Ambos conjuntos llegaban al encuentro que abría la jornada de la Serie A en el día de hoy con un empate cosechado la pasada jornada. Los locales ante el Palermo en el Renzo Barbera tras lograr el tanto del empate en el último minuto y con un hombre menos. Los visitantes, por su parte, tras dejar escapar el empate errando una pena máxima ante en el Inter en el Olímpico de Turín. Por parte del Torino, Darmian tuvo que quedarse fuera del XI titular debido a una sinusitis.

El partido comenzaba con máximo respeto entre ambos contendientes. Desde el saque inicial el Torino quiso dominar la pelota, para así desplegar su juego, pero una fuerte presión de los locales y una defensa férreo obligó a los de Ventura a jugar la táctica más antigua del fútbol, balones largos y a correr. Y ahí es donde la Samp se encuentra más cómoda defendiendo. Los centrales locales volvieron locos a Quagliarella y Larrondo durante los primeros 45 minutos. Ni un solo balón con peligro llegó a la portería de Viviano. Además de las jugadas a balón parado, la ocasión de mayor peligro visitante estuvo en las botas de El Kaddouri, en una internada por banda derecha en la que superó al defensor local, pero Mazzoleni interpretó que hubo falta del marroquí cuando se disponía a poner un pase atrás muy peligroso.

Okaka, un quebradero de cabeza

A partir de ahí, todo fue dominio local. Comenzó avisando con un centro desde la derecha de Eder que se paseó por el área pequeña de Padelli sin que nadie acertara a rematarlo. Desde ese momento, la Samp adelantó líneas y fue Okaka quien tomó las riendas del ataque local. Su potencia y físico le permitieron ganar cada balón dividido a los centrales granatas, abrir espacio para sus compañeros y servir de buenos balones a Manolo Gabbiadini

Precisamente fue Gabbidiani quien consiguió el primer gol del encuentro en una falta en la frontal que él mismo había provocado. El delantero local, que atesora un gran golpeo de balón, disparó raso al palo de Padelli, al que Bovo tapó la visión hasta que fue demasiado tarde.

La Samp ponía el 1-0 en el marcador y dejó que fuera el Torino quien tomara las riendas de los últimos minutos del primer tiempo, pero la sociedad El Kaddouri-Quaglairella-Larrondo no generaba el peligro suficiente como para preocupar a Viviano. Con una buena Samp colocada sobre el campo, con un Torino irreconocible y perdido en combate y con este resultado se llegó al descanso.

Tras el descanso el guión del encuentro cambió drásticamente. Los cambios le dieron un nuevo aire al Torino de Ventura que empezó a dominar la posesión, pero que no llegaba con claridad a la portería de Viviano. En el minuto 64 de partido vivimos un flashback. Vives volvía a cometer una falta en la frontal que se encargaría Gabbiadini de botar, pero en esta ocasión el delantero italiano estrelló el balón en el larguero. La Samp volvía a meter el miedo en el cuerpo granata.

Con dominio visitante se llegó a la jugada polémica del encuentro. Gastaldello empujaba a Quagliarella dentro del área tras una sensacional jugada de El Kaddouri. Mazzoleni, sin embargo, interpretó que el delantero granata se dejó caer y, además, amonestó a El Kaddouri por protestar.

Okaka, el premio a un sacrificado partido

Al delantero de la Samp, que tan buen partido estaba realizando, tan solo le faltaba el gol para redondear la fiesta. Y llegó en el minuto 78 de partido. Agarró el balón en tres cuartos de campo caído a banda derecha, y tras superar a Morretti con calidad y potencia física, se libró de Glik para terminar batiendo a Padelli con un disparo cruzado inalcanzable. Los locales cerraban el partido de forma brillante.

Desde ahí hasta el final del encuentro, poco más pudo hacer un Torino que ha logrado tan solo un punto de seis posibles y que echará muchísimo de menos a sus dos estrellas del año pasado, Ciro Immobile y Alessio Cerci. La Samp, por su parte, ya atesora cuatro de seis puntos y encadena una buena racha que, esperan, no se acabe pronto.