Hoy, 25 de mayo de 2015, se cumplen diez años de la mítica final disputada en el Estadio Olímpico Atatürk de Estambul entre el Milan y el Liverpool. Aquel partido dejó grandes imágenes para el recuerdo como remontadas, prórrogas agónicas, penaltis y un campeón, el Liverpool de Rafa Benítez, pero los que no pueden caer en el olvido son los grandes protagonistas, aquellos que hicieron posible el disfrute y, por qué no, la agonía de tanta y tanta gente: los jugadores.

22 fueron los protagonistas iniciales, a los que se unieron seis más desde los banquillos. Todos ellos se involucraron al máximo tal y como la cita requería, por lo que es momento de ponerlos frente a frente y compararlos.

Los onces iniciales fueron:

Dida - Jerzy Dudek

El duelo entre el brasileño y el polaco se antojaba importante. En sus manos, nunca mejor dicho, iba a estar el título para uno u otro equipo. Dida, que, junto a Sami Hyypiä, fue el jugador que disputó todos los minutos de la competición con un total de 1200, había encajado seis tantos hasta la final, mientras que Dudek, que disputó ocho partidos en toda la competición, había concedido tres.

Dudek paró el penalti que proclamó campeón al Liverpool

En un partido en el que ambos equipos anotaron tres tantos, los porteros no pueden salir bien parados, pero la tanda de penaltis era su momento. Era la oportunidad para hacerse un nombre en la historia de la UEFA Champions League. Aquí el ganador fue Jerzy Dudek, quien detuvo un penalti a Pirlo y otro a Shevchenko, siendo este último el que proclamó campeón al Liverpool. Por su parte, Dida solo pudo atajar uno, el que lanzó John Arne Riise, además del que detuvo a Xabi Alonso durante el encuentro, aunque el de Tolosa aprovechó el rechace para situar el 3-3 en el marcador.

Cafú - Finnan

El duelo en el lateral derecho tuvo un ganador claro: Cafú. El brasileño, que venía haciendo un buen papel durante la competición, disputó los 120 minutos de la final. Es cierto que en el gol de Gerrard -que empezó la remontada del Liverpool- tuvo un error claro en la marca, ya que tras el primer centro de Riise, que pegó en su cuerpo, se despistó y permitió al noruego centrar sin oposición para que ese balón encontrase la cabeza del capitán de los reds.

Por su parte, el irlandés Steve Finnan solo jugó los primeros 45 minutos. Benítez, con el 3-0 al descanso con el que se había ido el conjunto italiano, decidió dar entrada a Hamann. El lateral derecho había sido durante toda la competición de él, tanto que llegó a disputar los 13 encuentros de su equipo acumulando un total de 969 minutos, pero su rendimiento en la gran final no estaba siendo el deseado y el técnico español decidió sustituirle.

Stam - Hyypiä

Jaap Stam, el defensor holandés del Milan, no era titular indiscutible para Carlo Ancelotti. Sus 17 encuentros en la liga italiana y los ocho que disputó en la máxima competición europea así lo dicen, pero confió en él para ser uno de los pilares de la defensa rossonera en Estambul. En general, las dos defensas no estuvieron brillantes, pero Stam pudo salir al corte en el gol desde la frontal de Smicer que supone el 3-2 en el marcador.

En el lado opuesto estaba Sami Hyypiä, el finlandés que disputó íntegra toda la competición europea. Su papel en la final tampoco fue brillante, ya que no acertó a cortar los dos pases de Kaká en los goles de Hernán Crespo y, junto a Carragher, no aportó la contundencia necesaria para un partido de estas dimensiones.

Nesta - Carragher

Ambos son insignias de sus respectivos clubes. El italiano, que estuvo en el Milan durante diez años, era una pieza clave para Ancelotti en el centro de la defensa. Su competición fue más que aceptable, disputando un total de 1091 minutos. En la final, su papel, como el del resto de la línea defensiva, no fue bueno. En el gol de Gerrard, su posición no fue buena y, entre él y Stam, dejaron cabecear solo al centrocampista inglés.

Jamie Carragher es otro de los jugadores míticos del Liverpool, club en el que ha militado desde 1996 hasta 2013, cuando se retiró. Su buen hacer en defensa consiguió que Benítez depositara en él toda la confianza necesaria y le haría jugar durante 1180 minutos en la UEFA Champions League 2004/05. En la final, al igual que su compañero Hyypiä, falló en los dos goles en los que asiste Kaká, no cerrando bien el pase del brasileño. En el primer tanto italiano, conseguido por Maldini, tampoco está bien, ya que el defensor italiano entra libre de marca para batir a Dudek. Tanto Carragher como Riise llegan tarde a la hora de interceptar el disparo.

Maldini - Traoré

De dos míticos a otro, Paolo Maldini. El lateral izquierdo milanista empezó y acabó su carrera como futbolista profesional en el equipo italiano. Fue clave en el buen hacer de su equipo en esa edición de Champions y pudo ser clave en la final de no ser por el resurgir del Liverpool. Su gol a los 50 segundos de partido desequilibraba la balanza muy pronto. Tras una falta cometida por Traoré sobre Kaká, Pirlo puso un gran centro al que llegó completamente solo Maldini para realizar una espectacular volea con su pierna derecha. Por la fuerza que llevaba el balón, nada pudó hacer Dudek.

Gol de Gerrad que coge mal colocados a Maldini y Stam (Foto: UEFA)

Todas las quinielas apuntaban a que Traoré actuaría como interior por la izquierda, ya que, las veces que le utilizó Benítez, el de Mali entró en esa posición. Sin embargo, se situó como lateral izquierdo, mientras que Riise era quien adelantaba la posición. Su actuación en la gran final no estuvo a la altura, ya que cometió la falta que dio origen al primer gol y llegó tarde a las otras dos acciones que supusieron el 3-0 para el Milan.

Pirlo - Xabi Alonso

Ambos eran dos virtuosos del balón y manejaban a sus equipos a su antojo. El primero, que actuó como mediocentro, puso un gran balón para asistir a Maldini en el primer gol italiano. No obstante, su partido quedará marcado por el fallo que cometió en la tanda de penaltis, cuando erró el segundo lanzamiento del Milan. Dudek le adivinó la intención y las cosas se ponían muy de cara para los reds tras el fallo de Pirlo.

Xabi Alonso anotó el 3-3 con el que se llegó a penaltis

También falló un penalti Xabi Alonso, aunque se redimió inmediatamente de su error y aprovechó el rechace concedido por Dida para anotar el empate a tres. Por aquel entonces, el de Tolosa tenía tan solo 23 años, pero ya se había convertido en un jugador muy importante para el Liverpool. Su papel en el centro del campo encandiló a Rafael Benítez, que no dudó en utilizarle durante la gran final de la UEFA Champions League.

Gattuso - Luís García

Gennaro Gattuso también es considerado un emblema del Milan. Sus más de trece años en el club rossonero así lo dictaminan y su rendimiento en el terreno de juego refuerzan la idea. Su aportación durante esa edición de Champions fue importante, ya que disputó doce de los trece encuentros que jugó su equipo. En la final, sin embargo, su aportación no fue tan alta. Con el 3-0 a favor del Milan en el luminoso del Estadio Olímpico Atatürk de Estambul, llegó el momento de entrar en el túnel de vestuarios. Algo que los más supersticiosos del lugar no hubieran hecho se le ocurrió al centrocampista italiano: tocar la copa. Si fue ese el motivo de la remontada del Liverpool no se puede saber a ciencia cierta, pero que es un acto contra la superstición está bien claro.

Tras el descanso, el partido cambió enormemente y fue él, Gennaro Gattuso, el que cometió el penalti sobre Gerrard que iba a suponer el gol del empate de Xabi Alonso. En el tiempo de la prórroga, Carlo Ancelotti le sustituyó, dando entrada a Rui Costa.

Algo más discreto fue el papel de Luis García sobre el césped. Gozó de alguna buena ocasión para anotar algún gol pero su aportación al Liverpool fue escasa. El “nómada” jugador español, estuvo un total de tres temporadas en el equipo británico, donde anotó 30 goles. Cinco de ellos, precisamente, fueron en esta edición de la UEFA Champions League, por lo que ayudó a su equipo a llegar a la final.

Kaká - Gerrard

Posiblemente, ambos eran los jugadores más creativos que estaban en el terreno de juego. El brasileño, que estuvo en dos etapas en el Milan, fue uno de los hombres más decisivos de la final, ya que tuvo importancia en los tres goles de su equipo. En el primero, provocó la falta que más tarde terminaría con el gol de Maldini; en el segundo, abrió el balón para Shevchenko, dejando solo al ucraniano, que la puso atrás para que Hernán Crespo batiera a Dudek. Precisamente el argentino se aprovechó de un gran pase desde el centro del campo del brasileño para anotar el tercer tanto de su equipo.

Kaká, Crespo y Shevchenko celebran un gol. (Foto: El Periódico)

Fue escogido en la tanda de penaltis para lanzar el cuarto. Su punto de mira estaba ajustado y mandó el balón al fondo de las redes ante la estirada del guardameta polaco. Aunque no se pudo alzar con el título, Kaká disputó los trece encuentros de la competición, acumulando un total de 1093 minutos en sus piernas.

Gerrard fue elegido Mejor Jugador del partido

Más suerte tuvo Gerrard, que vio cómo, tras una agónica remontada, podía levantar el título que les erigía como mejor equipo del continente europeo. Además, el inglés fue elegido Mejor Jugador del partido, a lo que se sumó el gol de cabeza que anotó en el minuto 54 y que daba comienzo a la remontada de los reds. También tuvo importancia en el tercer tanto de su equipo, ya que sobre él, Gattuso cometió el penalti que transformaría tras el rechace Xabi Alonso.

Seedorf - Riise

También se puede catalogar a Seedorf como leyenda del AC Milan, ya que ha jugado para el club italiano durante diez años. Además, tras colgar las botas, estuvo dirigiendo al equipo de San Siro. En cuanto a la final de la UEFA Champions League 2004/2005, el papel del surinamés no fue para recordar. En el gol de Smicer, que supuso el 3-2 en el marcador, no tapó bien el hueco y permitió que el jugador del Liverpool disparase fuerte desde la frontal. Tampoco terminó el encuentro, ya que Carlo Ancelotti decidió sustituirlo en el minuto 86, dando entrada a Serginho.

Luces y sombras tuvo Riise en el partido. La duda estaba en si iba a ser el lateral izquierdo o iba a jugar por delante de Traoré, como finalmente ocurrió. Se puede decir, que fue él quien comenzó la remontada de su equipo, ya que un centro suyo propició el gol de cabeza de Steven Gerrard. El principal lunar fue su lanzamiento de penalti en la tanda, ya que Dida adivinó la intención y lo detuvo. No obstante, este fallo no privó al noruego de ser campeón de Europa, además de haber sido uno de los jugadores más utilizados por Rafael Benítez durante la edición.

Hernán Crespo - Kewell

Partidos opuestos los que vivieron ambos delanteros, ya que el argentino fue la principal estrella de un Milan que se quedó con la miel en los labios. Tuvo el placer de anotar los dos últimos goles de su equipo, los que suponían marcharse al descanso con una cómoda ventaja de tres tantos. El primero fue tras un gran pase de Shevchenko que cogió a contrapié a toda la defensa inglesa. Crespo solo tuvo que empujar el balón a las redes. De más calidad fue su segundo tanto, ya que, tras recibir un gran pase de Kaká, superó por alto a Dudek en su salida. Finalmente, fue sustituido por Ancelotti en el minuto 85, cuando dio entrada a Tomasson.

También fue sustituido Kewell, pero mucho antes, pues solo duró sobre el terreno de juego 23 minutos. Fue en este momento cuando Benítez decidió dar entrada a Smicer, que lograría uno de los tantos de su equipo. Bien es cierto que el australiano no tuvo gran peso en el trofeo conseguido por el Liverpool, ya que, a pesar de jugar diez partidos, solo acumuló 445 minutos.

Shevchenko - Milan Baros

Andriy Shevchenko es otro de los jugadores míticos del panorama futbolístico. El ucraniano, que estuvo en dos etapas en el Milan, ha dejado goles en todos los clubes por los que ha pasado. Sin embargo, en la final que disputaba su equipo contra el Liverpool en Estambul, no tuvo la oportunidad de conseguir ninguno. Estuvo activo, realizando grandes desmarques que facilitaban la vida a jugadores como Kaká, quien encontró al ariete para que este centrase buscando a Crespo y así el equipo italiano consiguiese el 2-0.

No obstante, lo que todos los aficionados al fútbol recuerdan es su lanzamiento desde los once metros en la tanda de penaltis. Era el último lanzador por parte del conjunto milanés, pero su disparo centrado fue adivinado por Dudek, que salió corriendo celebrando el título que su equipo acababa de ganar. La cara de Shevchenko tras el fallo lo dice todo.

Lanzamiento de Shevchenko en la tanda de penaltis (Foto: UEFA)

No fue el día de Kewell y tampoco de Milan Baros, que no pudo ayudar a su equipo a anotar ningún gol. Rafael Benítez decidió sustituirle en el minuto 85, cuando dio entrada a Cissé. Su papel en esa edición de la competición fue aceptable, ya que disputó doce de los trece compromisos de su equipo. No obstante, rara vez completó los 90 minutos, por lo que solo sumó 889.

Tomasson, Serginho y Rui Costa - Smicer, Hamann y Cissé

De los seis jugadores que entraron desde el banquillo, uno sobresale por encima del resto: es Smicer, en las filas del Liverpool, que reemplazó a Kewell a los 23 minutos de juego. Su gol en el minuto 56 tras un gran disparo desde la frontal, suponía acortar distancias en el marcador. Además, contribuyó en la tanda de penaltis anotando el cuarto para el Liverpool.

En esta tanda intervinieron también Serginho, que sustituyó a Seedorf en el 86 y falló el primer penalti del Milan; Hamann, que también lanzó el primer penalti, en su caso del Liverpool, y salió sustituyendo a Finnan en el descanso; Cissé, que había ocupado el puesto de Milan Baros en el 85 y anotó el segundo lanzamiento para el Liverpool y Tomasson, que anotó el tercer penalti italiano.

El único que no lanzó fue Rui Costa, que salió sustituyendo a Gattuso a ocho minutos para el final de la prórroga. Su aportación en el juego del equipo fue escasa debido al poco tiempo que tuvo para demostrar nada sobre el césped.

Carlo Ancelotti - Rafael Benítez

En este duelo, ambos se pueden dar por vencedores y por vencidos. El italiano logró armar un gran equipo que deslumbró durante todo el campeonato y en la primera parte de la final, mientras que el español no acertó en el planteamiento inicial pero realizó cambios pronto para no tener que lamentar al término del encuentro. Su charla en el descanso tuvo que ser digna de ser grabada porque recuperar la moral de un equipo que perdía 3-0 en la final de la UEFA Champions League, no debe jamás ser fácil.

No obstante, una pregunta quedará eternamente sin contestar: ¿tuvo más peso el toque de Gattuso sobre la copa o la interpretación a capella del You’ll never walk alone por la afición del Liverpool para cambiar el signo del partido?