Erick Thohir iba a presenciar desde su nuevo palco un partido especial por diferentes motivos. Uno de ellos era por él mismo; el indonesio estrenaría butaca en el Giuseppe Meazza. También el capitán Javier Zanetti volvería al once inicial tras superar la rotura del tendón de Aquiles. Por otro lado, muchos mitos interistas, como Figo, Materazzi, Bergomi, Burgnich o Toldo,  dieron una vuelta olímpica tras ser invitados por Thohir. Y, además, al rival del nuevo equipo de Thohir lo dirige un ex-interista como Sinisa Mihajlovic, quien ya ha asegurado que le encantaría volver a los banquillos neroazzurri como primer entrenador (fue el asistente de Mancini entre 2006 y 2008). 
 
Concretamente para su segundo partido en el banquillo de la Sampdoria, el serbio no podía contar con su compatriota Krsticic (sancionado). Palombo ocuparía su puesto y, además, Eder podría formar parte del once inicial tras cumplir su sanción. La lista de bajas era más numerosa para Walter Mazzarri. Nagatomo, Icardi, Milito, Kuzmanovic, Samuel, Ranocchia y Chivu seguían lesionados.
 
El partido comenzó con un disparo de Manolo Gabbiadini que se marchó a la izquierda de Handanovic. La siguiente jugada de peligro significó el primer gol del partido. Ricky Álvarez se propuso romper la cadera a Andrea Costa y el argentino lo consiguió. Tras dos recortes al defensa italiano, puso un balón al segundo palo donde esperaba el colombiano Freddy Guarín, quien después de controlar, fusiló por el hueco existente. En el palco, Thohir se limitaba a sonreir, mientras que Moratti, a su lado, aplaudía sonriendo como solía hacer cuando era él el jefe. 
 
Antes del descanso, Jonathan remató alto un balón que había quedado sin dueño dentro del área. La Sampdoria intentó igualar el choque con un remate de cabeza de Palombo a la salida de un córner. La segunda parte comenzaría también con un disparo de Guarín al palo, tras otro saque de esquina. Ricky Álvarez también tendría la sentencia con un disparo desde la frontal. Para entonces, Eder ya había puesto en aprietos a Il Biscione con una falta directa que se coló entre la barrera, pero que acabó en los guantes de Handanovic. Pero cuando se acercaba el final, Samir no pudo llegar a un ajustadísimo disparo de Renan desde más de 35 metros. Sin tiempo de reacción, el partido finalizó con el empate que amargó la cara del presidente y el ex-presidente.
 
Con este empate, otro partido más en el que el Doria no gana en el Giuseppe Meazza al Inter (desde 1996 no lo consiguen), la Samp sigue en puestos de descenso. Su próximo partido será ante un rival directo como el Catania en el Luigi Ferraris. Por su parte, el Inter, que se mantendrá en puestos de Europa League, recibirá también en casa al Parma de Cassano. Se espera otro partido especial en el feudo neroazzurro.