El Cagliari saltó a su estadio con toda la intención de someter al líder y dejar en casa otros tres puntos. La pequeña porción de grada utilizable apretó como si el estadio rebosara y los jugadores estuvieron a la altura.

Los de López parecieron no echar de menos la marcha de Nainggolan y se hicieron con el control del juego, poco importaba que enfrente estuviera el líder. Durante una hora los sardos arrinconaron a la Juventus.

Apenas veinte minutos llevaba encendido el cronómetro cuando Pinilla puso por delante a los suyos. El Chileno, capaz de lo mejor y de lo peor, Cazó un gran gol en el área. Un tiro imposible, incluso para Buffon.

Poco después fue Conti el que llevó el susto a los aficionados juventinos. Los locales no sólo iban por delante en el marcador, además llevaban la iniciativa y estaban dejando claro que también el líder sufriría si quería conquistar la isla sarda.

El gol del empate de Llorente pareció un accidente, ya que era la primera ocasión juventina, pero a la postre demostró ser mucho más. El delantero español remató un centro de Lichtsteiner y lo puso muy cerca de la escuadra, completamente fuera del alcance de Adán, que no pudo hacer otra cosa más que hincar la rodilla y ver el balón introducirse en su portería. Gran gol del tanque español, que ya se está haciendo ídolo en Turín.

La Juventus había golpeado con determinación, como una fiera acorralada, pero el Cagliari no se amedrentó y continuó dominando a su rival. De no ser por la magistral intervención de Buffon a tiro franco de un Ekedal, que no se lo podía creer, los sardos habrían vuelto a llevar su superioridad al marcador. Pero una vez más Buffon volvió a salvar a los suyos en el peor momento. Y volvió a cargar de motivos a sus aficionados para ensalzarlo como mejor portero del mundo. La réplica a Buffon la dio Adán con un par de buenas intervenciones ante Tévez. Pero el final del partido dejaría en un lugar diametralmente opuesto a ambos porteros.

Conte dio entrada a Marchisio, por Pirlo nada menos, y cuando llevaba tan sólo unos minutos en el campo, en vez de adaptarse al ritmo del partido, el italiano decidió cambiarlo con un golazo. Un potentísimo tiro de larga distancia que dobló las manos del guardameta rival. Sin ánimo de desmerecer el gol, lo cierto es que Marchisio debe compartir un pequeño pedazo de tan meritorio gol, con una defensa que le dejo cargar el tiro con total libertad y con un portero con unas manos demasiado blandas.

El encuentro no volvió a ser el mismo. El Cagliari lo había hecho todo y casi todo bien. Pero iba perdiendo. Lo decía el marcador, pero la peor noticia para los sardos fue que esta derrota se derramo desde lo alto del marcador e inundo todo el terreno de juego. La Juventus empezó a disputar y ganar el control del juego la última media hora.

Vidal y Pogba habían perdido la batalla en el centro del campo, pero obra y gracia de Llorente, Marchisio y Buffon. La Juventus tenía la victoria en la mano y no la dejó escapar. Al contrario, después de aguantar las acometidas y golpes durante la mayor parte del duelo, como un veterano púgil, aprovechó el estado de shock en el que estaba su oponente para asestar dos golpes de K.O.

Llorente y Lichtsteiner pusieron la firma a estos dos golpes. El carrilero suizo se valió de un error de Adán para cerrar de la mejor manera posible su gran encuentro. Dos asistencias y un gol no es algo que se consiga todos los días.

Quizás en Cagliari se recuerde más el último gol del partido, y objetivamente el menos transcendente, ya que viene precedido de un grave error de Adán. Se puede cometer el error de pagar con un sólo jugador la frustración de tan digna pero dolorosa derrota. Cuando algo duele es tendencia natural buscar culpables y Antonio Adán tiene todas las papeletas. El Cagliari no perdió por culpa de su portero, perdió por la pegada de la Juventus. Pero el español entra con el pie equivocado en su estadio.

Otra muestra de la frustración local la dio el chileno Mauricio Pinilla, autoexpulsandose por insultar al árbitro pidiendo una, posiblemente inexistente y sin duda intranscendente, falta de Chielini sobre Ibarbo en el minuto 87, estando tres goles por debajo en el marcador. Una goleada que no refleja lo desplegado en el verde durante los noventa minutos. El Cagliari, que jugó un gran encuentro, no merecía tal castigo.

La Juventus sufrió, pero es un equipo campeón y las ligas se ganan en partidos como estos. Con esta victoria alcanza su record de victorias consecutivas (11 victorias, el record absoluto lo tiene el inter de Mancini en 17 victorias) y de puntos en la primera vuelta (52 puntos, igualando el record de la Juventus de Capello).