No estaba el líder, el capitán, el mejor del mundo, no estaba Cristiano Ronaldo sobre el césped de Aveiro y por lo tanto habría que trabajar el doble para conseguir la victoria frente a Albania. El árbitro Ruddy Buquet pitaba el inicio del encuentro y en el once del conjunto de Paulo Bento había varias novedades.

Bajo los palos estaba, como era de esperar, Rui Patricio. En la defensa la única sorpresa fue Ricardo Costa, que fue el elegido por el seleccionador para acompañar a Pepe; Pereira y Coentrao completaban la defensa. El centro del campo fue quizás la mayor sorpresa del partido, ya que el técnico portugués dejó en el banquillo a Meireles junto a Veloso y colocó sobre el campo a William Carvalho y André Gomes con Moutinho. El ataque luso estaba formado por Vieirinha, Éder y Nani.

Con esta pequeña renovación iniciaba Portugal un encuentro que acabaría siendo un desastre. Albania avisó, nada más comenzar el partido, que no venía de visita a Aveiro con una dura entrada sobre Coentrão que le obligó a abandonar el terreno de juego. Portugal, como no podía ser de otra forma, tenía el balón y dominaba. El peligro llegaba por las bandas con un Coentrão muy activo y participativo, además de un Nani muy confiado y que se asociaba mucho con Moutinho.

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Con la constante agresividad de Albania comenzaron a llegar las ocasiones a balón parado. Éder y Vieirinha, junto con los defensas centrales Pepe y Ricardo Costa, eran los que más peligro creaban a balón parado. El partido no tenía ritmo y el balón circulaba lentamente. William Carvalho y Moutinho intentaban distribuir el balón con mayor fluidez pero o bien el jugador que recibía el balón la perdía, le hacían una falta o directamente se la devolvían al no tener con quien asociarse.

La primera parte llegaba a su fin. Los visitantes consiguieron, con un juego defensivo y agresivo, llegar al descanso con un empate en el marcador. Los futbolistas que más peligro habían creado eran Moutinho con varios pases de gran calidad para sus compañeros y Pepe a balón parado.

Arrancaba la segunda parte con un cambio en el conjunto luso. Se marchaba Vieirinha y saltaba al césped Iván Cavaleiro. Ni cinco minutos llevaba el nuevo jugador del Real Club Deportivo sobre el césped cuando, tras un centro de Roshi, Balaj marcó el primer y único gol del partido con una gran volea.

Se empezaron a escuchar los primeros pitos entre la afición, que no estaban contentos con el juego de su equipo. Se estaba repitiendo lo que había sucedido un par de meses antes en Brasil. Con la intención de ir al ataque, Paulo Bento mandó a William Carvalho al banquillo y saltó al césped Ricardo Horta. Con el cambio, el esquema de Portugal cambió de un 4-3-3 a un 4-2-4 con Moutinho y André Gomes en el centro.

Un par de minutos más tarde se producía el primer cambio en las filas de Albania. Salió Kukeli y entró Kaçe. El internacional con Albania no llevaba ni dos minutos sobre el terreno de juego cuando el árbitro le mostró la sexta tarjeta amarilla del encuentro, todas para su equipo.

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La falta que había provocado Kaçe sería la ocasión más clara de Portugal en todo el partido. Al no estar Cristiano Ronaldo sobre el césped, Nani fue quien sacó el libre directo. El disparo del extremo fue despejado por la defensa, Ricardo Horta bajó el despeje y lanzó a portería buscando la escuadra pero por muy poco el balón se estrelló en el larguero.

Más tarde se produjo el tercer cambio de Portugal y el segundo de Albania. Entró Miguel Veloso por Ricardo Costa por un lado y entró Lila por Lenjani en el otro. Con los tres cambios hechos, Portugal pudo marcar varias veces, dominaba y se acercaba mucho a la portería de Berisha. Coentrão, el mejor de la segunda parte, no se cansaba de subir y doblar al extremo para poner centros buscando a Éder de cabeza y a Nani en el segundo palo, pero entre la mala puntería de los dos y la buena actuación del guardameta no fue posible.

Ya en el descuento y con la derrota asumida la afición lusa estalló. La pitada fue inmensa hacia la selección portuguesa. Tras el pitido final, mientras los jugadores abandonaban el campo se vio una gran pañolada, y los espectadores se fueron a casa indignados. Albania se había llevado de Aveiro una victoria inesperada antes del partido sobre el papel, pero durante el partido se veía con más posibilidades.