Un partido que estaba siendo intenso, entretenido, con dos equipos buscando a través de los medios que conocen la victoria, acabó siendo protagonizado por dos jugadas llenas de polémica que van a dar que hablar sobre todo en Turín. Andrea Gervasoni, árbitro del encuentro, señaló penalti en el minuto 91 una disputa de balón que ganó Glik sobre Éder y que acabó con el argentino por los suelos. El propio Éder puso el empate cuando se cumplían los tres minutos de añadido.

Aun así, lo cierto es que el empate hacía justicia a lo visto en el campo y a la otra jugada polémica del partido. Cuando se acercaba el descanso, también ya en el descuento, Nicola Pozzi empujó a la red el rechace de Padelli al lanzamiento de una falta, pero fue anulado por un fuera de juego inexistente. Tampoco hubo otra infracción que señalar y todo el público genóves y los jugadores blucerchiati persiguieron al árbitro camino de los vestuarios al llegar al descanso, inmediatamente después.

La Sampdoria es un equipo muy limitado en cuanto a calidad de sus jugadores. Depende mucho de acciones aisladas, balones largos y una defensa por acumulación de hombres en campo propio más que por organización de la zaga. Delio Rossi sabe de esas limitaciones y trata de sacar el mayor partido posible a sus fortalezas. Su agrupación en el medio del campo ante equipos como el Toro resulta efectiva, y justo antes del descanso encontraron justo lo que necesitaban para hacer buena su táctica: el gol. Cómo no, llegó tras un balón largo peinado por Pozzi que le cayó a Sansone, ex del Torino. En carrera y con los espacios que le dejaba la defensa granata al recular, Sansone no se lo pensó, disparó con la zurda y la clavó en la base del poste. Corría el minuto 41.

Los granata tampoco se caracterizan por una capacidad creativa excelsa, y hoy les ha costado y mucho llevar la iniciativa, cedida absolutamente por los locales. El Torino, sin embargo, tiene algo más de toque en el medio que le permitía mover la pelota en campo contrario con comodidad, pero se atascaban al llegar al área, donde no tenían profundidad. Ahí dependían demasiado de la imaginación de Cerci. Pero a falta de creación, encontraron el balón parado. Mediada la segunda parte, un córner peinado con intención de despejar por Pedro Obiang lo empaló Immobile en el segundo palo de primeras para superar a Da Costa. Diez minutos después, entre el shock del empate se coló D’Ambrosio, que fue regateando genoveses como si fuese un delantero, se internó en el área y fue derribado por Palombo. Penalti sin discusión que sirvió para que Cerci se ponga como cannoniere en solitario.

La entrada de Paweł Wszołek y Éder mejoró a la Sampdoria, que se volcó hacia la portería de Padelli. El Toro no supo sentenciar en varios contragolpes y acabó viendo cómo el inexistente penalti de Glik les evitaba acercarse a los puestos europeos. La Samp, aun así, sigue sin ganar tras siete jornadas y suma sólo tres puntos.

-Foto: Tuttosport.

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Sobre el autor
Jesús Garrido
Soy periodista deportivo. Redactor Vavel.com, Goal.com, Mercafutbol.com y RockSportRadio.com. Narrador en Pasión Deportiva Radio. He trabajado en los deportes de la Cadena SER. Adoro el fútbol, el deporte y la radio.