Igual que las Supercopas de muchos países europeos, por ejemplo la española, la italiana también acostumbra a celebrarse en verano. Así viene sucediendo en los últimos 19 años, de los que los 14 últimos se ha jugado en el mes de agosto. Pero 2014 será distinto. El scudetto de la Juventus y la coccarda del Nápoles tendrán que esperar al mes de diciembre para enfrentarse. Será, concretamente, el martes 23.

El motivo del retraso no es otro que la falta de fechas. El Nápoles, tercer clasificado de liga el año pasado, se vio empeñado durante agosto en sus compromisos de la ronda previa de Champions League, que le vieron caer eliminado contra el Athletic de Bilbao. Para poder preparar mejor aquellos partidos, el equipo partenopeo pidió tanto a la Juventus como a la federación el aplazamiento, algo a lo que ambos accedieron sin problemas.

No será esta la primera ocasión en que la Supercoppa italiana se dispute en fechas atípicas, aunque ya ha pasado bastante tiempo desde la última. Fue la edición de 1995, que en realidad se disputó al año siguiente: conflictos de fechas obligaron a que el enfrentamiento entre la Juventus y el Parma, que ganaron los blanquinegros, se retrasara hasta enero de 1996. También el torneo de 1989, que el Inter le ganó a la Sampdoria, se disputó en el extraño mes de noviembre. El hecho de que, contrariamente a lo que ocurre en España, sea una competición a partido único facilita estos cambios de jornada.

Probablemente en San Siro

Lo que no se ha confirmado aún es la sede donde se disputará el encuentro, aunque según informa Voci di Sport, parece probable que, en busca de un campo neutral, se opte por una solución como Milán (Roma en principio queda descartada tras los disturbios entre la hinchada local y la napolitana en la última final de Coppa).

Lo tradicional era que se jugara en casa del campeón de liga, aunque la norma se había infringido varias veces; sin ir más lejos, el año pasado el encuentro entre la Juventus y la Lazio no se jugó en Turín, sino en el Olímpico de la capital. Aunque no se ha excluido categóricamente, está casi descartada la alternativa de irse fuera de Italia, como ya se hizo en ocasiones anteriores en campos de Estados Unidos, China o incluso Libia.