En las semifinales de este playoff, el Southend dejó en la cuneta al Stevenage tras una sufrida eliminatoria en la que empezaron perdiendo tanto en el duelo de ida como en el de vuelta, pero al final consiguieron el pase en la prórroga -con penalti fallado en el descuento del tiempo reglamentario incluido-. Por su parte, los de Ainsworth avanzaron con más contundencia, ya que ganaron ambos partidos al Plymouth Argyle (2-3 y 2-1). Tanto shrimpers como Wanderers terminaron la temporada regular con el mismo número de puntos (84), en quinta y cuarta posición respectivamente. Wembley se vestía de gala para acoger a dos aficiones ávidas de poder celebrar el ascenso a la tercera categoría.

Un primer tiempo de menos a más

Empezó el encuentro con mucho respeto entre ambos conjuntos, manifestando que era una final y que cualquier error se pagaría caro. El dominio era alterno, pero las ocasiones no llegaban para ninguna de las dos partes. Mucho centrocampismo y muchas imprecisiones por ambas partes que hacían el duelo aburrido para el espectador. El Wycombe tuvo que hacer el primer cambio en el minuto tres debido a una lesión fortuita de Saunders a los seis segundos desde el pitido inicial, que dejó su puesto sobre el césped a Bloomfield.

Corr recibió dentro del área un pase en profundidad de Timlin, pero no pudo girarse con comodidad para rematar y el balón salió a saque de esquina. El propio Corr lo cabeceó, pero no le imprimió la potencia suficiente y se fue mansamente a las manos de Lynch. En la otra mitad de campo, Wood no pudo llegar a un centro muy alto de Ephraim, y una buena jugada individual de Hayes lo culminaba Bloomfield con un chut desde fuera del área sin puntería.

Hayes cabeceó fuera un buen centro de Hayes antes de que el Southend comenzase a hacerse con el control poco a poco, aunque sin exclusividad. Bolger tuvo un par de ocasiones para adelantar a su equipo: primero, con un remate de cabeza que se marchó bastante desviado; y posteriormente, con un tiro de volea desde la línea del área que no cogió trayectoria hacia portería. Corr introdujo el balón en las redes rivales, pero el colegiado lo anuló por falta del arlequinado -hoy de amarillo- Bolger sobre Yennaris.

(Foto: Southend)

El Wycombe intentó un tímido acercamiento con un centro lateral hacia Hayes al que se anticipó Bentley para atraparlo. Wood dispuso de una buena oportunidad, pero su disparo desde más allá de la frontal se fue ligeramente alto. Nuevamente Wood protagonizó la siguiente jugada, con un pase de pillo hacia Hayes que el delantero aprovechó para marcar, pero en posición antirreglamentaria. Y con las tablas iniciales en el luminoso se llegó al entretiempo, tras un primer tiempo que fue de menos a más.

Ocasiones para ambos, puntería para ninguno

Tras la reanudación, salieron fuerte los azules con un cabezazo de Mawson tras saque de esquina que fue incapaz de dirigir a puerta. Los de Phil Brown no quisieron ser menos, y respondieron con una buena combinación entre McLaughlin y Worrall que no pudo culminar este, ya que le arrebataron el cuero cuando se disponía a darse media vuelta. Jacobson, de falta directa, no pudo inquietar a Bentley, y su chut se marchó desviado. Brown movió el banquillo en busca de una revolución, sabedor de que un único tanto podía ser suficiente para sellar el ascenso, y metió a Pigott en el lugar de McLaughlin.

Holloway falló lo infallable desde casi dentro del área pequeña, pero su testarazo se fue por encima del larguero. Worrall centró con peligro desde el lateral, pero no pudo encontrar a Corr, ya que el cancerbero del Wanderers estuvo más rápido. El recién entrado Pigott probó fortuna desde bastante lejos, pero su zapatazo le salió excesivamente alto. Atkinson, para el Southend, no pudo cabecear con precisión. Las ocasiones se sucedían para ambos conjuntos, y se entraba en la última fase del equipo sin que ninguno de los dos tuviese las cosas claras para decantar la balanza en su favor.

El Wycombe celebra su gol. (Foto: WWFC)

Los de amarillo reclamaron un penalti -que parecía claro- sobre Corr, pero el árbitro no señaló el punto fatídico. Hayes estuvo a punto de marcar en boca de gol, pero Bentley detuvo con brillantez y Coker pudo despejar antes de que Ephraim se abalanzase sobre la pelota. Otra vez Corr dispuso de una nueva ocasión, pero Pierre estuvo providencial lanzándose al suelo para cortar la trayectoria y despejar el peligro.

Weston entró por Atkinson en las filas de los shrimpers y Craig hizo lo propio por Ephraim. Los últimos cinco minutos corrieron deprisa, con ambos equipos dejándose llevar. Bentley realizó, en el instante final, la parada del partido, denegando el gol de la victoria al Wycombe tras un cabezazo de Pierre. La prórroga se convirtió en realidad ante los casi 40.000 espectadores que ocupaban los asientos de Wembley.

Dejaron todo el trabajo para la prórroga

El Wycombe, nada más comenzar el tiempo extra, hizo lo que había sido incapaz de hacer en los noventa minutos anteriores, y se adelantó en el marcador merced a un gol de Bentley en propia puerta tras lanzamiento de falta directa por parte de Jacobson. Brown reaccionó con rapidez y realizó un cambio ofensivo -Payne en lugar de Worrall-. Lógicamente, el Southend se volcó al ataque en busca de la igualada, pero los de Ainsworth se mantuvieron firmes sobre el tapete y no concedieron espacios. Craig a punto estuvo de conseguir conectar con Hayes para matar el partido definitivamente, pero el portero de los shrimpers atrapó.

Murphy entró por Yennaris como una manera de hacer correr el reloj más deprisa por parte del Wycombe. Pero resultó inútil: el Southend siguió intentándolo por todos los medios y finalmente obtuvo recompensa por mediación de Pigott, que empató el encuentro en el minuto 120 y firmó la tanda de penalties. Un fallo de Wood en el octavo penalti condenó al Wycombe, que había estado a escasos segundos de ascender en la prórroga. Las cosas del fútbol.

(Foto: Southend)