La intensa lluvia que lleva ya días afectando al centro de Italia, y que ha causado desbordamientos en el río Tíber y numerosos destrozos en toda la ciudad, ha causado un nuevo trastorno: la suspensión del encuentro liguero entre Roma y Parma que se ha intentado disputar hoy a las tres de la tarde. El césped del estadio Olímpico, donde se debía jugar, se encuentra tan encharcado que el árbitro, Andrea Di Marco, ha decidido parar el partido cuando sólo se llevaban disputados 8 minutos y el marcador no había pasado del 0-0 inicial.

La suspensión se ha producido a instancias de los capitanes de ambos equipos, Francesco Totti por los locales y Alessandro Lucarelli por los visitantes, temerosos del riesgo de lesión que implica un terreno en tan malas condiciones (de hecho, en el poco tiempo disputado Maicon se llevó un golpe que, por fortuna, sólo quedó en un susto). Tras unos minutos de pruebas comprobando que, en algunas zonas del césped, el balón no botaba, Di Marco optó primero por una parada temporal de media hora, pero en vista de que la lluvia no cesaba y las previsiones meteorológicas apuntaban a peor, acabó decretando la suspensión definitiva.

Será ahora tarea de la Federación y de la Lega Calcio encontrar una nueva fecha para la disputa del partido. También habrá de decidirse si se da validez a los ocho minutos ya jugados o si se vuelve a empezar el encuentro desde el principio.