San Siro volvía a acoger un partido liguero de su equipo, el Milán después de los empates ante Empoli y Cesena que dejaron varias dudas sobre el equipo. Se enfrentaba al Chievo Verona, un conjunto metido abajo cerca del descenso que llegaba con intenciones de aguar la noche al conjunto rosonero pero que sus intenciones no se conviertieron en realidad.
El partido se desarrolló sobre una tónica general, el Milán dominando el juego. Desde que Inzaghi es el entrenador, el equipo local plantea los partidos a base de salir con el balón jugado y sumar muchos jugadores en ataque. Eso mismo pasó en este partido. El Chievo, conocedor de la gran debilidad defensiva que acusa el conjunto milanés, empezó presionando arriba a la salida de balón de los centrales Alex y Rami. Durante buena parte de los primeros 45 minutos, el conjunto visitante consiguió neutralizar la basculación de balón del Milán y creaba alguna que otra ocasión de peligro para el meta Abbiati. Con los grandes jugadores que tiene el Milán en ataque, el conjunto local llegaba con más peligro y las ocasiones se sucedían con mayor frecuencia.
A pesar de tener un buen ataque, la defensa del Milán sigue generando dudas
Los primeros 45 minutos terminaron en un empate a cero pero con la sensación de que el Milán merecía más y que el Chievo pudo aprovechar más las ocasiones que tuvo. Hay que destacar de la primera parte una nueva actuación de Ménez, el hombre franquicia de este nuevo Milán. Del conjunto visitante, destacaron los jugadores de banda izquierda con Birsa y el delantero Maxi López.
Al saltar ambos equipos al campo para disputar los segundos 45 minutos, el Milán salió más valiente y arrinconó durante gran tiempo al Chievo en su campo. Con mayor rapidez de movimientos, el conjunto local creaba más ocasiones que en la primera parte hasta que finalmente llegó la recompensa. En el minto 54, un balón que caía del cielo lo recogió Mountari que empalandola mordida hizo que la pelota diera un gran bote incrustandose en la escuadra, imposible de detener para Bardi. Se adelantaba el Milán en el encuentro y con ello, adquiría una mayor tranquilidad para poder disfrutar del juego.
El Chievo no supo materializar lo poco que creó en ataque
Después del primer gol, llegaron los mejores momentos del Milán en el encuentro. El Chievo se vino abajo al encajar el gol y se dedicó durante el primer tercio del segundo tiempo a estar metido en su campo despejando y cortando los ataques milanistas. Para redondear la noche en San Siro, Honda no se podría marchar sin poner el broche de oro a un gran partido. En una falta al borde del área un poco escorada a la izquierda, le pegó con efecto exterior por encima de la barrera y Bardi solo pudo tocarla pero no evitó que entrara en portería. Ponía tierra de por medio el conjunto entrenado por Inzaghi y con ello vino la consecuente relajación.
El Chievo introdujo varios cambios en el encuentro que dieron aire fresco al conjunto de Verona. Dispuso de varias ocasiones incluso una que iban en un contragolpe un tres para uno y Lazarevic desperdició una ocasión de oro.
A pesar de tener de empezar con un esquema básico sobre el terreno de juego, el conjunto entrenado por Inzaghi mantuvo durante buena parte del partido un cambio constante de posiciones de los jugadores sobre todo de ataque. Cuando el equipo inciaba la jugada de ataque, los cuatro hombres de arriba Honda, Torres, Ménez y Bonaventura un poco más retrasado, se intercambiaban las posiciones constantemente con lo que era un quebradero de cabeza para la defensa visitante. También hay que sumar las subidas por sus respectivas bandas de los laterales Abate y De Sciglio, con lo que el conjunto milanista acumulaba en ocasiones hasta 7 jugadores en área rival. Eso perjudicaba bastante la transición defensa-ataque porque el medio campo se quedaba bastante despoblado con De Jong como único referente. Con los cambios introducidos como Poli o El Shaarawy, el Milán siguió manteniendo el control pero la intensidad bajó bastante.
El equipo de Verona por su parte, sí mantuvo el esquema incial del 4-4-2 durante casi todo el partido con las posiciones bien fijadas por parte de los jugadores. Uno de los jugadores más activos que salía un poco de su posición para bajar a recibir la pelota era Maxi López con lo que se metía entre líneas para dar más fluidez a la circulación del balón. También estuvo muy correcto el centro del campo del Chievo con Radovanovic y Cofie. La mayor parte del ataque visitante llegaba por la banda izquierda con internadas de Birsa
Venció el Milán y volvió a llevar la tranquilidad a su afición tras dos empates ante equipos inferiores aunque si desea aspirar a estar arriba en la clasificación, debe mejorar en defensa bastante ya que la descompensación ataque-defensa sigue siendo grande. Por su parte el Chievo se mete en aguas peligrosas con una nueva derrota en la que se acerca más aún a los puestos de descenso. Jugando partidos como el de hoy en San Siro, pronto volverá el conjunto de Verona a la senda de la victoria.