Torino y Genoa llegaban al Olímpico con objetivos muy diferentes. Los de Ventura se mantienen aún en la lucha por los puestos europeos, con 45 puntos frente a los 50 que ostentaba el Inter antes del comienzo de la jornada. La lucha es difícil pero bonita. Los de Gasperini, con la salvación casi hecha, llegaban al Olímpico con las miras puestas en las matemáticas. Quieren conseguir cuanto antes la salvación matemática y eso pasa por sumar de tres en tres.

El encuentro comenzó lento, con los dos equipos midiéndose, sin querer arriesgar. Gasperini planteó el encuentro para que sus chicos presionaran muy arriba la salida de balón del conjunto granata, sabiendo de sobra que el conjunto de Turín pasa demasiados apuros a la hora de salir con el balón jugado. Sabía que tendría muchas más opciones dándoles el balón y no los espacios. Con todo esto, comenzó el encuentro y comenzaron las impresiciones. El Torino comenzó el encuentro acelerado, y las prisas no traen nada bueno. El Genoa se mantuvo atrás, aguantando los pocos arreones con peligro de los locales esperando su oportunidad a la contra. El juego de los locales pasa por pelotazos largos esperando que Immobile o Cerci los cazaran y pusieran contra las cuerdas a Perín. El mismo guión que el resto de la temporada, por así decirlo.

Aún con las dificultades del equipo de Ventura para salir con el balón jugado, o para tomar decisiones más allá de los tres cuartos de campo, llegaron las ocasiones. Siempre en las botas de los dos estandartes en ataque del conjunto granata. Primero la tuvo Cerci, en un balón largo en profundidad en el que ganó la espalda a la defensa y puso a prueba a Perín con un disparo cruzado que salvó bien el guardameta. A continuación quien la tuvo fue Immobile. Le llegó un balón a la frontal que el ariete italiano mandó muy alto en un fuerte disparo. Aún tendría una más el Torino en la primera mitad. Immobile arrancó una contra rapídisima junto con Cerci contra un solo defensor visitante, pero erró en el pase a su compañero. Una clarísima ocasión desperdiciada.

Tras estos pequeños arreones locales, los de Gasperini se quitaron la presión de encima y comenzaron a atacar. Sin su referente arriba, Alberto Gilardino, las ocasiones debían estar en los pies de Fetfatzidis y Calaiò, pero sin demasiado acierto. El Genoa se encontró cómodo en el campo en los instantes finales de la primera parte, pero nunca llegó a disfrutar de ocasiones claras. Tan solo consiguió inquietar a Padelli en disparos lejanos de Bertolacci y Fetfatzidis sin demasiado peligro. Con este pequeño dominio visitante se llegó al descanso.

La segunda mitad comenzó con el mismo guión que la primera. Era el Torino quien tenía el balón y el Genoa quien atacaba a la contra. Aunque en esta ocasión, al contrario que como ocurriera en la primera mitad, el Torino no comenzaría llevando también las ocasiones. Tenía la posesión, pero no las ocasiones. Sería siendo el Genoa quien más se acercara a la puerta contraria, al igual que en los instantes finales del primer tiempo. En este pequeño momento de indecisión por parte de ambos equipos llegó la ocasión más clara del encuentro. En una jugada de ataque visitante, Glik cabeceó hacia atrás en un intento por desbaratar el ataque rival, pero pilló a su portero adelantado saliendo a atajar el centro. En un alarde de reflejos, Padelli retrocedió y salvó a su equipo del gol rival practicamente sobre la línea.

La batalla por el centro del campo, clave

Tras este pequeño susto, el Torino no quiso volver a arriesgar tanto, por lo que comenzó a asumir menos riesgos en ataque y, practicamente, a abandonar a Cerci e Immobile a su suerte. La lesión de Basha produjo un antes y un después en el encuentro. El Torino perdió la guerra del centro del campo y le dio el balón al Genoa. Los visitantes comenzaron a encontrarse cada vez más cómodos sobre el verde y no dejaron crear ocasiones a su rival. La polémica saltó allá por el minuto 76 cuando Konaté, que había entrado en sustitución de Fetfatzidis, parece que intercepta un centro de Cerci con la mano dentro del área. Mariani no señaló nada y la polémica quedó servida.

Los cambios no cambiaron el guión del encuentro. Lento y con muchas imprecisiones por parte de ambos conjunto. Ninguno de los dos hizo demasiados méritos para llevarse el encuentro por encima de su rival. Hasta que apareció el de siempre. Alberto Gilardino. Cuando parecía que el encuentro moriría con el cero a cero, una brillante jugada a la contra del conjunto de Gasperini dejó a Sturaro solo en banda, para que sirviera el balón al segundo palo, donde Gilardino solo tuvo que colocar el cuerpo para introducir la pelota en la portería de Padelli y colocar el cero a uno. En los últimos minutos Ventura realizó los últimos cambios y pasó definitivamente al ataque, buscando el empate desesperadamente.

Y de qué manera, no solo el empate, lo logró. En el tiempo añadido del encuentro, cuatro minutos, el Torino anotó dos golazos. El primero, del 'capocannoniere' de la competición. Immobile batía por arriba a Perín en un bonito disparo desde la frontal. Sin que el empate pudiera saberle amargo a los jugadores de Gasperini, Cerci recogía un balón en el centro del campo, lo condujo hasta la frontal y lo clavó en la escuadra de Perín. Se desató la locura en el Olímpico. Un final de locura para un encuentro sin demasiada historia.

Con esta victoria el Torino se mantiene cerca del Inter, quinto clasificado, con 43 puntos. La semana que viene deberá visitar el Olímpico de Roma para medirse a la Lazio en una nueva batalla en busca de Europa. El Genoa, por su parte, aún no ha logrado la salvación matemática, pero no debe pasar demasiados apuros para lograrla al final de la campaña. La semana que viene buscará celebrar la fiesta de la salvación ante su público, enfrentándose al Cagliari.

Los goles del encuentro