Muy pronto comenzó el movimiento en el luminoso del Armando Picchi, cuando Cerci trazó un gran pase largo en dirección a Immobile, que se encontraba desmarcado y no perdonó delante de Bardi haciendo gala de la gran capacidad goleadora que atesora. Apenas cuatro minutos después nuevamente de las botas de Cerci, esta vez desde la esquina, salía un perfecto centro medido a la cabeza de Gilk para establecer el 0-2. Un resultado que no presagiaba un gran partido para un Livorno que sumaba cuatro derrotas consecutivas, pareciendo estar cerca de la cuarta. 

Ante el pésimo inicio, los locales se pusieron las pilas y ganaron la posesión del balón a un Torino que restrasó líneas en busca de conservar el positivo resultado. Paulinho tuvo dos buenas oportunidades de recortar el marcador en los minutos inmediatamente consecutivos, premio que lograría en el 25', aprovechando un pase de Schiatarella. El dominio del Livorno no se lo llevó el gol, y fue a más aprovechando el desconcierto de los de Giampiero Ventura tras el 1-2. Leandro Greco vio espacio para armar el disparo minutos después de la media hora de juego y estabeció las tablas con un margen de tiempo y un estado de forma suficientes como para revertir por completo el marcador. Antes de marcharse al descanso, Gilk gozó de una gran oportunidad para volver a poner a su equipo por ventaja, pero Bardi, atento, lo pudo evitar.

Y fue Emerson, ya en la segunda mitad, el que lograría la machada de la remontada con un obús desde lejísimos ante el que nada pudo hacer Padelli. Tras el 3-2. El Torino, arrastrando también una negativa racha de resultados, volvió a venirse arriba tras ir por detrás en el marcador, pero no sería en los minutos finales cuando gozaría de las mejores oportunidades. Una gran volea de Barreto a pase de Cerci que atajó Bardi, fue el aviso del gol que aún estaba por llegar. Rinaudo derribó al hombre del partido, Alessio Cerci, dentro del área cometiendo un penalti que él mismo se encargó de transformar. 

Al final, reparto justo de puntos que no consigue sacar a ninguno de los dos de la negativa racha de resultados que arrastran.

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