Hace poco más de un año, concretamente el 21 de octubre de 2013, la resaca aún perduraba en la ciudad de Florencia, después de una noche de celebración inesperada. El día anterior, la viola había humillado a una Juventus que festejaba en el descanso una victoria que nunca llegó, pues el marcador final fue de 4-2 para los locales. Y es que nadie, en toda Italia, siente tanto las visitas de la Vecchia Signora como lo hacen los seguidores de la Fiorentina.

Con aquella afrenta en la memoria y, seguramente, con mucha más humildad, vuelve la 'Juve' al lugar de los hechos. Con ánimo de revancha, sí, pero menos. Esa cuenta ya quedó saldada a mediados de marzo, cuando el conjunto dirigido por aquel entonces por Antonio Conte logró eliminar de la Europa League a la 'Fiore' en su propio campo, y con la misma medicina, pues los fiorentinos ya cantaban victoria tras el empate cosechado en Turín.

En Florencia, la vida sigue igual

Catorce meses después de aquel 4-2, la situación de ambos equipos en el campeonato parece un calco. La Juventus sigue disputando un torneo aparte con la Roma, mientras "los demás", entre los que se incluye la Fiorentina, luchan por obtener ese tercer puesto que da acceso a la Champions League. El problema de la viola es que no goza de suficiente continuidad para ser un candidato serio. Ni siquiera para asegurarse, al menos, la Europa League.

Los de Montella siguen sin encontrar la fórmula que les permita ser fiables en el campeonato italiano, donde son octavos. No son fuertes en casa, donde han ganado sólo dos de los seis partidos disputados, perdiendo otros dos de ellos contra rivales directos como el Napoli y la Lazio. A domicilio el balance es algo más esperanzador, aunque no da lugar al optimismo exacerbado: 11 puntos obtenidos de 21 posibles.

Con los últimos seis puntos logrados ante el Cagliari en Cerdeña y ante el Hellas en Verona, la Fiorentina encadenó dos victorias seguidas fuera de casa por primera vez en lo que va de campeonato. Algo positivo que sabe a poco teniendo en cuenta el calibre del equipo, con Borja Valero, Cuadrado y un Mario Gómez que pocas veces está, pero al todavía esperan. La nota discordante de la temporada la está poniendo un jovencísimo Babacar (tiene solo 23 años), empeñado en hacer olvidar la rodilla de cristal de Giuseppe Rossi.

El delantero senegalés está resultando ser el jugador más efectivo de la plantilla fiorentina en lo que va de año: por ahora, acumula cuatro goles en su haber, tras diez partidos disputados como titular y uno más en el que entró desde el banquillo. Suyo fue el gol, por ejemplo, que logró salvar los muebles con un empate en casa del 'Toro'.

La paz como receta del triunfo

Por Turín la vida es mucho más apacible. Las rencillas con Vidal parecen cosa de otro mundo, el camino en Champions se halla más despejado y el derby se ganó en el último minuto. Todo felicidad, vaya. Al menos hasta ahora, pues la semana que se presenta para los bianconeri es de todo menos apacible: la empiezan con la visita a Florencia, después reciben al Atlético de Madrid para sellar el pase a octavos en Europa y la acabarán acogiendo a la sorprendente Sampdoria en el Juventus Stadium. Ahí es nada..

Por fortuna para Allegri, su equipo parece haber alcanzado la madurez que le faltaba tras su llegada al club. La vuelta a la defensa de cuatro no ha trastocado al conjunto, y las lesiones, de momento, tampoco. Eso sí, la asignatura pendiente sigue siendo recuperar la motivación y la velocidad en el centro del campo, que viene mostrándose lento y previsible desde hace más de un mes y medio, aunque los resultados digan lo contrario.

La Juventus lleva sin perder a domicilio desde el 29 de octubre, cuando cayó por 2 a 1 contra el Genoa, y a la Fiorentina, como ya hemos dicho, no se le da especialmente bien jugar en el Franchi. Veremos si en este caso la rivalidad hace la fuerza para el conjunto viola. Lo único que es seguro es que a Pogba y a Tévez aquel 20 de octubre se les acabaron las ganas de rememorar a Batistuta...