La Fiorentina cerraba la temporada en el Artemio Franchi con un estadio a rebosar para celebrar la posición que le otorgaba el billete para disputar la Europa League 2014/2015. En el otro lado, el equipo de G. Ventura estaba obligado a no perder para mantener el puesto que le diera la posibilidad de jugar en Europa la próxima temporada y pendiente del resultado del Milan en casa contra el Sassuolo. 

Las cámaras enfocaban al capocannoniere en la grada después de su expulsión en su último partido contra el Parma. La pareja de ataque del Toro formaba con Meggiorini y Cerci para alivio de los viola. El ex del Genoa recibía los ánimos de su acompañante como signo de motivación, llevarse los tres puntos era el objetivo para no depender de nadie. En el minuto dos El Kaddouri tuvo la oportunidad de inaugurar el marcador, pero observó que llegaba Cerci e intentó poner un pase templado al segundo palo. El italiano se tiró con todo su alma pero no llegó por milímetros. Se lamentaba con las manos en la cabeza mientras Montella daba instrucciones a Aquilani. 

Aquilani - Valero: fútbol al cuadrado

Cuando compras una entrada para un partido de fútbol, esperas que los jugadores más importantes del equipo tengan su día y dejen atónitos a los espectadores. El Torino, tácticamente, perfecto, no concedía fisuras en su línea defensiva y replegaba con mucha rapidez. Aquilani y Valero observaban de lejos los primeros diez minutos de partido, pero se pusieron el mono de trabajo y encerraron a los granotas en su área. Aquilani y Valero se buscaban con frecuencia para monopolizar la creación del juego y sorprender con balones a la espalda de la defensa buscando a Cuadrado. El colombiano a punto estuvo de aprovechar un fenomenal pase del mediocentro español pero se adelantó Padelli para despejar con contundencia. 

La Fiore se sentía cómoda con la posesión del esférico y conservaba la calma para encontrar el último pase. Sin la referencia de Mario Gómez, los centros desde la banda acababan despejados por el muro defensivo hacia los costados. Los pases desde los laterales al corazón del área se sucedían sin gran efecto. Antes del descanso, Rossi recibió de espaldas, amagó para girar a su izquierda y se perfiló a su lado bueno. La acción se dessarrolló en una baldosa y el disparo desde la frontal a punto estuvo de entrar si no llega ser poe la mano salvadora de Padelli. 

Los cambios dieron esperanzas 

En la reanudación, el Torino salió más concienciado en ir a por el gol. La presión era alta, la clave pasaba por que la salida de balón de la Fiorentina no fuera limpia. Y un hombre con Valero para poder robar en campo contrario. El partido por momentos se volvía un correcaminos y en un contra de los viola, Vives metió la pierna interrumpiendo el golpeo de Cuadrado y Nicola Rizzolli señaló el punto fatídico. Rossi colocó con mimo la pelota en el punto de penalti y después con mucha clase transformó la pena máxima para inaugurar el marcador y romper en pedacitos el sueño europeo del Torino. Se marchaba el italiano ante los aplausos de sus aficionados, mientras G. Ventura reflexionaba la remontada.

Dos minutos después de realizar cambios, Marcelo Larrondo establecía la igualada en el marcador tras una galopada de Cerci. El primer gol del argentino  El Parma y el Milan ganaban y ellos necesitaban una victoria, sí o sí. Cerci repetía acción con un autopase (con suerte) y se plantaban tres para tres en los metros finales. El italiano pecó de egoísmo y despedició una gran oportunidad.

Al Torino no le quedaba otra opción que atacar, atacar, atacar y seguir atacando. Con Cerci escorado hacia la parte derecha y con Larrondo fijando a los centrales llegaron los mejores momentos de los granotas. Cualquier riesgo conlleva consecuencias y la Fiore no es un equipo que perdone. Los espacios a la contra con Cuadrado, Joaquín y Rebic fueron un regalo que no desaprovecharon. Una contra del colombiano, acabó con el primer gol de la temporada de Rebic. Un mazazo para el Torino, G. Ventura se giraba, no quería mirar.

El milagro errado desde los once metros

El doblete de Amauri privaba al Torino del sueño europeo. Si algo ha aprendido el equipo de Ventura esta temporada es que los partidos no acaban hasta que el árbitro señale el túnel de vestuarios acompañado del último pitido. Con todo en contra, Kurtic con un gran lanzamiento de falta estableció la igualada. Quedaba tiempo, ilusión y ganas por entrar en Europa. Cerci, el mejor del partido, tuvo un "match ball"  en el minuto 93. Un balón, once metros, toda la temporada en su mente y,... el sueño de la Europa League se diluye con Cerci acabando el partido desolado y llorando a mares. Los compañeros y rivales intentaron consolarlo pero fue imposible. La otra imagen del partido es la de G. Ventura en el banquillo con la mirada perdida, sin pestañear. Habían pasado de la alegría a la tristeza en menos de un minuto. Un triste final para una temporada de ensueño. 

 

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