Jornada repleta de emociones las que se vivieron en el cierre de la tercera fase de la Taça da Liga. En la última y definitiva jornada de esta ronda, Oporto y Sporting llegaban igualados a puntos, con una ligera ventaja para los portistas en el goal-average (+4 frente al +3 de los leones). Por este motivo, Oporto y Sporting necesitaban vencer y golear a Marítimo y Penafiel, respectivamente, dado que la clasificación se podía lograr por un pírrico gol de diferencia, como así fue. 

Once de gala sin el capitán

En un día marcado por el adiós de Lucho González -el jugador ha viajado a Qatar para firmar un contrato millonario con el Al Rayyan-, Jorge Fonseca puso en liza a su once de gala, consciente de la importancia del duelo. A priori, el rival era propicio para lograr un triunfo abultado y asegurar de esta manera el billete para las semifinales de la competición. Nada más lejos de la realidad. El conjunto dirigido por Pedro Martins puso las cosas muy difíciles a los blanquiazules con un juego directo que pilló por sorpresa a los locales, que sin la figura del Comandante pecaron de una correcta dirección del juego.  

No osbtante, tras gozar de hasta tres buenas ocasiones para inaugurar el marcador, fue el Oporto quien logró el primer tanto de la noche, obra de Jackson Martínez tras aprovechar una pérdida del rival en la salida del balón. La alegría en ese momento fue doble, dado que en ese mismo minuto, el Penafiel se avanzaba en su duelo frente al Sporting, lo que dejaba todo muy de cara para los dragones. 

El Marítimo enmudece Do Dragão

Sin tiempo para celebrarlo, dos contragolpes de manual enmudecieron Do Dragao. Primero fue Diogo quien igualó el encuentro dos minutos después del gol de Jackson, aprovechando un balón rechazado de Fabiano. Diez minutos más tarde, llegada de Días por la banda derecha, su centro no lo logra despejar Maicon y Bernardes, llegando desde la defensa, la cruzó de primeras con toda la intención del mundo para lograr el 1-2.

El Sporting empata y el Oporto pasa a ser segundo

El tercer revés para el Oporto llegó a un minuto para el descanso, momento en que el Sporting logró igualar el partido, hecho que colocaba a los de Jardim líderes de grupo. Quedaba toda la segunda parte para lograr dar la vuelta a la situación. En la reanudación, los locales pusieron una marcha más y empezaron a ser aquél equipo agresivo y intenso que nos tiene acostumbrados cuando juega en casa. Con un Quaresma muy batallador y participativo, el Oporto empezó a llegar cada vez más y a crear peligro en el área de Welligton a base de subidas por las bandas de Danilo y Alex Sandro, así como del juego en largo buscando al extremo portugués.

Fonseca mueve ficha y Carlos Eduardo hace soñar al Oporto

El gol no llegaba y el público presente en Do Dragao empezaba a impacientarse. Los nervios fueron incrementandose aún más cuando el Sporting logró darle la vuelta al marcador y ponerse 1-2 a veinte minutos del final. Las cosas se ponían aún más difíciles para el Oporto, y en ese momento Fonseca decidió jugárselo todo a una carta, dando entrada a Quintero por Maicon. El equipo lograba generar todo el peligro que no había conseguido en el primer tiempo, pero no era capaz de marcar. A cinco minutos del final, Carlos Eduardo hizo soñar a la afición portista tras igualar el encuentro en la salida de un córner. Quedaban cinco minutos más el descuento y el Oporto necesitaba un gol más para lograr el pase a semifinales. Con todo abierto, el partido se podría haber decantado hacia cualquier bando, teniendo en cuenta la rapidez en las contras mostrada por el Marítimo a lo largo del encuentro.  

Ghilas provoca el penalti y Josué no perdona

Cuando se cumplían dos minutos de los cuatro que había añadido Arturo Mota, Ghilas recogió un balón llovido en el área y cuando se disponía a rematar, fue derribado por detrás por Rossi. Penalti y expulsión. La alegría de los seguidores de Do Dragao contrastaba con la de Josué, el hombre encargado de ejecutar la pena máxima. Dio cuatro pasos hacia atrás, miró fijamente a Welligton y lo superó con un remate ajustadísimo al palo izquierdo.

Revancha del Clásico de Portugal en las semifinales

La locura se desató en el estadio y Josué fue a celebrarlo con su hinchada. No era para menos. El Oporto había logrado darle la vuelta al marcador en siete minutos de infarto que le colocan en semifinales de la Taça da Liga, en la que se verá las caras con el Benfica, en una nueva reedición del Clásico de Portugal que vivimos hace un par de semanas en Da Luz. La revancha está servida.