En la ciudad italiana de Milán hay un templo que no es la famosa catedral. Además de este conjunto arquitectónico, existe otro dedicado al culto de otra religión, la práctica del fútbol. En un distrito de la misma ciudad, San Siro, se sitúa uno de los estadios más míticos que se puede observar en el panorama europeo y mundial.

Cuando Piero Pirelli era presidente del Milan allá por 1925 tuvo la brillante idea de construir un estadio. La estructura original del campo era basada en un modelo típicamente inglés. Estaba conformado por cuatro gradas rectas con una de ellas cubierta parcialmente. La capacidad inicial era para 35.000 personas. El arquitecto de este primer proyecto fue Alberto Cugini.

El primer clásico se lo llevó el Inter

El primer partido disputado en este estadio no pudo ser otro que el clásico de Milán. El partido se lo llevó el Inter con un resultado de seis a tres. Este encuentro se jugó en 1926. La Nazionale disputó su primer partido en este estadio al año siguiente. En 1927, disputaría un encuentro ante Checoslovaquia que finalizó con empate a dos. Cuando este estadio comenzó a coger fama mundial fue en la segunda edición de la Copa del Mundo, en 1934 donde la sede fue Italia.

En este mundial, donde Italia quedó campeona, San Siro albergó el encuentro entre Suiza y Holanda con un resultado de tres a dos para los suizos. También acogería un partido de cuartos de final, concretamente, entre Alemania y Suecia. En este partido, vencerían los alemanes por dos goles a uno. Pero, sin duda alguna, el partido más importante que acogió ese estadio para los italianos fue la semifinal entre Italia y Austria. La Nazionale ganaría ese encuentro con un solitario gol de Enrico Guaita y pasaría a una final que luego vencería.

Ha sido sede de dos mundiales y dos eurocopas

Un año después de que se disputara la Copa del Mundo, en 1935, el estadio asumiría una remodelación. El recinto pasó a ser propiedad municipal de Milán y entonces aumentó su capacidad hasta los 55 mil espectadores. A pesar de que fue concebido para acoger los partidos del Milan, en la temporada 1947/48, pasó a ser también sede del Inter. Una década más tarde, en 1955, el arquitecto Ferruccio Calzolari aumentó la capacidad del estadio hasta los cien mil espectadores pero esta medida duró poco ya que con la regulación de poner asientos, el estadio se quedó en 85 mil.

Desde 1980, cambió su nombre en honor a Giuseppe Meazza

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Desde los años sesenta, el estadio añadiría la iluminación nocturna y marcador electrónico. En 1980, se produce un hecho que cambiaría la historia del campo. El mítico jugador del Inter, que también jugó en el Milan Giuseppe Meazza, moriría en ese año. Como gesto de agradecimiento a sus temporadas en ambos clubes y por ser bicampeón del mundo con la selección, se decidió que el nombre del estadio fuera el del jugador. A pesar del renombramiento del estadio, los aficionados milanistas lo siguen llamando San Siro. No son muy simpatizantes de llamarlo como sí lo hacen los interistas.

Con la llegada del mundial de 1990, se aprovechó la oportunidad por las autoridades italianas para acometer la última gran reforma del campo añadiéndole un tercer anillo y una cubierta entera. Este estadio con una capacidad final para casi 85.700 espectadores acogió el partido inaugural de esa edición del mundial.

Ha acogido tres finales de Champions y, en 2016, será la próxima

Además de ser la sede del Milan e Inter, San Siro ha presenciado otros grandes

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eventos a parte de los mundiales. Partidos de las Eurocopas de 1972 y 1980 fueron jugados en este estadio. También ha sido sede de tres finales de la Copa de Europa. La primera en 1965 entre el Inter y el Benfica. Los italianos ganarían el trofeo. La otra final fue en 1970 que disputarían el Feyenoord y el Celtic. Los holandeses se llevaron el trofeo. La última final jugada hasta la fecha fue la disputada en 2001 entre el Bayern de Múnich y el Valencia. Los alemanes vencerían en penaltis. En 2016, la final de la UEFA Champions League volverá a disputarse en este templo.

Las gradas de este estadio han visto jugar a los mejores jugadores del mundo. Sobre ese césped, han jugado los mejores jugadores de la historia. El Inter de 'Mou', el Milan de Ancelotti, el Inter de los alemanes, el Milan de Sacchi, el Inter de Helenio Herrera y Mazzola, el Milan de los 60 con Rivera… Mucha historia que este domingo volverá a escribir un capítulo más en un libro que ojalá no acabe nunca.