Ya se presagiaba antes del encuentro, hoy no iba ser una noche placentera para los dirigidos por Jorge Jesus. Incluso el propio técnico encarnado fue culpable, en parte, de esta situación. Jesus introdujo hasta nueve variantes con respecto al encuentro anterior, frente al Gil Vicente, pensando ya en el 'Derby Lisboeta' de este fin de semana.
Ritmo bajo pensando en el Sporting
Con estos movimientos los jugadores del Benfica captaron el mensaje subliminal que les envió su técnico: "Dosifiquen fuerzas para el derby". Eso hizo que el nivel del juego de las águilas fuera pobre, sin ritmo, sin agresividad, a la espera de una chispa individual que nunca llegaba. Peligraba la visita a ‘O Jamor’.
Por otra parte, los de casa no podían hacer más de lo que demostraron, la diferencia técnica entre las plantillas hacía impensable que el Penafiel diera la campanada en el Estadio 25 de Abril. Pero a sabiendas de esa debilidad, mostraron su mayor fortaleza, la ambición y con eso y poco más mantuvieron su arco a cero durante 86 minutos.
El Benfica inició bien el juego, con unos primeros 15 minutos de buen fútbol. André Gomes era nuevamente el maestro del medio campo, acompañado muy bien por las bandas con Sulejmani e Ivan Cavaleiro. De esta manera los encarnados generaron hasta tres buenas ocasiones de gol. Cardozo, Jardel y André Gomes estuvieron cerca del gol, demostrando la superioridad sobre el rival.
Pero eso fue lo que duró el vuelo de las águilas, 15 o 20 minutos. Después comenzaron las distracciones y el ritmo bajó en su intensidad. Estaba cómodo el Penafiel.
Sulejmani despejó el fantasma de la prórroga
La prórroga era cada vez más posible, pero no. Sulejmani, de lo mejor en todo el partido, decidió que el encuentro terminara en el tiempo reglamentario y a los 86 minutos envió un disparo raso al fondo de las redes.
El Benfica se clasifica con toda justicia a las semifinales de la Taça de Portugal. Ahora toca pensar en el Sporting. Un derby en Da Luz que puede ser decisivo para el título de la Liga Zon Sagres.