La llegada de Mihajlovic a la Sampdoria dejaba al cuadro genovés una serie de seis partidos sin perder, precisamente desde que arribase al banquillo. Una visita a San Paolo contra un Nápoles necesitado de puntos para no descolgarse de la Roma y alejarse de los conjuntos que vienen por detrás, visto que el título actualmente parece una utopía tras la victoria de la Juve contra el equipo romanista. La confianza inherente de la Samp provocó que el peso del partido tratasen de llevarlo los chicos del serbio frente a la pasividad de un Nápoles que confiaba en la capacidad de sus transiciones ofensivas, así como en la calidad de sus futbolistas de ataque.

Así fue como en la primera mitad dominaban los de Rafa Benítez pese al buen trato del balón de los visitantes. Llevada al extremo la ideología de Mihajlovic con una salida de balón canalizada y sin ningún tipo de pases largos. Precisamente así es como llegó la mejor ocasión de los genoveses en la primera parte, después de esquivar con calidad una presión con basculación excesiva de los napolitanos. Casi desde su córner diestro salieron de la presión para llegar al área rival mediante combinaciones rápidas por la parte izquierda para que Krsticic se quedase ante Rafael, le driblase y en el último momento percutiese imprecisamente con la puntera el esférico perdiéndolo por la línea de fondo.

El pragmatismo napolitano se imponía al romanticismo genovés

Por el contrario, este exceso ideológico provocó grandes problemas en las transiciones defensivas y a menudo creaba superioridades numéricas el Nápoles en la zona defensiva del Sampdoria. Así, con contraataques tras robo en tres cuartos de campo de la Samp fue como llegó la mayor parte del peligro napolitano en el primer periodo. De este modo llegaban las ocasiones de la escuadra de Rafa Benítez y así fue como en varias ocasiones Da Costa tuvo que aparecer. Mertens con un disparo lejano puso en jaque al portero del Genoa, que no pudo más que despejar por el bote previo del balón.

Higuaín también tuvo sus oportunidades, principalmente cuando salía de las zonas más adelantadas para recibir el balón entre líneas. Un trabajo constante del ‘Pipita’ que le dejó en buen lugar varias veces y sobre todo cuando recibía por el perfil zurdo. Dos jugadas casi calcadas con una conducción por la izquierda provocó un disparo cruzado al que por poco no llegó Insigne y un centro a la entrada por el segundo palo de Callejón que cerca estuvo de contactar el español. Justamente, el canterano madridista tuvo una de las mejores ocasiones con una jugada individual en la frontal que finalizó con un disparo buscando la escuadra de la portería. Pero la que sería mejor oportunidad llegó con un centro desde la derecha que remató desde el área pequeña Higuaín al cuerpo de Da Costa.

Mertens puso los goles frente al infortunio de la Sampdoria

Con prontitud trataría de variar el partido Rafa Benítez introduciendo a Armero en el campo por Reveillere. Una mayor profundidad por la izquierda con las incorporaciones del lateral y algo más de nitidez en las mismas por el perfil natural del futbolista colombiano. Pero sería por la derecha como llegaría el gol napolitano, eso sí, nuevamente con una llegada por parte de Higuaín desde su perfil natural. Un nuevo centro raso desde la banda a la entrada de los trequartistas del Nápoles que esta vez sí encontró rematador, un Dries Mertens bastante activo durante todo el partido. El belga abría el marcador minutos después de que Callejón cazase un balón en el área tras saque de esquina, con suerte esquiva al disparar demasiado alto.

Respondería un maniatado Gabbiadini con un zurdazo desde la frontal del área que se estrelló espectacularmente contra el larguero y por poco no traspasó la línea para empatar el partido. El italiano, pegado a la derecha logró por primera vez tener incidencia directa en el ataque de la Sampdoria cuando parecía que la desesperación colmaba su paciencia. Un aviso que entendió Mertens y no dejó que se repitiese, pues él provocó una falta en la frontal del área de penal y la anotó. Con una conducción hacia el área frenada con mano por Mustafi creó una falta que disparó por encima de la barrera sin que nada pudiese hacer Da Costa, quedando a centímetros del esférico.

Desatado el Nápoles ya sabiendo que los tres puntos casi con total seguridad se quedaban en San Paolo, buscó con ahínco la meta de Da Costa para ampliar la renta sobre una Sampdoria que se veía desbordada frente a la movilidad de sus cuatro futbolistas de ataque. Otra vez combinaron estos jugadores para calcar la jugada del primer gol con cambio de roles, pues fue Mertens quien centró para Insigne que la envió arriba tras controlar. La suerte continuó esquivando a la Sampdoria, que se estrelló con los palos en dos ocasiones más. Ambas fueron en la misma acción, un contraataque que acabó con disparo de Sansone buscando el segundo palo y encontrándolo para que posteriormente percutiese en el palo contrario.

Contestó un insaciable Callejón en su última acción del partido disparando en el mano a mano al cuerpo de Da Costa, después de un buen pase a la espalda de la defensa. Poco más tuvo un partido dominado por el Napolés, que apremiaba al Roma tras esta victoria quedándose a dos puntos y frenaba en seco la buena trayectoria del Sampdoria desde que Sinisa Mihajlovic se convirtiese en técnico de la escuadra genovesa.