En el fútbol se suele decir que la voluntad no es suficiente para ganar un partido y mucho menos una final. Pues eso mismo le sucedió hoy a Portugal, que se queda a las puertas de la gloria una vez más, como ya sucedió hace 11 años cuando Italia le arrebató de las manos el título del Europeo Sub-19.

Había mucha expectación para saber qué era capaz de hacer este equipo de gran talento ante una Alemania que no se queda atrás. Tanto fue así que los teutones fueron los dominadores claros del encuentro desde el pitido inicial hasta el final del encuentro.

En las primeras de cambio los teutones llevaron el peligro al área defendida por André Moreira, quien tuvo trabajo en exceso el día de hoy. La primera gran ocasión del encuentro llegó en el minuto dos, cuando Domingos Duarte salvó milagrosamente un disparo realizado por Marc Standera. Minutos más tarde el árbitro no señaló una falta clara dentro del área de Podstawski sobre el propio Standera.

Portugal seguía sin reaccionar, mientras recibía uno y otro golpe por parte de los alemanes, hasta que Rafa lo intentó desde fuera del área pero el meta Oliver Schnitzler detuvo en gran forma. Antes y después de este intento los lusos solo intentaban crear peligro con balonazos largos dirigidos a André Silva, quien se tenía que pelear con los duros defensas alemanes.

Llegando a la media hora de juego Alemania estuvo muy cerca de abrir el marcador, Julian Brandt remató desde fuera del área pero el balón sufrió un desvío en la trayectoria y André Moreira sacó a relucir sus reflejos para otra gran parada. Pero nueve minutos después el meta luso no pudo hacer nada ante el remate de Mukhtar que le dio la ventaja definitiva al conjunto teutón.

Portugal llegó con desventaja al descanso y Hélio Sousa intentó hacer algunas modificaciones en la segunda parte, pero ninguna dio resultado. Los jugadores lusos intentaron con más corazón que cabeza llegar al empate y casi lo consiguen. En el minuto 68 Portugal tuvo su mejor oportunidad en todo el encuentro pero Marcos Lopes, con el meta alemán batido, vio su disparo ser interceptado por Joschua Kimmich prácticamente debajo del arco.

De esta manera se terminó el sueño de los 'mininos' portugueses. Alemania siguió sólida en defensa y muy peligrosa en ataque, más aún con los espacios que dejaba el contrario, pero nuevamente estaba André Moreira para mantener el 0-1 final.