Los partidos, como cada jornada, se jugaban los domingos. La Roma consiguió un nivel estable con el que encontró los resultados. El balance total fue muy positivo. 16 victorias, 11 empates y tan solo 3 derrotas. Cuarenta y tres puntos en el global de la temporada para alzarse con la Serie A. El papel de la Roma en la copa de la UEFA fue discreto, logró llegar a cuartos de final. Cuatro victorias, un empate y tres derrotas. El Benfica fue el verdugo a doble partido pero el objetivo nacional estaba fijado.

El Stadio Olímpico fue la clave en la gran mayoría de victorias. Trece partidos ganados como local, tan solo tres como visitante. El AS solo concedió un empate y una derrota en el templo italiano. Partidos vibrantes como el encuentro ante el Inter (Internazzionale), al que venció por dos a uno. Falcao fue el héroe del partido con un golazo de falta. Iorio puso el 2-0 y los interistas de cabeza finiquitaron el partido (2-1). Victorias ante Fiorentina, Genoa, Nápoles... Solamente no puntuó frente a la Juventus.

La Juventus fue la única squadra en llevarse los tres puntos del Olímpico de Roma y también de Turín. Los turineses fueron el antagonista romano en aquella década con más notabilidad, aunque a lo largo de la historia también se han enfrentado por los puestos élite, como ocurre actualmente en el año 2015.

El conjunto turinés estaba liderado por el fenómeno francés Michel Platini, jugador clave en la victoria visitante al Olímpico, quien dio la asistencia para el 1-2 en fuera de juego. Los juventinos contaban con un equipo repleto de talento. Dino Zoff, Scirea, Tardelli, Prandelli y Platini entre otros. La contrapuesta fue no encontrar el factor compacto de la Roma, quienes fueron al unísono para truncar la hegemonía juventina.

Acción defensica de la Roma ante Platini | ROMA

El once de gala de Liedholm se presentaba con un 3-4-3, plantel completo en todos los departamentos con muchos detalles de gran técnica. Tancredi ocupaba la portería. Seguridad bajo los palos, rápido en reflejos.

Defensa de tres con Nela y Maldera, que anotó un solo gol en la temporada pero de un gran calibre, falta ensayada que el central reventó por la escuadra de la meta del Pisa (3-1). Como falso central libero quedaba Vierchowod, contundente. Táctica y planificación inventada por el entrenador sueco.

El centro del campo representaba la esencia del equipo romano. El capitán Di Bartolomei, jugador carismático, tanto en el campo como en los medios. Il Capitano era la inspiración del juego. Marcó siete goles, la gran mayoría de libre directo, característica propia del futbolista. Un jovencísimo Carlo Ancelotti era el centrocampista titular en la Roma, se le definía como un gladiador omnipresente, marcó dos goles en la temporada, los dos, grandes disparos cruzados al poste largo, no carecía de calidad. El brillante Falcao daba divinidad al juego, llegó al club como campeón de Sudamérica con Internacional de Portoalegre y no defraudó. Grandes detalles de calidad, aunque su mayor determinación fueron los goles de cabeza, cuatro de siete con la testa. El austriaco Prohaska le daba más garra aún al centro.

El ataque se componía de un campeón mundial como Pablo Conti, quien aportó más en trabajo que en estadística. El bombardero Pruzzo era la punta del conjunto romano. Anotó doce tantos. Gran capacidad de gol, tanto balón aéreo como remate. Sangre fría al transformar penaltis, realizó una gran campaña. El resbaladizo Iorio acompañaba a la delantera. Su participación fue decisiva en partidos estancados, marcó cuatro goles.

El banco de suplentes ofrecía buen recambio y frescura al equipo. Superchi, Nappi, Righetti, Valigi, Chierico y Faccini eran los menos habituales, no por ello iban a carecer de minutos u oportunidad de participar para el funcionamiento común.

El estilo de juego de la Roma era defensivamente rocoso, equipo compacto que bien organizado es muy difícil de penetrar. Liedholm proponía una defensa similar a la del "Cholo" Simeone. Al igual que la similitud en el aspecto de aprovechar el talento e inteligencia en jugadas a balón parado. Hay que matizar que la Roma presentaba disparos sorprendentes más que jugadas ensayadas, Agostino Di Bartolomei era experto en efectuarlos. La estrategia ofensiva partía del centro del campo. Los disparos lejanos, cercanos a la frontal, eran el arma habitual del equipo. Otras alternativas que ofrecía era los centros por banda para remate final o los balones largos a Pruzzo, que aprovechaba su agilidad para anticiparse a defensores y su regate para zafarse de ellos.

VESTIGIOS | ROMA

La sensación de victoria ya se contagiaba en los partidos precedentes al final, los aficionados enloquecían por la gran labor de sus jugadores. Cualquier prenda era una reliquia para los hinchas. El pitido final que reflejaba el tres a uno en el marcador del Olímpico de Roma fue histórico. Aquel momento desató el fervor en las gradas y las calles de la ciudad. El equipo venció y conquistó el Scudetto, sin vencer al máximo rival pero siendo más regular. La imagen del presidente Dino Viola en el palco era el ejemplo de satisfacción. El máximo cargo del club gestionó el equipo para que fuera competitivo frente al nivel de la Juventus, difícil de batir. El trabajo y creer en un proyecto e ideas daba sus frutos.

La celebración del título comenzó con un ruedo de la plantilla por la pista de atletismo, saludando con una gran sonrisa de emoción a la hinchada, grupo abanderado por el capitán. La bandera de Italia hondeo alrededor del campo. El presidente de la república de Italia, Sandro Pertini, recibía a todos los componentes del AS Roma.

La situación eufórica de la ciudad era brillante. Las caras de alegría de los aficionados eran la cumbre a un paisaje repleto de banderas giallorossas, bufandas y manos en alza. Elementos que se fusionaban con la sensación de vivir en la historia de la ciudad, una sensación de película. La luz del atardecer italiano, el estilo único de monumentalidad. Los pitidos sonaban al mismo tiempo que cánticos de la Roma. La gente lo festejaba a lo grande, desde un baño en la Fontana Di Trevi hasta esperar a los jugadores con gritos y energía.

El discurso general de la afición transmitía la misma idea, el bloque compacto desde la directiva hasta los jugadores. Dino Viola era puesto en pedestales por su sacrificio en la presidencia. Los futbolistas que dejan huella en este equipo siempre serán recordados como guerreros, al igual que nunca se borrará de la memoria el meritorio título en la ciudad del amor.

Caricatura de Di Bartolomei en el derbi Roma-Lazio de Enero 2015

Reportaje canal 7 Italia: