En el partido en el que Gian Piero Gasperini, entrenador del Genoa desde hace unas semanas, volvía a dirigir un partido como local en el Luigi Ferraris, el protagonista acabó convirtiéndose en un delantero que vive una segunda juventud a sus 31 años: Alberto Gilardino. El duelo era muy importante para Genoa (15º) y Chievo (17º), ya que ambos equipos han empezado mal la temporada y cada escuadra sólo había ganado un partido en las siete jornadas anteriores.

Respecto al partido en Catania (1-1) Gasperini haría varios cambios en el once: elegía a Marchese en vez de a Sampirisi, pasando Portanova al carrilero zurdo; Biondini ocuparía el puesto del lesionado Matuzalem; y Centurión entraría en detrimento de Kucka. Además de Matuzalem, no podía contar con Emanuele Calaiò. Giuseppe Sannino, por su parte, revolucionaba el once introduciendo hasta cuatro cambios (entrando Frey, Cesar, Radovanovic y Pellisier por Bernardini, Dramé, Improta y Théréau) y pasando del 4-4-2, que utilizó en casa ante el Atalanta (0-1), al 3-5-2.

El partido lo decantó a favor del combinado local el “violinista” Gilardino. La primera vez que sacó su violín para celebrar un tanto fue en el ecuador de la primera parte cuando Marchese colgaba un buen balón al área y el delantero ex del Milan, entre otros, lo remataba de cabeza perfectamente tras ganarle la posición a Claiton. Poco después, Santana se tenía que marchar lesionado (29') y Gasperini elegía al ex-Chievo Stoian para reemplazarle.

Gilardino y Marchese, siempre protagonistas

En la segunda parte se cumplió la norma de un córner mal atacado es una ocasión de peligro para el rival. El Chievo empató el encuentro nada más reanudarse el duelo tras un córner a favor del Genoa. Pellisier aprovecharía un balón muerto en la frontal tras el rápido contragolpe llevado por el paraguayo Estigarribia para dejar a Bentivoglio solo ante Perin. El centrocampista reventaría el larguero con su disparo y el travesaño escupiría el balón al fondo de la portería.

Muy poco duró la alegría en el equipo veronés ya que, el siguiente saque de esquina a favor sí fue productivo para el Genoa. El balón colgado por Lodi lo remataba con la zurda Marchese en dirección a portería. Una carambola gracias al toque del defensa provocó que la pelota diese en la cara de Gilardino y éste marcara el segundo gol “sin querer”. Aunque quedaba mucho tiempo, Perin solo tuvo que esforzarse en un disparo de Pellisier; y el Genoa terminó con más de un mes sin victorias (la última fue el 15 de septiembre ante la Sampdoria); mientras que el Chievo baja a los puestos de descenso tras sus últimas cuatro derrotas consecutivas (Juve, Catania, Atalanta y Genoa).