Duelo por objetivos muy diferentes entre Verona y Catania. Mientras los locales aún se veían con opciones de entrar en puestos de Europa League, como bien dijo su entrenador, Andrea Mandorlini, y querían luchar hasta aunque esté complicado ya que hay varios equipos implicados y no dependen de sí mismos. El Catania, en la cola de la calsificación, apuraba sus opciones de poder remontar hasta la permanencia. En el apartado de las bajas sólo se perdió el partido por lesión Donati, centrocampista local.

A estas alturas de la temporada, cuando los equipos se juegan tanto y algunos están con el agua al cuello casi ahogados, se suelen s muy igualados, finales en Liga, mucha intensidad, balones luchados como si fuesen el último cuero del planeta, equipos con mucho miedo a perder y no llevarse ni siquiera un punto. Cuando el equipo implicado se juega bajar de categoría, se le supone que cumpla estos requisitos. No es lo mismo quedarse sin puestos europeos que descender. El Catania no cumplió con ninguna de estas características imprescindibles para plantar cara en un partido de primer nivel. Los de Maurizio Pellegrino dieron por momentos una imagen de equipo ya rendido, no salieron al campo con la intensidad necesaria y esto se reflejó en una primera parte que finiquitó el encuentro entero, donde los visitantes apenas inquietaron la portería de Rafael, y aún así una ocasión podría haber cambiado el resultado. Nunca se sabe, pero con esa diferencia de actitud y aptitud, incluso si esa ocasión hubiera entrado es difícil que la victoria hubiera cambiado de manos.

Si a esta falta de coraje se le suma un equipo veronés que tiene auténtica dinamita arriba, el resultado no sorprende. El tridente atacante con Marquinho, Iturbe y el veterano Luca Toni, y ese nexo de unión entre ellos y el centro del campo que es Sala, parecían de otra categoría superior a la defensa rival. Y así será muy probablemente en aproximadamente un mes. Rápidamente el Hellas Verona cogió el tiempo del partido y se fue al ataque. Mientras el Catania cuando tenía el balón en los pies no encontraba la manera de atacar y sólo realizaba posesiones estériles, los locales lo hacían con decisión y contundencia. Una falta botada por el ex romanista Marquinho desde el lateral del área obligó a Frison a realizar la primera (y meritoria) intervención, enviando el balón a saque de esquina. Un par de minutos después, los veroneses se ponían por delante en el marcador. Iturbe recogió el esférico en su propio campo con espacio e hizo lo que mejor sabe hacer: encarar con velocidad. Se subió a la moto, aceleró y Monzon, el único defensa entre el extremo y la portería, reculó decidiendo el momento del robo. Iturbe, como impacientado por la tardanza, metió una marcha más y le dejó atrás. El argentino encaró a Frison y su tiro colocado encontró otra buena respuesta del portero, pero el rechace lo cazó Luca Toni, siempre con la caña, que nació rebañando esos balones, y lo introdujo en la portería. No todas las noticias fueron buenas ya que entre esa jugada y otra cabalgada posterior, Iturbe se hizo daño en la rodilla y pasó más de 15 minutos en el campo intentando continuar sin conseguir sentirse bien. Taleb entró por él después del segundo gol.

En este momento llegó la única ocasión de verdad para el Catania, y fue clarísima. Bergessio conectó con Leto, que rompió la línea defensiva y se encontró delante del portero mano a mano, un poco escorado. Decidió tirar fuerte y Rafael desvió a córner. Lodi entraba por el segundo palo pidiendo el pase de la muerte para empujarla y su reprimenda se hizo notar en todo el estadio. Sólo un remate de cabeza de Rolin tras un saque de esquina inquietó al Hellas Verona en lo que restaba de partido. 

Luca Toni, al que Prandelli descartó para la convocatoria de Italia para el Mundial y que la mayoría de italianos quieren que sea convocado, hizo una primera parte de escándalo. Todo lo que hace, lo hace bien. Sabe cuáles son sus cualidades y las explota a más no poder. Baja balones, incluso bajaría un buzón si se lo pasaran, protege, aguanta, da salida... Y remata. Por arriba es un coloso. Así lo demostró en el segundo gol. Jacopo Salga se internó por la derecha y sacó un centro perfecto al corazón del área, donde estaba el gigante italiano ya esperando. Remató con potencia al centro, A Frison no le dio tiempo a reaccionar y el balón, tras dar en el travesaño, entró. El Catania había tenido una oportunidad y de nuevo encajaba un gol. Se hacía muy larga la sombra de la Serie B y se notó en el ánimo de los jugadores, totalmente abatidos. Y pudo hacer más sangre Toni, pero falló incomprensiblemente una gran ocasión en un rechace de una falta, delante del portero, su tiro con la zurda se fue muy desviado. 20 goles lleva ya en Liga, a uno de Immobile, dos por encima de Tévez, tres por encima de Higuaín.

La primera parte acabó con la celebración del tercer gol del Hellas. Taleb comandó un ataque rápido por banda derecha y encontró el desmarque por la banda contraria de Marquinho. El brasileño bajó la pelota en el pico del área y lo cruzó con un zurdazo raso que entró pegado al palo largo de la portería de Frison. Gran gol de un jugador que ha sido puesto en duda en esta segunda parte de la temporada del equipo veronés, echándole buena parte de culpa de no seguir tan cerca de Europa como al principio de temporada, cuando tuvo un papel fundamental en ese gran inicio. La memoria (o no memoria) del fútbol.

La segunda parte fue puro trámite por que en las reglas no se estipula un hipotético final de partido al descanso por diferencia de nivel y abdicación rival. Mandorlini sacó del campo a Luca Toni y a Marquinho (ya se había ido Iturbe en la primera parte), pero seguían en el campo Sala y Taleb, los únicos que parecían seguir jugándose algo, la titularidad. Ellos construyeron el cuarto y definitivo gol. Sala transportó al borde del área y le dejó el balón suave a Taleb que, desde el pico derecho del área, con el interior de la zurda, lo colocó al palo largo como quien da un pase sin riesgo en defensa. Gran gol para el jugador argentino que hace de manera impecable el papel de revulsivo. 

Sin más acabó un partido que sólo tuvo una parte y un equipo, dejando al Catania con muy pocas opciones de salvarse del descenso, en última posición, y al Hellas Verona en plena lucha por la Europa League.