El Sporting jugaba con la presión encima, los encuentros del Oporto y el Benfica donde se definían sus victorias implicaba una necesaria satisfacción de victoria para los leones. El partido pintaba para ser un de esos encuentros donde nada sería fácil; las habilidades de Diego Capel y Carrillo iban a ser punta prinicipal del juego para que Montero pudiera hacer uso de su estilo rematador.

El inicio del partido mostraba la superioridad del local, pero nada conseguía facilitar el marcador a favor. Intentos de Rojo y Capel que terminan siendo desviados y atajados por Gottardi. Sin embargo el visitante no desatinaba en las mínimas oportunidades que tenía, aunque en verdad no fueran peligro para la sólida defensa local. 

Carrillo buscaba debilitar la defensa

La idea base era apuntar a la velocidad de Capel y Carrillo, atacar por las bandas para abrir espacios y así permitir la liberación de marca de Montero, e inclusive permitir la llegada perfecta de André Martins. Segían llegando los remates que parecían no tener lo suficiente para generar indicios de peligro.

Carrillo se apuntaba a una constante en el ataque, sabía que Montero no se encontraba en posiciones claras pues la marca de Mexer y de Rodrigues impedían los remates del colombiano. Llegaba media hora de juego y el Sporting no encontraba ese espacio para seguir generando peligro, las seguidas intervenciones de Adrien ayudaban a desequilibrar un poco los movimientos del Nacional que parecía habían estudiado perfectamente al local.

Casi concluida la primera mitad se anticipaba Cédric al ataque, así obligaba a Capel intervenir más como volante y que Montero no fuera el único con posición de remate, pues hasta el momento estaba prácticamente desaparecido. Jardim adelantaba líneas, quizá la presión podría obligar al Nacional cometer los errores necesarios y así abrir el marcador.

Por parte del Nacional pudimos observar dos situaciones de peligro de gol, Marçal como lateral apoyaba a su equipo para no desistir en el ataque. Así mismo, Claudemir aprovechaba un tiro de esquina que al final fue fácilmente atrapado por Rui Patrício.

No existían goles, eso preocupaba un poco la dinámica del juego que mostraba ya pequeñas partes de cansancio y deseperación. Tanto Jardim como Machado tendrían el descanso para estudiar bien la forma de orientar a sus jugadores a una anotación. El Sporting era el más peligroso, pero el Nacional era un equipo interesante, nada fácil.

Slimani entra como la solución al juego

André Martins salía lesionado del campo, por eso al iniciar la segunda mitad el cambio por Slimani se producía. Parece una situación desespeperada por conseguir un gol, tener a dos puntas cuando era obvio que no se podía generar mucho peligro de esa forma. Sin embargo, era quizá le mejor solución al ataque del Sporting, cargarle más peso al centro del campo y permitir la liberación de juego para sus puntas.

Eran dos equipos completamente diferentes los que podíamos percibir en el campo, por un lado el Sporting decidido a ir por la victoria y al Nacional perdiendo ese miedo al ataque. Así se presentan las dos grandes jugadas ya esperadas: una jugada característica de Candeias que termina timando rumbo a las nubes y el potente disparo de Slimani que Gottardi logra desviar.

El equipo visitante tenía grandes intenciones de ver al Sporting sufrir, Diego Barcelos logra llegar hasta Rui Patrício que de forma irónica logra disparar fuera del arco. La situación de peligro era mayor para cualquier parte. La intención de táctica de Jardim se hacía presente, Cédric consigue adelantarse para colocar un centro y justamente ser Slimani quien marcara el primer gol, gol que inmediatamente fuera anulado por una inquietante posición adelantada jamás existente.

La jugada anterior causó demasiada polémica, situación que le valió la amonestación a Jefferson quien, por acumulación de tarjetas, se perderá el próximo juego del Sporting. El campo lucía con mayor dinamismo por parte de los leones, seguían insistentes en buscar ese gol. 

Se buscaba dar continuidad a la presión, en esta ocasión los arqueros de ambos equipos se lucían y lograban atajar las minimas oportunidades de disparo que generaban ambos equipos. Gottardi con mayor participación, y más cuando Cédric se quedaba prácticamente fijo en los laterales para darle oportunidad de remate a Slimani y Montero; situación a la que también se unía Wilson Eduardo.

Los últimos minutos generaron intención pero no culminaron como se esperaba. Manuel Mota pitaba el final del encuentro e inmediatamente los jugadores del Sporting se hicieron presentes al ir directamente al reclamo por aquella jugada anulada que les hubiera dado la victoria. El empate aún así beneficia al Sporting que sigue quedando como líder, pero no de manera fácil pues cualquier error lo podría hundir hasta la tercera posición.