"Una interrogación parlamentaria al ministro de Economía". Es lo que el onorevole Marco Miccoli pretende hacer en la próxima sesión de la Cámara de Diputados, el equivalente al Congreso en el sistema bicameral italiano. Esta pregunta irá dirigida a Pier Carlo Padoan, quien actualmente ocupa el cargo, y versará sobre lo ocurrido en el Juventus Stadium de Turín el pasado domingo 5 de octubre, cuando el equipo local venció a la Roma por 3-2.

Apelará a la Comisión Europea, "dadas sus competencias en materia de mercado único"A juicio de Miccoli, que pertenece al izquierdista Partido Democrático (el mismo que actualmente gobierna en Italia), el partido estuvo condicionado por "increíbles errores arbitrales" de Gianluca Rocchi, el juez de la partida, que no sólo "falsean el campeonato y minan la credibilidad del país", sino que "inciden sobre las cotizaciones en bolsa" tanto de la Juventus como de la Roma. De hecho, nada más concluir el encuentro la cotización del equipo de la capital cayó un 4%.

El diputado, de reconocida filiación romanista, estima "escandaloso" el arbitraje, refiriéndose concretamente a los dos penaltis pitados contra su club (uno por mano de Maicon, a quien el balón impactó en el antebrazo cuando se protegía la cara al formar parte de una barrera; el otro, por falta de Pjanic sobre Pogba, prácticamente imposible determinar si dentro o fuera del área) y al gol concedido a Bonucci, quien remató desde lejos con dos compañeros suyos en fuera de juego posicional (uno de ellos posiblemente entorpeciendo la visión del portero giallorosso). Miccoli cree que estas "extrañas" decisiones son particularmente graves, en tanto que no afectan sólo al juego, sino que son determinantes para "ahorradores y apostantes".

Miccoli apelará también en su intervención al Consob (el organismo italiano encargado de regular la bolsa), al que presentará una "exposición" de los hechos esperando que se adopten las medidas oportunas para "aclarar si ha habido actos que lesionen la normativa vigente, poniendo en desventaja y penalizando a los accionistas inocentes". También pedirá a la Comisión Europea, "dadas sus competencias en materia de mercado único y, tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, también en materia deportiva", que establezca algún mecanismo que "garantice la imparcialidad de los arbitrajes en campeonatos nacionales", mediante el establecimiento de un sistema que imponga en los partidos "árbitros internacionales de reconocida fama, honradez e integridad moral".

La situación, según Miccoli, es particularmente grave porque va más allá del fútbol. En su opinión, "el partido, transmitido en todo el mundo, ha dado una pésima imagen del país" porque "la meritocracia y la calidad quedan en un segundo plano, en favor de decisiones equivocadas". Cree, además, que "la arbitraridad y la falta de certezas en la aplicación de las reglas, absolutamente impensable en cualqueir otra parte del mundo civilizado", hará que los inversores extranjeros huyan del país.

Tiene muchos apoyos

No es Marco Miccoli el único diputado indignado con el partido del domingo pasado, y las coincidencias no se limitan a su ámbito ideológico. Fabio Rampelli, del derechista Hermanos de Italia - Alianza Nacional, ha añadido que "todo tiene un límite" y que el subsecretario de Estado, Graziano Delrio, que también tiene competencias en materia de deporte, "tiene el deber de explicar cómo pretende garantizar que los resultados se obtengan exclusivamente por méritos deportivos". Se han unido además otros miembros del Parlamento, o incluso eurodiputados como Gianluca Buonanno (Lega Nord).

Sin embargo, también hay muchos políticos, incluso correligionarios, que se han mostrado hostiles a la iniciativa, y hasta la han ridiculizado. Por ejemplo, Giovanni Burtone, compañero de partido de Miccoli, ha manifestado que su colega "es realmente singular, espera todos los años el partido contra la Juventus para tener sus dos minutos de fama". Le ha invitado a "probar de nuevo el próximo año, que quizás le irá mejor" y ha recordado que el Ministerio estará "ocupado en crear recursos, más que en pequeñas frustraciones deportivas". Otro miembro del Partido Democráticao, Francesco Boccia (que además es el presidente de la peña juventina del Parlamento) opina que es un "debate surrealista, de bar" y considera que el problema real es que "algunos colegas no tienen nada mejor que hacer que despertarse por la mañana y plantear una pregunta parlamentaria" sobre asuntos como estos.