Octavo contra último. Revelación contra decepción. 32 a 16 goles. 32 a 15 puntos. Así era el cartel del encuentro. Un Catania que venía de empatar ante Livorno e Inter necesitaba sumar sí o sí en el Ennio Tardini. El Parma, invicto en Serie A desde el 2 de noviembre ante la Juventus, buscaba seguir sumando y acercarse a las posiciones europeas. Biabiany-Cassano-Amauri han formado una de las delanteras más temidas del campeonato que, para más inri, se enfrentaba a una de las peores defensas. 

Tres puntos separaban al Catania de la ansiada salvación, marcada por el Chievo, y eso se notó en terreno de juego. Rolando Maran apostó por un 4-3-3 con Barrientos, Bergessio y Castro arriba, demostrando que el descenso no le asusta e iba a tratar de jugarle cara a cara a un Parma a priori superior. Izco-Lodi-Rinaudo iban a formar la medular, provocando un partido rocoso y de poco juego. Además, delante tendrían a Gargano-Marchionni-Parolo, que dificultarían la labor creativa. 

Cambio de tornas

No sería ninguna sorpresa que en el minuto cinco del encuentro pensasen que el Parma vestía de rojo y el Catania de blanco. Los de Rolando Maran salieron a por todas, presionaron arriba y dominaron a un Parma relajado. Cassano, principal arma ofensiva de los locales, parecía estar más distendido de los habitual. Y el resto del equipo se contagió. Necesitados de puntos, sus rivales salieron al ataque pero la calidad y eficacia en zonas ofensivas brillaban por su ausencia. Por algo eran colistas. 

El poco acierto visitante y el poco hambre local causaron una primera mitad tediosa. El partido se iba apagando poco a poco. Cada vez se jugaba más en el centro del campo sin conseguir llegar al área rival. Cuando un equipo controlaba el esférico, el rival esperaba en su campo. Ni un jugador pasaba la línea del centro del campo, y eso provocó que se apagaran las ideas. El único faro de luz apareció cuando Antonio Cassano decidió que había hecho la digestión. Su magia llegó e hizo mejorar al Parma. Amauri y Biabiany llegaron de la mano de 'Talentino', que se mostró muy activo durante los últimos diez minutos de la primera mitad. La última jugada de peligro llegó en el minuto 44, cuando disparó una falta al palo de Andújar que pudo atrapar en dos tiempos. 

(Foto: Squawka | Mapa de calor del Parma en la primera mitad, prácticamente nulo en campo contrario).

Enfrentados a la mala suerte

Llueve sobre mojado en el Catania. El equipo ha conseguido mejorar su juego, pero la mala suerte se cebó con ellos en la segunda parte. Nada más empezar la segunda mitad iba a llegar una ocasión clarísima para los visitantes cuando Bergessio disparaba al larguero. Temblaron los cimientos del Ennio Tardini, que veía peligrar una racha histórica. Tan solo diez minutos después llegaba otra oportunidad clara para el Catania, que pudo celebrar un gol pero fue anulado por fuera de juego. El Parma estaba totalmente desaparecido del terreno de juego y apenas pasaban a campo contrario. La ocasión más clara para los bianconeri iba a pasar, cómo no, por las botas de Cassano. El italiano puso un gran centro a Amauri, que remató a puerta pero Andújar salvó in extremis.

Los de Rolando Maran volvieron al ataque pero la suerte volvía a cerrarles la puerta del gol. Rinaudo regateó a dos defensas para llegar a línea de fondo y poner un gran centro al segundo palo. Izco se incorporó desde atrás disparando de primeras, pero Gobbi iba a tocar ligeramento el cuero para enviarlo a córner. El Catania se había enfrentado al larguero, al linier y a un defensa bajo palos. Todo estaba en contra. Donadoni, entre pitos, decidió cambiar a Cassano por Palladino, tratando de buscar una reacción que no llegó. Los visitantes buscaban el gol una y otra vez sin acierto, e incluso dispusieron de una falta peligrosa en el último minuto del encuentro que Lodi disparó a las nubes. 

(Foto: www.imagephotoagency.it | Cassano se lamenta por una ocasión fallada).

Con este empate, el Parma mantiene su racha de imbatibilidad pero debe reflexionar largo y tendido sobre la actitud de sus jugadores en el terreno de juego. Este punto les coloca a un punto del Torino con un partido menos, aunque en Roma. Por su parte, el Catania se coloca a un punto de Livorno y Sassuolo, que deben jugar sus partidos correspondientes.