atrás. Aquella era la penúltima prueba. La del lunes será la definitiva. Ambos sumaron 25 triunfos en la liga regular, pero la de el lunes será la más importante de todas las sumadas, la más dulce.

Semana diferente para el Middlesbrough

Antes de un gran evento, hay técnicos que optan por mantener sus rutinas habituales previas. Otros, como ha sido el caso de Aitor Karanka esta semana, optan por introducir variaciones en su planning. Tras eliminar el viernes 15 al Brentford, sus pupilos descansaron el pasado fin de semana, entrenaron con suavidad lunes y martes, y volvieron a gozar de descanso el miércoles. "A partir del jueves empezaremos a preparar el partido como queremos", reconoció el ex mano derecha de José Mourinho en el Real Madrid, un Karanka que afronta su primer gran reto.

Sin lesiones de peso, el técnico del Boro podrá disponer de prácticamente todos sus efectivos al máximo nivel. Sólo unas molestias de Bamford y Gibson le preocupan, aunque parece que llegarán sin problemas a la cita. Así pues, Karanka tendrá donde elegir. Entre todos ellos, varios españoles. Comenzando por la portería, con el ex meta blanco Tomás Mejías. En defensa, Damià Abella y Daniel Ayala, y en punta de ataque, Kike García. Por si fuera poco, les acompañan otros conocidos de la Liga BBVA, Fernando Amorebieta, Emilio Nsue y Jonathan Woodgate.

Sus principales bazas se concentran en el apartado defensivo. Su meta titular, el veterano griego de 36 años Dimitrios Konstantopoulos, sólo ha encajado 29 tantos en 40 partidos en lo que va de curso, dejando la portería sin encajar en 21 ocasiones. Eso es, más de la mitad de los partidos que ha jugado los ha cerrado sin encajar un sólo gol. Arriba, su amenaza más importante es Bamford, autor de 17 dianas, décimo máximo goleador de la categoría.

Foto: Laurence Griffiths/Getty Images

Nada cambia en el Norwich City

Los canaries, por el contrario, han apostado por la fórmula opuesta: no cambiar nada. Así lo reconoció su técnico, un Alex Niell que afirmó que ha preparado este encuentro como el primero que dirigió este curso, un duelo de primera ronda de la Copa Escocesa de la Liga con el Hamilton Academical en el que ganaron al Arbroath 2-1 ante 730 espectadores. Ahora, su reto es bien distinto, pues enfrente hay un pasaporte a la Premier.

Neil ha sido una de las claves de la recuperación del Norwich, equipo que a su llegada, en enero, era décimo clasificado, y que terminó en el último peldaño del podio. Y lo hizo sin casi experiencia, pues con aún 33 años -cumple 34 el próximo 9 de junio- hasta ahora apenas había entrenado un curso y medio al Hamilton Academical de la Scottish Premiership, club en el que hace dos cursos se retiró como futbolista profesional. Sus datos son para elogiarle: 16 triunfos de 24 encuentros. Y eso que aún no ha podido completar el curso de entrenador con licencia UEFA de máximo nivel.

Si el punto fuerte principal del Boro es su defensa, el del Norwich es lo opuesto, un ataque robusto en el que destacan las 18 dianas de Jerome y las 15 de Johnson, dos de sus puntales arriba. Por si fueran pocos, tienen otros dos complementos de peso, Grabban y Hooper, ambos con 12 tantos cada uno. Son, por tanto, un equipo con muchas alternativas en lo que a posibilidad de marcar gol se refiere.

Foto:  Charlie Crowhurst/Getty Images

Los últimos precedentes sonríen al Middlesbrough

El Norwich no se le ha dado nada mal al Middlesbrough esta temporada, pues los pupilos de Karanka han ganado los dos partidos disputados ante los canaries: 4-0 en noviembre y 0-1 en abril. Un balance, por tanto, inmejorable. Aunque lo próximo será una final, y cada partido es distinto a los anteriores. Habrá que ver si el Boro es capaz de repetir la historia y sumar otro tanto en su casillero, el tercero en su balance ante el Norwich en esta temporada. El último triunfo d los de verde y amarillo, en 2010, es además el único desde 1988.

Un retorno rápido, otro más trabajado

Si el Norwich consiguiera efectuar su retorno a la Premier League este mismo lunes, su espera en el segundo peldaño apenas habría sido de un año, un castigo menor para un conjunto que la temporada pasada se clasificó como décimo octavo peor equipo de la categoría, a tres puntos de la salvación. Así pues, dentro del mal, el menor, en el caso de que suban. En el 'infierno', cuanto menos tiempo, mejor.

Algo más larga se les estará haciendo la espera a los aficionados del Middlesbrough, que no ven a su equipo jugar en la Premier desde la campaña 2008-09, eso es, desde hace seis años. Un período demasiado longevo en una categoría de la que todos los que han saboreado la Premier querrían huir. No porque no sea buena, sino porque no es la élite.

A cumplir un sueño de pequeño

A Jonathan Woodgate (Middlesbrough, 1980), unos inicios prometedores en el Leeds United, que tuvieron continuidad en el Newcastle United, le permitieron dar el salto a España de la mano del Real Madrid. Por su coste, fueron muchas las expectativas depositadas en él, pero las lesiones, la falta de confianza propia y de sus técnicos, y también algo de mala suerte, terminaron por frustrar un periplo en el que no le salió nada bien.

Regresó a Inglaterra de la mano de su equipo, el Boro, que lo relanzó. Tras unos años en el Tottenham y el Stoke, volvió a su casa, a su ciudad, para devolver lo que su equipo le había dado años atrás. Ahora tiene 35 años, y su mejor regalo sería devolver al Middlesbrough a la Premier. "De pequeño sólo deseaba jugar una final con el Boro", desveló hace unos días. Su presencia en el once del lunes parece prácticamente segura.

Es el capitán, y está ante el partido más trascendental de su carrera. Si las lesiones le hubieran respetado, sería uno de los centrales más prestigiosos del fútbol inglés. "A veces hay gente que no está construida para el fútbol", sorprendió, añadiendo que ha llegado a pensar que "siempre me voy a lesionar". "Lo he probado todo, pero nada ha funcionado", un testimonio crudo de una carrera difícil que ahora puede encontrar recompensa. Podía haberse retirado hace años, pero él decidió seguir por amor a este deporte. "Estaré contento en cualquier parte de Wembley siempre y cuando ganemos". El sueño de una ciudad es también su sueño, el sueño de su vida.

Foto: Getty Images)

El hambre del Norwich

"Está lleno de energía, y siempre que ve algo, va a por él y juega. Lógicamente, vio las entradas... y el resto es historia". Quien habla es Matt Grimmer. No le conocerán, es un aficionado cualquiera del Norwich, que dejó su entrada y las de sus dos hijos al alcance de su perro, Freddie, que se divirtió un rato mordiéndolas. "El código que se usa para entrar al estadio quedó totalmente destrozado", sonríe. Poca gracia le daría en el momento de ver la obra de su perro, vestido con una bufanda del Norwich, eso sí. Lo que pudo haber terminado en tragedia, que la familia Grimmer se perdiera el tan esperado duelo en Wembley, así como una más que presumible bronca a su perro, terminó en alivio cuando, tras comunicárselo al club, éste no se opuso a volver a imprimir sus entradas. Tal vez sea un presagio del hambre de los canaries. El lunes saldremos de dudas.

Alineaciones probables