La Serie A está al borde del colapso financiero. Sabido es por todo el mundo que la profunda crisis económica que ha atesorado el panorama europeo en los últimos años ha hecho mella en todos los estratos habidos y por haber. En este caso, el fútbol no se ha librado y por suerte, en ocasiones puede resultar que se ha quitado una gran parte de depresión que sí han sufrido otros deportes por ejemplo.
Los tiempos en los que a Italia llegaban los mejores jugadores del mundo del balompié han quedado muy atrás. Tanto que el prestigio que tenía el calcio italiano ha ido perdiendo fuelle en la última década. Un país salpicado en la era contemporánea por los escándalos de amaños de partidos y por irregularidades tiene ahora otro frente abierto y más serio de lo que se podría esperar. El campeonato italiano de fútbol está en crisis, o mejor dicho, en estos momentos ha tocado fondo.
Los dirigentes han dejado de dar dinero considerablemente
En la temporada pasada, entre los socios, préstamos de otros grupos o pagos de capital, los clubes italianos recibieron en sus cajas un total de 222 millones de euros. Un dato destacable es que en el último año, la aportación monetaria por parte de los máximos dirigentes o propietarios de los equipos descendió considerablemente, en este caso, 60 millones.
Hay un lema que reina en el ambiente del fútbol italiano y es ‘no hay dinero’. Una frase repetida constantemente. Esto suena raro viniendo de una liga que factura más o menos unos mil setecientos millones de euros al año y ha conseguido evitar la recesión económica que si han sufrido otros sectores. Pero esto no quita que los equipos hayan vivido por encima de sus posibilidades durante mucho tiempo y esta deuda se va haciendo cada vez más grande y se entra en un círculo del que resulta difícil salir en poco tiempo.
El Parma es el reflejo extremo de la situación actual
El caso que se está viviendo con el Parma ya roca el extremo. Esto no significa que todos los equipos estén al borde del abismo porque estos equipos cada vez que tienen un problema financiero acuden al recurso del crédito bancario y poco a poco consiguen solucionar sus problemas a corto plazo. Por eso las empresas acreedoras ya han reducido los márgenes de intervención de los propietarios de los equipos y por eso han conseguido colocar 222 millones en las arcas de sus respectivos clubs, 60 millones menos que el año anterior. Los bancos sí que ayudan a los equipos pero si obtienen algo a cambio. Esta contraprestación son contratos televisivos y patrocinio, una pescadilla que se muerde la cola constantemente.
Algunos de los equipos de la Serie A como la Roma y el Inter han decidido internacionalizar sus deudas mediante la creación de empresas como ‘Ad Hoc’ que contiene activos confiados en Goldman Sachs. La situación ha provocado que las empresas con mejor rendimiento y más saludables hayan pasado por el camino de sacar acciones a bolsa y eso vuelve a crear deudas sin sentido alguno.
La principal preocupación que reúne este asunto es saber si la Serie A será capaz de pagar sus deudas con recursos propios, como por ejemplo el Parma, que no puede. La gestión económica de los clubes no mejora y las comparaciones con la temporada anterior no se pueden evitar. Los ingresos totales disminuyeron, pero algo positivo sí que se sacó y es que los gastos también se redujeron pero en menor medida que los ingresos. En general, las pérdidas de la temporada pasada fueron de casi 186 millones, un poco menos que el año anterior, que fueron de 203.
A pesar de tener un límite, los equipos siguen gastando
Los equipos más rentables en economía son el Nápoles, Lazio y Verona. Pero por ejemplo, los mayores gastos vinieron de los dos equipos de Milán y aunque tengan todos los equipos un techo de gastos impuesto por la FIGC, siguen gastando. En la pasada temporada, solo seis empresas han logrado reducir sus gastos. Otro gran problema que tienen por delante los equipos italianos es el tema de los salarios. Los equipos tienen demasiados trabajadores con demasiadas transferencias y por lo tanto supone un enorme gasto del que se podría ahorrar bastante.
Todos los equipos que disputan la primera liga de fútbol italiano están sometidos a un control exhaustivo de pagos para sueldos y otros gastos ya que en caso de no hacerlo serían penalizados con puntos en la clasificación. El Parma esta temporada no está sometido a esta situación debido al momento por el que está pasando. Pero una cosa es que esos pagos haya que hacerlo y otra que se hagan. Hay cierto tipo de pagos que los clubes o no hacen o dejan de hacer con frecuencia. Alguno de ellos son de autobús, catering y otros servicios menores. Esto ha hecho que la deuda con los proveedores haya pasado por ejemplo de 234 millones en la temporada 08/09 a 391 en la pasada campaña. Estos malos hábitos han ido de menos a más en los últimos años y para que sepan cómo está este asunto, el Parma no paga el alquiler de su estadio desde 2011.
El desequilibrio con otras ligas es demasiado grande
Para hacer una comparación con otras ligas como la Bundesliga o la Premier League, vean en los siguientes datos como la facturación de la Serie A depende en gran mayoría de una sola fuente y el desequilibrio está muy agudizado. El principal valedor de los ingresos proviene de los ingresos por los derechos televisivos. En porcentajes, estos derechos ocupan un 58% del total, lo que en euros significa un poco más de mil millones. El aparato comercial ocupa un 20% (349 millones) mientras que los ingresos en los estadios solo ocupa un 11% (197). El resto de los forma parte de otros ingresos menores (192).
En definitiva, la Serie A es el vivo reflejo de la realidad. De estar en los más alto del fútbol Europeo y disfrutando con estadios llenos y multitud de fama, a ser una liga que vaga sin rumbo buscando una identidad que una vez tuvo y que, por el momento, difícilmente volverá a recuperar.