Con la Champions a la vuelta de la esquina, Benítez decidió hacer algún que otro cambio en el once inicial. Rafael y Reveillere iban a debutar para dar descanso a un Reina con molestias y para suplir la baja de Zúñiga. La clasificación para octavos en Champions es una utopía para los de Benítez y, por eso, no reservó a ninguno de los de arriba. Después de ganar en Roma ante la Lazio el equipo debía confirmar esas buenas sensaciones ante su público que se quedó con un mal sabor de boca tras aquel gol de Cassano que adelantó al Parma y acabó dándole la victoria.

Malos síntomas ya desde el inicio

Guidolin y su Udinese tienen un estilo de juego conocido y suele variar poco. Los friulianos suelen esperar atrás, tratando de cerrar todos los huecos, y salir rápido a la contra con Di Natale y Muriel. El problema es que ambos delanteros estaban lesionados. Nico López los sustituyó en punta de lanza y eso pareció confiar a los napolitanos que entraron fríos en el partido. Udinese empezaba a gustarse cada vez más, robaba con comodidad y salía con muchísimos espacios. Incluso, los visitantes llegaron a dominar. A los 27 minutos, Fernandes, el más activo de su equipo, obligó a Rafael a lucirse para evitar el 0-1.

Cuando menos lo estaba mereciendo apareció 'Pandemonio' para adelantar al Nápoles y calmar los ánimos. En el minuto 38, Fede Fernández remataba un córner para que Pandev la empujase al fondo de la red. Sin merecerlo el Nápoles estaba por delante, como los grandes. Pero Pandev quería más, tras una gran jugada de Higuaín por banda derecha el macedonio iba a rematar a la media vuelta a gol. En dos minutos parecía sentenciar el encuentro. El partido entró en una fase de locura, para más inri, Fede Fernández se marcaba en propia puerta en un córner rematado por Heurtaux justo antes del descanso. Udinese no merecía tanto castigo y se impartió justicia.

(Pandev celebrando el 1-0 | Foto: AP/Salvatore Laporta)

Benítez es cada vez menos Benítez

Cuando Rafa Benítez aterrizó en Nápoles había dos cosas que todo el mundo tenía claras: el Nápoles tendrá seguridad defensiva y será un bloque. Ya van varios partidos en los que la defensa del Nápoles hace aguas. En Dortmund, el Borussia Dortmund gozó de unos espacios escandalosos. Por suerte para Benítez, el partido iba 2-1 y, de momento, se cumplía el objetivo. En el minuto 69, Bruno Fernandes iba a silenciar San Paolo con un potente disparo lejano. Rafael pudo hacer más. Quedaban 20 minutos y empezaba a aparecer el nerviosismo.

Higuaín se erigió como estrella un minuto después, el argentino disparó a puerta consiguiendo que Brkic no atrapase el balón y Dzemaili la pudiese empujar. El delantero había participado en dos tantos de su equipo. Volvía a rugir San Paolo. Benítez dio entrada a Behrami, Armero y Mertens para aportar más frescura al equipo y no dejar escapar los tres puntos. En el minuto 81 y tras un error defensivo, Udinese volvía a empatar. Basta se encontraba con un rebote en un córner y enviaba el balón al fondo de las mallas. Los últimos diez minutos fueron un asedio local pero Udinese no iba a dejar escapar un punto como le sucedió la semana pasada en Turín, aprendió bien la lección.

Con este resultado el Nápoles sigue tercero pero se aleja de una Juventus que va directa hacia un nuevo título. Los de Guidolin, que acabó expulsado, están en clara línea ascendente y han conseguido salir reforzados tras enfrentarse a Fiorentina, Juventus y Nápoles.

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