El Inter de Walter Mazzarri sigue funcionando en este inicio liguero. Seis puntos de seis posibles, la última victoria en un campo siempre complicado como el Massimino de Catania. Funciona, al menos, en cuanto a números. Si se miran los datos, son reveladores: el Inter ha marcado cinco goles y no ha recibido ninguno. El análisis frío de los números desprendería que el Inter está en forma, que el estilo de Mazzarri está funcionando, pero nos equivocaríamos al sacar dicha conclusión. Aún ni siquiera se aprecia cuál es el estilo que el ex del Napoli quiere implementar en su nuevo equipo. No hay un patrón de juego marcado, ni siquiera un líder claro, más allá de las manos prodigiosas de Handanovic. Por ahora, todo lo que da este Inter es efectividad.

Y la efectividad se consigue cuando se tiene enfrente a equipos realmente flojos, perjudicados por fuertes salidas en el mercado de verano y que no han recibido los fichajes que les permitan mantener o aumentar el nivel del pasado. El Genoa tenía esa situación y el Catania vive una si acaso más grave. Rolando Maran ha visto como dejaban Sicilia cuatro hombres fundamentales en su equipo como Marchese, Barrientos, Gómez y Lodi y todavía podría perder a Bergessio en el último día del mercado. No han llegado refuerzos y el estado anímico del equipo es bastante bajo.

Es cierto que el Catania se vio por debajo en el marcador pronto, a los 19 minutos. Seguramente, Maran pretendía alargar algo más la igualada inicial y después aprovechar los nervios que el empate generaría en el Inter, pero los nerazzurri comenzaron a explotar muy pronto el agujero que era la banda de Monzón. Jonathan entró cada vez que lo necesitaba y en una de ellas asistió a Palacio. Ya en el segundo tiempo, el Trenza también encontró libertad para facilitarle a Nagatomo el gol de la sentencia.

El Catania se quedó sin reacción. Handanovic tuvo una intervención prodigiosa en el primer tiempo, pero apenas volvió a aparecer. La tensión en el equipo de Maran creció por momentos, con Leto fuera del partido desde muy pronto. La lesión de Izco, al filo del descanso, tampoco ayudó. Maxi López entró por el centrocampista y tanto su paso por el partido como el de Doukara en el segundo tiempo fue testimonial. No así el de Taïder, que ocupó el puesto de Kovačić antes de que acabara la primera parte. Belfodil ocupó el lugar de Guarín y buscó el gol con ahínco cuando el Catania ya daba todo por perdido, pero el que lo encontró fue Ricky Álvarez, la mejor noticia del Inter, con un eslalon en el que superó a toda la defensa siciliana hasta batir por el palo largo a Andújar. 

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Sobre el autor
Jesús Garrido
Soy periodista deportivo. Redactor Vavel.com, Goal.com, Mercafutbol.com y RockSportRadio.com. Narrador en Pasión Deportiva Radio. He trabajado en los deportes de la Cadena SER. Adoro el fútbol, el deporte y la radio.