Tras una semana de lo sucedido en Verona, donde los de Conte se dejaron dos puntos en el último minuto y con los días haciéndose largos para los bianconeros, en una semana llena de broncas, enfados y reprimendas por parte del técnico juventino, otro equipo de Verona se cruzaba en el camino del líder del Calcio.

Esta vez era el Chievo y no el Hellas y con el Juventus Stadium como escenario y no el Bentegodi. Conte, que no pudo contar con los lesionados Barzagli, Chiellini, Pepe y Vucinic, decidió dar la titularidad a Giovinco en detrimento de Tevez, con la Europa League en el horizonte.

Tampoco jugó Pogba, que dejó su puesto a un renacido Marchisio, aunque este cambio se puede traducir más en un toque de atención para el francés, que junto a Vidal, fue el que peor parado salió de Verona por las reprimendas del técnico bianconero.

El resto del once de la Juve sin novedades, con la obligada participación de Cáceres y Ogbonna en el centro de la zaga debido a las bajas. Mientras el primero tuvo la mala fortuna de ser el autor del gol del Chievo (tras un mal despeje de Lichtsteiner que tocó en la espalda del uruguayo, superando a Buffon), el ex central del Torino cuajó quizás el mejor partido desde su llegada en verano.

Sobrio, atento, muy bien colocado y siempre rápido, Ogbonna demostró que los dotes que le conviertieron en un gran defensa en el Calcio, no se le han olvidado. Junto a Bonucci y Cáceres supieron controlar los pocos problemas que dispuso el Chievo en todo el partido.

Y es que los de Corini llegaron a Turín sin bajarse del autobús. Con los once jugadores en su propio campo y sin mostrar ningún signo de irse a por el partido, los de Verona se marcharon al descanso con dos goles en contra y con la sensación de no querer/poder sacar nada positivo del campo del líder.

Tras un par de avisos de Llorente y Pirlo, apareció a los 16 minutos Asamoah para marcar un golazo. El ghanés mezclando velocidad, control y desborde, arrancó por banda izquierda y tras zafarse de un rival, hizo la pared que Llorente, que dejó el balón muerto para que Asa, parara el esférico desde la frontal y con su guante zurdo colocara el balón lejos del alcance de Agazzi. Primer gol para el lateral en el campeonato.

A la media hora, la Juve parecía dejar sentenciado el partido, con el gol de Marchisio. El centrocampista italiano, remataba en el área pequeña, un balón despejado por Agazzi tras un gran lanzamiento de falta de Pirlo. El tanto significa mucho para Claudio, un jugador relegado a la suplencia con frecuencia esta temporada por la explosión de Pogba y que manda un aviso al técnico juventino.

Tras la reanudación, la tónica del partido continuaba igual, el Chievo agazapado atrás y la Juve dominando el balón y el juego. Bonucci pudo hacer el tercero en una acción a balón parado, pero Thereau, se anticipó al defensa bianconero.

Y en el minuto 50 llegó la sorpresa. En la única llegada a portería de los visitantes, los de Corini sacaron petróleo sin tener que rematar a puerta. Un mal despeje de Lichtsteiner en el área juventina, topó con la espalda de Cáceres haciendo una parábola imposible para Buffon, que vio como su portería era batida sin ningún remate de algún jugador gialloblu.

Y entonces apareció el miedo en el Juventus Stadium. No duró mucho, pero si el tiempo suficiente para que el Chievo creyera en dar la sorpresa y los fantasmas del pasado se le aparecieran a los bianconeros. Bonucci sacó desde el suelo un remate de Thereau muy peligroso en la frontal y ya con Pellissier en el campo, los de Verona soñaban con ser como sus primos del Hellas y tumbar al campeón.

Y tras un primer aviso de Pirlo en un lanzamiento de falta, llegó el gol de la tranquilidad de la Juve. No podía ser otro que Fernando Llorente, que esta temporada tantos puntos le ha dado ya a la Signora. A los 58 minutos, el rugido del Rey León volvía a sonar en Turín, con un remate de cabeza en el área pequeña, tras un corner botado por Pirlo.

Es el décimo gol del delantero español en el campeonato, unas cifras muy válidas para un jugador que empezó la temporada sin pasar del banquillo y que tras mucho esfuerzo y sacrificio, acabó por ganarse la confianza de Conte. Tras el gol, tanto Llorente como Giovinco fueron sustituidos por Tevez y Osvaldo.

Mientras el español salió ovacionado por la grada, el pequeño Giovinco, que lo intentó en el partido sin suerte, salió silbado por una grada que nunca lo ha tenido entre sus preferidos. El delantero bianconero se marchaba enfadado a los vestuarios, pero Conte le "salvó" ante la grada y lo envió al banquillo junto a sus compañeros.

Radovanovic tuvo la última ocasión para los visitantes, pero su disparo se encontró a Asamoah y Marchisio pudo ampliar la cuenta en un mano a mano ante Agazzi, que solventó con acierto el portero. La Juve se coloca con +12 de la Roma, con dos partidos todavía por disputar para los romanos, mientras que el Chievo se coloca penúltimo, con un punto de ventaja sobre el colista Sassuolo.