Hay partidos sirven para sacar muchas conclusiones en ambos bandos e incluso a los rivales no implicados en el mismo. En ese último aspecto, debe estar muy preocupado el propio Jorge Jesús. Su equipo tiene problemas muy serios en los últimos metros del ataque y sufre despistes defensivos importantes con cierta asiduidad. Esta vez fue un Vitória de Guimarães bien ordenado el que le puso en serios aprietos.

Si había dudas de la fuerza del equipo de Rui Vitória, estas se disiparon con la buena imagen mostrada ante el Benfica. Solo la expulsión de Addy pasada la hora de encuentro hizo crecer al conjunto ‘encarnado’ y darle el empaque suficiente para acabar llevándose los tres puntos a Lisboa. El técnico local se permitió el lujo de rotar y aún así plantó un equipo bien fuerte en el césped, en la primera media hora pudo caer el gol del lado ‘branquiño’.

Y es ahí donde comienzan todos los problemas de las ‘águilas’. Un equipo sin luces en ataque y partido en dos. Matic y Frejsa pueden incorporarse en las jugadas ofensivas, pero no son armadores de juego. Enzo y Markovic desde la banda tienen otra función y Djuricic en la media punta está por hacer. Muchas veces estos tres hombres se suman a Cardozo en las zonas más avanzadas y dejan una imagen de cuatro arriba y seis atrás.

Buena presión local

Si los problemas que tiene Jorge Jesús son para tomarlos muy seriamente, lo que Malonga, Matias, André Santos y el hiperactivo Maazo hicieron en muchos momentos fue simplemente desquiciante para los intereses benfiquistas. Cada salida en falso del Benfica se convertía en peligro en el área de Artur, que tuvo que intervenir para evitar el gol en varias fases del choque.

Los cuatro hombres del Vitória de Guimarães se entendieron perfectamente, ejecutaron bien la presión y cuando tuvieron el balón en sus pies hicieron casi todo con buen criterio. Pocas fueron las veces que los benfiquistas pudieron contragolpear y las dificultades de elaboración de juego visitante se vieron aumentado con el trabajo de los locales.

Tuvo que ser a raíz de la segunda amarilla de Addy, algo rigurosa tanto por el tipo de falta como por la posición en el campo en que se produce la acción, cuando el Benfica se fue arriba. No fue tanto cuestión de juego y sí de intensidad, aunque las ocasiones claras no llegaban. De hecho el gol viene en un córner que remata inocentemente Cardozo y Marco Matias se lo quita de las manos a Douglas para meterlo en su portería.

Jorge Jesús no quería relajación

El gol tuvo el efecto de la anestesia en el Benfica, para disgusto de Jorge Jesús. El entrenador ‘encarnado’ vivió de forma muy intensa los últimos quince minutos de partidos, quizás tratando de evitar un final como el de la fatídica Taça de Portugal. Si bien es cierto que no consiguió que los suyos acabaran el partido dominando, logró que atrás no se despistaran más y sus jugadores sacaron bien los últimos intentos de un Vitória de Guimarães que ya no tenía fuerzas.

Murió el partido en área de Artur y con un Benfica que va sacando sus partidos de aquella manera, pero que sigue escalando posiciones en la tabla. Mucho debe preocuparse Jesús con lo que está mostrando su equipo, a lo que hay que añadir las muchas bajas que tiene. En cambio, Rui Vitória y el Vitória de Guimarães pueden decir que lo único negativo del partido fue el resultado, sabedores de que esta línea de trabajo les puede llevar a muy buen puerto al final de la temporada.